Capítulo 22

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Varios minutos han pasado de una lucha intensa. Ciel ahora luchaba contra Damián, Jiriya —que aunque no era tan fuerte, era veloz— y Dean. Este último resultó ser un amigo de la infancia y hermano mayor de Damián. La prueba de ello era sus ojos azules que parecían dos pares de zafiros.

—¡¡Vaya, Ciel está siendo acorralada!!
Dean era un gran luchador de artes marciales, razón por la cual se ajustaba más el estilo de la casa Sada. Ciel estaba contra las cuerdas. No le daban oportunidad de nada, apenas y lograba bloquear algunos golpes.

Dean apretó sus puños fuertemente y le proporcionó un golpe poderoso en el abdomen, haciéndola escupir sangre. Sin darle descanso, Damián le impactó una patada por la espalda.

—Me sorprende que no recuerdes nada… —le susurró Dean a Damián. Durante toda la pelea había estado insinuando cosas para ver si Damián recordaba algo.

—Y-ya déjalo, Dean. No sigas con eso —habló Ciel seria levantándose con dificultad. Jiriya apareció detrás de ella e iba a atacarla con sus garras.

Ciel reaccionó a tiempo e hizo aparecer una espada en su mano, bloqueando el ataque de Jiriya. Sin embargo, el continuó atacando constantemente. Comenzaba a molestarle que Jiriya siempre aprovechara su velocidad para atacarla en “puntos ciegos”. Le pateó el mentón y pisó fuertemente la tierra, haciéndola partirse y obligando  a Jiriya a perder el equilibrio y velocidad, para luego atacar con su espada, siete cortes seguidos a una increíble velocidad.

«¡Esa técnica…! —Damián se sorprendió— No la he utilizado en la batalla, ¿Cómo la conoce?», pensó.

—Solían entrenar junto a Kai. Es normal que la conozca —mencionó Dean imaginando lo que estaría pensando.

—¿De qué hablas? Ya te dije que no la co…

—Te haré recordar a las malas —Lo interrumpió—. Ya no soporto verte de esta manera —Fue lo último que dijo y se abalanzó contra Ciel, quien no tuvo oportunidad de defenderse y recibió un combo de ataques de Dean que la hicieron gritar y escupir sangre. Dean estaba siendo un poco cruel.

Una opresión en el pecho junto a un deseo de ayudarla se instaló en Damián al escuchar el grito de Ciel.
Tanto los Comandantes Celestiales, como Arima y los amigos de Ciel, se sorprendieron y preocuparon al mismo tiempo ¿Por qué Dean actuaba tan rudo con ella?

Unos minutos después, Ciel estaba cubierta de heridas, un hilo de sangre salía de su boca y respiraba con dificultad. Damián no se había movido de su lugar, su cabeza gacha y un aura oscura lo rodeaban.

Dean le dio un puñetazo en el rostro a Ciel que por poco y pierde el equilibrio. Se preparó para darle otro y Ciel sonrió de lado. Antes de que la golpeara o que ella hiciera algo, se escuchó una voz.
—¡Ya basta, hermano! —exclamó Damián furioso con una lágrima rondándole la mejilla.

—¿¡Qué ha pasado!? ¡¡Damián le ha pedido a Dean que se detenga!!
Dean enarcó una ceja. Por otro lado, Ciel estaba sorprendida.

—He recordado todo —informó serio. Los ojos de Ciel se abrieron a más no poder y su corazón comenzó a latir rápidamente—. ¡Y no me agrada la manera en la que lo has hecho!

Dean sonrió y sus ojos se iluminaron al ver los ojos cristalinos de Damián. Realmente había recordado.

—Lo siento, Ciel —se disculpó Dean—. Fui demasiado cruel, pero al menos logré que recordara.

—Espera… ¡Eres un…!

—¡Ciel! —Llamó Damián interrumpiéndola mientras se acercaba a ella. Esta se congelo inmediatamente ¿Qué haría ahora? Reaccionó al ser abrazada por este—. No sabes cuánto me alegra que estés con vida —dijo con alivio. Ciel no dijo nada, pero una lágrima rodó por su mejilla.

—Damián… —susurró para finalmente abrazarlo.

—Lamento interrumpir este emotivo momento, pero tenemos algo que terminar —comentó Dean con una sonrisa. Ciel sonrió y asintió. En cambio, Damián frunció el ceño. Antes que reprochara Ciel lo interrumpió.

—Vamos, es algo que necesito hacer. Así que vengan con todo. Les tengo una sorpresa —dijo con una sonrisa de lado, decidida y un pequeño brillo en los ojos. Ambos guardaron silencio por un momento.

—… De acuerdo —asintieron ambos serios. No podían negarse.
—¡¡No tengo idea de lo que ha pasado, pero parece que la lucha se reanuda!! —anunció mientras los tres se preparaban para la pelea.

—Ven, Hura —dijo y apareció su Shikigami. Ambos enarcaron una ceja, curiosos—. Vamos hacerlo —Hura asintió y entró en el interior de Ciel, al mismo tiempo en el que la vestimenta de Ciel cambiaba a un chaqueta de barrera por encima del ombligo —con unos bordes dorados y dos franjas verdes—, un Short negro corto, encima una falda blanca con dos franjas verde —con dos cinturones colgando a los lados y una larga cinta blanca—, unos guantes negros sin dedos con unos bordes dorado y un trozo de tela blanca atada en el brazo; y unas botas negras con blanco y dorado, con tacones . También el color de sus ojos había cambiado a verdes-celestes, en una de sus piernas tenia atada una tira —con una franja negra— en forma de X y una cinta verde recogía su cabello.
Todos estaban sorprendidos. Era similar al de Rokuro cuando luchó contra Kankurou hace dos años, a diferencia de que la vestimenta y ojos de Ciel habían cambiado por completo. Su poder había incrementado.

—¡Lo logró! —se entusiasmó Arimori.

—¿Tú le enseñaste lo mismo que a mí? —preguntó Rokuro.

—Sí —asintió con una sonrisa—. Pero ella lo modificó.

Los tres se lanzaron al ataque al mismo tiempo, chocando sus puños. Ciel giró sobre sí misma y le dio una patada a Dean, que lo hizo retroceder. Seguido de ello, apareció rápidamente detrás de Damián y le dio un codazo que logró bloquear a tiempo.

Intercambiaron golpes por un momento hasta que Dean apareció detrás de Ciel. Damián la hizo caer y Dean le dio una patada descendente. Ciel se impactó contra el suelo agrietándolo. Se impulsó con sus manos y se levantó de un salto.

Ciel bloqueaba y esquivaba los ataques de ambos, al mismo tiempo en el que contraatacaba. Dean recitó un encantamiento y realizó su técnica especial, la cual se trataba de un combo de 100 poderosos golpes en un instante, sin detenerse.

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Espero les haya gustado. Adiós y gracias por leer.

Pd: La razón por la cual no he actualizado, es que mi teléfono se dañó hace 3 meses y me regalaron uno hace poco, gracias a mis buenas notas. Así que debo decir, que valió  la pena esforzarme y ahora puedo seguir escribiendo.

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora