Capítulo 26

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—Así que está cerca…

—Sí, ya no puedo retrasarlo por más tiempo. Dorian creó un radar, eso les dará una gran ventaja.

—¿Para encontrar la sangre peculiar?

—Sí. Intenté convencer a Carlos de que podría llevarse una gran decepción, pero la determinación de Dorian terminó por convencerlo.

—Hm… —Colocó una mano en su mentón, pensativo—. Necesito que continúes un poco más de tiempo, aún no sabemos si hay alguien con la sangre que él necesita en la isla y en caso de que la encuentre, esa persona necesitará tu ayuda.

—Lo sé, haré todo lo que este a mi alcance. No obstante, no puedo hacer mucho que digamos. Hasta ahora he logrado infíltrame muy bien, pero en cualquier momento podrían descubrirme.

—Está bien. Sé cuidadoso, no te preocupes por la isla y céntrate en seguir como hasta ahora.

—Así lo hare.

—Por cierto, ¿él no sabe que estas aquí, cierto?

—Así es, Arima-sama.




—Sí, definitivamente hacen un gran equipo —Sonrió ampliamente—. Me recuerdan a aquellos chicos que eran guarda espaldas de Ciel. Aunque… —Amplió aún más su sonrisa—. Es una lástima que ellos estén muertos.

Mayura y Shimón fruncieron el ceño, molestos. Ambos tenían heridas por doquier y comenzaban a cansarse. Hasta hace solo unos minutos, estaban exorcizando a los kegares, cuando de repente, Carl apareció frente a ellos. Luego de unos minutos de lucha, parecían estar parejos. Ambos lados cubiertos de rasguños y heridas. Sin embargo, Carl no mostraba ninguna señal de cansancio.

«Qué extraño… No parece estar buscando a Ciel o a los chicos…» —pensó Mayura confundida con el ceño fruncido.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó firme sin vacilación alguna.

—Ahora que lo mencionas… —sonrió nuevamente y sus ojos brillaron con malicia—. Te quiero a ti.

—¿Qué?

—¡Jamás tendrás a Mayura! —aseguró Shimón colocándose delante de ella con el ceño fruncido, sorprendiendo a Mayura. Al mismo tiempo, en que provocaba un sonrojo de parte de ella.

Carl sonrió, ya se esperaba ese tipo de respuesta y dijo—: No te estoy pidiendo permiso —Con sus manos formó una esfera de energía oscura. Mayura y Shimón se pusieron a la defensiva inmediatamente—. Evil Shower —dijo con una mirada sombría. De la bola de energía se esparcieron balas de oscuridad indiscriminadamente, sobre un rango amplio.

Tanto Shimón como Mayura esquivaron y bloquearon varios ataques; sin embargo, no fue suficiente. Las balas de energía oscuras venían unas tras otra. No había patrón alguno y cubría un rango amplio, dificultándoles cada vez más al esquivar o bloquear, ya que no tuvieron tiempo de preparar algún medio para defenderse. Ambos terminaron recibiendo una gran cantidad de ataques, terminando con varias heridas, no muy graves. De repente, Carl fue cubierto en llamas, seguido de un rayo que cayó sobre él, haciéndolo soltar un leve quejido. Mayura y Shimón se sorprendieron al ver a Ciel frente a ellos. Carl sonrió y se deshizo rápidamente del fuego y los rayos alrededor de su cuerpo.

—Finalmente llegas, ¿eh? —musitó sonriente. Posó su mano por su oreja derecha, en la cual tenía un auricular, presionó un botón y aun con una sonrisa dijo—: Libéralo —ordenó con seguridad y firmeza, sin perder su sonrisa desafiante y aires de superioridad. En repuesta a su orden, se escuchó un “Enseguida” del otro lado del auricular.

—¿Qué es lo que buscas? —interrogó Ciel sin vacilación y un rostro sombrío. Carl guardó silencio por unos segundos con el rostro serio. En cambió Ciel frunció el ceño, quería respuestas. No, necesitaba respuestas, para de esa manera deshacerse de toda esa incertidumbre que sentía. Al mismo tiempo, rogaba estar equivocada sobre la idea que se había hecho del porqué Carl se encontraba en la isla—. ¡Responde! —Exigió con fuerzas.

—Ahora que lo pienso —Ladeó la cabeza ligeramente sin ninguna expresión en el rostro—, hay muchas cosas que desconoces —Ciel frunció el ceño, comenzaba a irritarse—. Me pregunto, ¿Cuánto te han ocultado? —Guardó silencio por unos segundos y continuó diciendo—: ¿Sabes por qué naciste? —indagó completamente serio. Ante aquellas palabras, los tres se sorprendieron ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra?

—¿De qué…?

—No lo sabes —interrumpió secamente—. No sabes de dónde vienes, ni por qué naciste. Si no sabes eso ¿Por qué insistes en proteger aquellos que te dieron la espalda desde el momento en que naciste? Todos en la isla te han mentido.

—Ciel, no lo escuches —intervino Mayura.

—Cierto, este tipo solo quiere engañarte —apoyó Shimón.

—Si realmente es así, porque no le dices tú, que eres un Comandante Celestial, sobre su existencia, deberías saberlo —Shimón se sorprendió—. Sin embargo, no lo sabes.

De repente, un portal apareció en frente de ellos, y de él salió lo que parecía ser una persona. Carl sonrió y dijo—: Finalmente está aquí.

—Tch —rechistó—. Solo nos hizo perder el tiempo.

—En absoluto, ¿Por qué no intentas preguntarle a Arima-sama? —dijo lo último con una sonrisa burlesca.

—¿Qué? Un basara… —Mayura frunció el ceño, adoptando una pose de pelea al igual que Ciel y Shimón.

—Solo estaba ganado tiempo —mencionó Shimón molesto—. Esto podría ser un problema… Ese basara es fuerte —aseguró.

—No, no es un basara —musitó Ciel dudosa.

—¿Qué quieres decir? —indagaron ambos confundidos.

—No estoy segura…

—¡Ja, ja, ja, ja! —rió—. Sabía que te darías cuenta inmediatamente —Cambió su rostro a uno frio y añadió—: Es hora del juego, demuéstrame de lo que eres capaz. Tu oponente es Ciel —Se dirigió al “basara”.

Sin más, Ciel fue atacada inmediatamente. A pesar que estaba en guardia, no tuvo oportunidad de reaccionar.

—¡Ciel! —Se voltearon inmediatamente sorprendidos, eso había sido muy rápido.

—¿Dónde creen que ven? —Ambos voltearon e igualmente, sin tener tiempo de reaccionar, fueron arrasados por Carl de un golpe.

«Tiene la esencia de un humano, pero no lo es. Tiene la esencia de una impureza, pero tampoco lo es —pensó mientras era atacada e intentaba inútilmente defenderse—. No es humano, ni kegare… ¿Qué diablos está pasando?» —pensó Ciel confundida con el ceño fruncido.

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora