Capítulo 1

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Colegio Tsuchimikado.

Los alumnos se hallaban reunidos en el gran auditorio, escuchando las orientaciones del primer día de clases.

—Bueno, eso es todo —finalizó el Director Arima Tsuchimikado—. Pueden ir a sus salones —añadió con una sonrisa característica de él. Los alumnos dieron media vuelta y se dirigieron a sus respectivos salones.

—Otro año más, juntos —habló sonriente un chico cabello café, dientes de tiburón y ojos rojos.

—Sí, demos lo mejor —respondió alegre una chica rubia con puntas verdes y ojos azules.

—Sí... —asintió con una leve sonrisa una pelinegra de ojos verdes.

Entraron al salón de clases y se posicionaron en sus respectivos lugares. Después de unos minutos el maestro llegó y comenzó la clase.

Los días pasaban sin prisa alguna. Era un año nuevo, nuevas oportunidades, nuevos amigos, nuevos amores, nuevos conocimientos, etc. El tiempo seguía corriendo, trayendo consigo muchas cosas, buenas o malas, el tiempo no se detiene.



Dos niñas corrían alegremente en el parque, entre risas y juegos, siendo supervisados por una persona adulta. Luego de un rato, se sentaron en el césped mientras una de ellas —la niña rubia— hacia un collar de flores. La pequeña niña de cabello café la miró curiosa.

—¿Me enseñas, Mayu-nee? —preguntó con una sonrisa.

—¡Sí, te enseñare! —contestó contenta con una enorme sonrisa. La pequeña de cabello café abrió sus ojos grandemente y ensancho su sonrisa con un brillo intenso en sus ojos, estaba feliz.



Abrió los ojos y se levantó de golpe, se llevó una mano a la cabeza y con los ojos abiertos como platos, miles de recuerdos vinieron a su mente y su cuerpo se estremeció.

—Ciel... —susurró atónita con los ojos cristalizados. De repente la puerta de la habitación se abrió...

—Es hora de desayunar, Mayu... —guardó silencio—. ¿Mayura?, ¿estás bien? —indagó preocupada.

—... No, no es nada —negó con la cabeza y forzó una sonrisa. Su madre decidió no preguntar más, entendió que Mayura no era capaz de decirlo, al menos por ahora.

«Hmm... Creo que será mejor que se los diga, no hago nada quedándome callada. No quiero preocuparlos... », pensó angustiada entrando al baño.

Después de bañarse y cambiarse, bajó a desayunar.

—Buenos días —saludó con una pequeña sonrisa.

—Buenos días —contestaron sus padres. Seigen inmediatamente notó que algo le pasaba a Mayura, decidió no preguntar, esperando a que ella misma hablara.

La madre de Mayura sirvió el desayuno. En medio del desayuno, Mayura dejó los cubiertos en la mesa, llamando la atención de sus padres y habló.

—Yo... Soñé con Ciel —mencionó Mayura finalmente, Seigen y Yukari se congelaron en ese mismo instante —. Creo que más que un sueño, fue un recuerdo de cuando éramos niñas —expresó con nostalgia. Yukari y Seigen guardaron silencio, no sabían que decirle en ese momento. Eso era algo que incluso a ellos les afectaba.

—Supongo que es normal, has de extrañarla —comentó Yukari con un tono de voz suave.

—Hace seis años que desapareció y no hace mucho fue su cumpleaños, de seguro es por eso —mencionó Seigen y Mayura asintió tristemente.

«Posiblemente Ciel haya muerto», pensó Seigen absteniéndose en decirlo en voz alta. Ese era un tema que le afectaba a los tres, mayormente a Mayura.



—¿Te pasa algo, Mayura? —preguntó curioso un pelirrojo con audífonos, viendo fijamente a Mayura.

—¿Eh?, no —negó con una sonrisa forzada.

—Eres mala mintiendo, se nota que algo te pasa —dijo serio con el ceño fruncido.

—Shimón tiene razón —apoyó Rokuro serio—. Algo te pasa.

—Has pasado... decaída, Mayura... Nos tienes preocupados —comentó Benio suavemente. Mayura bajó la cabeza sintiéndose mal por haberlos preocupado. Suspiró profundamente preparándose para hablar.

—Lo siento, no era mi intención preocuparlos —se disculpó cabizbaja—. Les contaré —afirmó decidida—. Soñé con Ciel —Soltó de golpe. Rokuro quien estaba bebiendo un refresco casi se atraganta y terminó escupiéndolo —accidentalmente se lo tiró a Kinako—, y los demás se quedaron congelados, incluyendo Tenma quien acababa de sentarse al lado se Shimón.

—P-pero... —tartamudeo Rokuro temblando y sudando frio—. E-ella está muerta... ¿No? —balbuceó nervioso con su cuerpo aún temblando. Mayura se estremeció y sus ojos se abrieron de par en par—. D-digo... N-no quise decir eso... —dijo con los nervios de punta sudando frío y moviéndose exageradamente tratando de enmendar lo que acababa de decir.

—Solo dijiste la verdad —intervino Tenma, su rostro no mostraba ninguna expresión. Mayura había comenzado a temblar.

—¡No digas...! ¡Mayura! —gritó Shimón preocupado. Mayura había salido corriendo con lágrimas en los ojos. Volvió su vista a Tenma y los miró molesto.

—¿Qué?

—Eres un idiota, Tenma —le dijo molesto, se levantó y fue tras Mayura.



En algún lugar, se encuentra una casa en mal estado, cubierta por la oscuridad y la misma nada. Por dentro todo estaba cubierto de moho y plantas enrolladas en todo el lugar. Sin embargo, no todo era lo que se veía, había una sala subterránea llena de diferentes tipos de aparatos, desde aquellos que parecían indefensos a enormes maquinas aterradoras. Aparte, había varias "habitaciones" marcadas con números, las puertas de cada habitación eran de metal, un metal muy especial, casi impenetrables. Esas habitaciones estaban altamente reforzadas con mucha seguridad. Con la tecnología necesaria se podían hacer muchas cosas.

Un hombre caminaba entre los pasillo, iba vestido de blanco —como enfermero— con una máscara que le tapaba todo el rostro. Se aproximó a una puerta de metal que decía: "E-2-435". El hombre insertó un código en un panel digital, seguido de su huella digital, reconocimiento de voz y por último, la cerradura. Al abrir la gran puerta se dejó ver a una chica de cabello y ojos café, sus ojos estaban carentes de vida acompañado de una cicatriz, su rostro neutro con una mirada fría y tenía moretones en el cuerpo.

—Es momento de tu cita médica, Ciel —dijo el hombre con un tono de voz burlesco. Se quitó la máscara, sus ojos eran negros, destilaban maldad y su cabello era de color azul. En su rostro se reflejaba una sonrisa macabra.

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Me tardé un poco, pero no tenia ideas para esta historia. Espero que les guste.

Próximo capítulo, la otra semana.

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora