Capítulo 36

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¡Hola, estoy de vuelta!

Lo sé, he tardado demasiado y pido disculpa por eso. La razón es simple, estoy trabajando en una novela... y a veces, paso metida demasiado en ello. También, como es obvio, tengo estudios y cosas personales que atender. Aún así, les pido una disculpa. 

Ya sin más, ni alargarnos demasiado, les dejo el capítulo.

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La sala se encontraba en completo silencio. Era un silencio ahogador. A todos les costaba asimilar lo que acababan de escuchar. Habían sido parte de un plan del cual no tenían ni la más remota idea. De pronto, un golpe sordo fue todo lo que se escuchó sacando a todos de sus pensamientos, abrieron sus ojos como platos al ver a Ciel desplomada en el suelo con los ojos bien abiertos y lágrimas desbordando de ellos.

—A-ahora todo tiene sentido —pronunció con voz quebrada—. Absolutamente todo —repitió con voz temblorosa mirándose las manos—. Yo... yo no debí haber nacido —dijo al mismo tiempo en que sus ojos se apagaban.

—¡Exacto! —alzó la voz Tsuki—. ¡Si no fuera por ti, ella no hubiese muerto! —reclamó mordiente.

—... Sí... —respondió con voz apagada.

—¡Eso no es cierto! —contradijo Yukari tirándose a abrazar a Ciel de manera protectora, sorprendiéndola, al mismo tiempo en el que una gran espada se encontraba a centímetros del rostro de Tsuki Zeze, sorprendiendo a todos.

—¡¿Tenma?! —gritaron todos sorprendido.

—Una palabra más, y estás muerto, viejo —amenazó cortante. Todos guardaron silencio, nadie tenía deseos de defender a Tsuki, gracias a sus comentarios fuera de tono.

«¿Yukari...? ¿Tenma...?», pensó Ciel viéndolos con los ojos sin vida.

—Te equivocas con Ciel —habló Yukari llamando la atención—, haces mal en decir que no debió nacer, en poner tu odio en ella y en echarle la culpa de todo —mencionó con el ceño fruncido—. Ella no decidió nacer, ella no pidió sufrir de la manera en la que lo ha hecho, ella no pidió ser rechazada —la abrazó más fuerte—. La razón por la que Katia murió no fue Ciel, fue Carl y también, su deseo de que Ciel tuviese un futuro, dio su vida para protegerla porque la amaba, porque es su hija y eso es todo —. Volteó a ver a Ciel con ternura y dijo—: Una madre daría la vida por sus hijos sin importar qué —Volvió su vista al frente y declaró—: Aún ahora y siempre, Katia vive y vivirá en Ciel.

Todos sonrieron y Tsuki no tuvo más remedio que guardar silencio. Aquellas palabras dichas por Yukari hicieron eco en la mente de Ciel, se repetían una y otra vez, a tal punto en el que dejó de ser consciente de sí misma. De repente sintió un abrazo cálido y escuchó una dulce voz que le decía—: "Así es, estoy contigo y siempre lo estaré, querida hija. Mi pequeña Ciel".

Aquella sala que hasta hace poco era un silenció profundo, fue invadida por el llanto de Ciel, quién se aferraba a Yukari como si fuese su único refugió en el mundo. No le importaba dónde estaba ni con quienes, no era consiente de nada. Solo podía llorar y gritar, solamente quería desahogarse por una vez en su vida. Quería sacar todo lo que había guardado durante años y no había podido, aquello que se encontraba en lo más profundo de su ser. Solo deseaba ser ella misma.

Magano.

—Tu padre se interpuso en mi camino. Desde entonces, tuve que remodelar mi cuerpo muchas veces —comentó con una sonrisa y una mirada fría—. Ustedes los Amawaka no dejan de meterse en mi camino y traer problemas, pero esta vez, será el fin —aseguró.

—¡Te equivocas! —alzó la voz—. Es solo el comienzo, ya verás cómo te destruirán.

—¿Estás segura? —se acercó amenazadoramente—. Solo mírate, atada incapaz de moverte y cubierta de golpes, tu única opción es morir —Observó por unos momentos el rostro furioso de Mayura y añadió—: Además la última vez, Ciel desprendió un gran poder por lo que puedo deducir que su verdadero poder está por salir, entonces buscará respuestas —Sonrió ampliamente—. Y se quebrará.

—Ciel no es débil. No importa cuál sea su origen o lo que tenga que pasar, ella se levantará una y otra vez —aseguró fulminándolo con la mirada.

—Ciertamente, pero... —Se alejó unos centímetros— no importa cuán fuerte sea una persona, no puede con todo ella sola, tocará el límite y... simplemente se desboronará por completo. Sacará todo y quedará en un vacío que nadie podrá llenarlo y cuando eso pase... —rió.

Mayura frunció el ceño sudando frío.

—¿Cuándo eso pase... qué? —interrogó levemente nerviosa.

—Solo será un recipiente sin vida y su poder se desbordará. Ella misma traerá el fin a la isla Tsuchimikado.

Mayura abrió los ojos, aturdida, incapaz de creerlo.

—¡Imposible! ¡Ella jamás haría algo así, sin importar qué! —replicó y Carl soltó una carcajada.

—¡Por supuesto que sí! ¡Después de todo es solo una hibrida, ni siquiera es humana por completo! —escupió a carcajadas aterrando a Mayura—. ¡Su poder traerá el caos! —Fue lo último que dijo y salió de la habitación mientras reía fuertemente. Al mismo tiempo, en el que realizó una seña con la mano a un hombre que entró a la habitación de Mayura. Al poco tiempo se escucharon golpe y gritos provenientes de la habitación.

Carl continuó su camino hasta encontrase con Mike.

—¿Qué sucede? —preguntó serio.

—Si continúas así la matarás —dijo Mike serio.

—No, no morirá —Guardó silencio unos instantes—. Voy a quebrarla, está vez me asegurare que no quede ni una pisca de vida en su alma, no cometeré el mismo error que con Ciel.

—Es diferente, puedes obtener un resultado que no te guste.

—Es frágil —aseguró—. Para ser una Amawaka aún no sabe lo dura que puede llegar a ser la realidad. Es demasiado amable y gentil, posee un fuerte espíritu, pero es demasiado ingenua y esa es su debilidad.

—Así que...quieres destrozarla...

—¡No hay mejor manera! —dijo Dorian, apareciendo con una sonrisa. Mike lo observó con desagrado—. Romper a las personas como cristales, es la mejor manera para asegurar que se vuelvan sumisos, que pierdan la esperanza, las motivación, ideales, el deseo de vivir... es la mejor manera para convertirlos es marionetas —afirmó con una sonrisa.

—Tch... Eres desagradable, tú y tus fetiches raros—resopló Mike, irritado.

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora