Capítulo 34

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La mayoría de ellos, se encontraban sorprendidos. Sin embargo, la más afectada era Ciel. Jamás había preguntado por su madre, porque desde muy joven le habían dicho que sus padres estaban muertos. También, porque no sabía cómo hacerlo, le resultaba difícil debido a las miradas de desprecio que le lanzaban. Consideró a Seigen como su padre, a Mayura como hermana y a Yukari alguien especial, casi como una madre, y a los Comandantes como su familia. Con el tiempo, preguntar sobre su verdaderos padres, le resultaba algo extremadamente difícil.

—¿Q-qué dijiste? —balbuceó incrédula. Y un fuerte sentimiento se instaló en su pecho.

—Como escuchaste, involucraron a tu madre, Katia, ese era su nombre.

«Su nombre...» —pensó con una leve sonrisa y una mirada suave.

Todos la observaron con preocupación. Al percatarse de sus miradas, no entendía porque la miraban de esa manera, pero reaccionó al sentir sus mejillas húmedas. Sorprendida posó sus manos sobre sus mejillas, fue entonces que se dio cuenta que estaba llorando. Sus lágrimas no parecían tener fin.

—¿Eh? ¿Por qué no se detienen...? —dijo para sí misma.

«Es normal... Después de todo, no ha sabido nada de sus verdaderos padres... Hubo un momento en el que creí que preguntaría por ellos, y temía porque no sabía que podría decirle. Sin embargo, hubiese preferido que preguntara y no ver esa triste sonrisa, llena de resignación y al mismo tiempo alegría» —pensó Seigen abatido.

—¿Estás bien? Puedo contártelo en otro momento —sugirió preocupado.

—¡No! —negó inmediatamente, sorprendiéndolo—. Estoy bien, es solo que... de alguna manera... me siento feliz y al mismo tiempo triste... Es extraño... —confesó secándose las lágrimas—. Puedes continuar.

Arima dudó por un momento.

—Déjamelo a mí —habló Seigen, sorprendiéndola.

—¿Papá? —pronunció confundida. Seigen no se sentía digno de ser llamado de esa manera.

—¿Estás seguro? —indagó Arima.

—Sí —asintió. Volteó su mirada a Ciel y continuó—: En ese entonces, Katia tenía 17 años, era una chica alegre con un fuerte sentido de la justicia. Deseaba fuertemente terminar con la larga lucha entre los kegares y Onmyoujis. En consecuencia, Carlos y Sebastián la engañaron y la utilizaron. El objetivo de ellos era crear al "Miko", aquel niño que nacería con los poderes del yin y el yang, y que acabaría con la larga lucha de mil años.

—¿Por qué la eligieron a ella? —preguntó Ciel con el ceño fruncido. Seigen guardó silencio y ella continuó—: Si Carl en ese entonces era parte de los Onmyoujis, significa que no llamaría la atención, sino hasta lograr su objetivo.

—Déjame explicarte eso —habló Arima—. Katia tenía... un perfil bastante bajo y eso era debido a que...

—¡Arima-sama, se lo ruego! —habló apresuradamente Tsuki Zeze.

—No, ella tiene el derecho de saberlo —dijo serio. Nada lo haría cambiar de opinión—. La causa de que Katia tuviera un perfil increíblemente bajo era la siguiente: Tu madre era hija de Tsuki Zeze.

Ciel entró en shock. Sentía que todo su mundo se derrumbaba. En ningún momento, bajo ninguna circunstancia, ni en sus pesadillas, habría imaginado aquello. No era la única en shock, de hecho, todos lo estaban. Nadie sabía eso a parte de Arima y Tsuki Zeze.

—¿¡Que ha dicho Arima-sama!? —Se sobresaltó Miku.

—¿H-hija? ¿Cómo es posible? ¿Por qué...?

—Así es. Tsuki tuvo una "aventura" con una mujer de bajo rango. Esa mujer quedó embarazada. Sin embargo, al saber las consecuencias de esa "aventura" ocultó su embarazo, incluso de Tsuki. No fue hasta que dio a luz que le dijo la verdad.

»Varias personas se enteraron de aquello e inmediatamente despreciaron a la niña. No era de sangre pura. La mujer fue asesinada al poco tiempo. No obstante, antes de su muerte, le rogó a Tsuki y a mi padre, proteger la vida de esa niña. Por ello, se escondió el secreto de tal manera que nadie más se enterara.

—Era un blanco perfecto... —interrumpió Ciel con su voz apagada. Le costaba decir aquellas palabras.

—Sí...

—Eso quiere decir que... mi tío es abuelo de Ciel... —mencionó Miku aturdida. Ninguno de los dos mencionados dijo nada.

—¿Qué pasó con... mi madre? —preguntó Ciel, levemente nerviosa. Era la primera vez que la llamaba así y aunque ya no estaba, se sentían bien. En cambio, Tsuki frunció el ceño.

—Hace dieciséis años, nos dimos cuenta del "experimento" que estaban haciendo. Era algo que debía de terminar, entonces mandé al "Ritsu" con la orden de limpiar todo —respondió Arima. Ciel abrió los ojos grandemente y tragó en seco.

—Yo era el líder de ese grupo y Carlos estaba incluido —confesó Seigen, llamando la atención. El corazón de Ciel dio un vuelco, se puso pálida, comenzó a sudar frío y un nudo se instaló en su garganta. La tensión en la habitación se instaló en ese mismo instante, crenado una presión increíble. Todos estaban expectantes y con los nervios de punta—. Cuando llegamos, se inició con la limpieza de manera inmediata. Todos estaban corrompidos.

»El padre de Carl le reclamó y lo acusó de traidor, pero cumplió con su trabajo y lo asesinó. Cuando creímos que habíamos terminado, encontramos a tu madre dándote a luz. Se encontraba en el subterráneo. Mi trabajo era asesinarlas a ambas —confesó e hizo una breve pausa y observó a Ciel por un momento, pero ésta no decía nada, estaba completamente aturdida.

—C-continua, por favor —tartamudeó al notar el silencio de Seigen.

—Fui incapaz de hacerlo —declaró—. Katia murió poco después de darte a luz, sus últimas palabras fueron: "Su nombre es Ciel. Mi querida Ciel Tanaka".

Los ojos de Ciel se aguadaron y sus lágrimas volvieron a salir.

—Decidí que te traería conmigo, pero primero tenía que llevarte con Arima. Varios se quedaron para terminar con todo de una vez y que nadie se acercara a ese lugar. Pude recuperar el cuerpo de Katia y fue sepultada en un lugar lejos de ahí. Era la única que no estaba corrompida, por lo cual quise darle una mejor sepultura.

—Seigente llevó conmigo —Llamó la atención—. Al final acordamos que para tu bien, tuverdadera identidad debería de ser un secreto y los Comandante Celestiales teentrenarían para que tuvieses control sobre tu poder. Le dije a Seigen que losprimeros meses te quedarías conmigo, bajo completa supervisión. No sin anteshacer un chequeo, el cual lo realizó Mike. Esa misma noche, Carlos atacó eintentó llevarte con él, pero Seigen logró detenerlo. 

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora