Capítulo 39

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Ciel y Tenma se encontraban luchando dentro de un cubo, era una barrera increíblemente poderosa y hacia perfectamente su trabajo de retener a Ciel. Aunque si continuaban de esa manera y Ciel se transformaba por completo, no duraría por mucho tiempo.

Ciel atacaba ferozmente una y otra vez, ni siquiera era consciente de sus ataques o el daño que recibía. Por otro lado, Tenma se centraba en esquivar los ataques y evitar lastimarla, aunque en algún que otro momento, le era imposible. Había intentado hablar con ella y hacerla reaccionar, pero no lo escuchaba.

De repente, su cabello se volvió completamente blanco, la esclerótica de sus ojos se volvieron negras y las marcas rojas se intensificaron, de manera que parecían venas que se incrustaban en su piel. Esto sorprendió a Tenma, quien frunció el ceño.

«Rayos, ¿qué es lo que está pasando? Según el cuatro ojos... sus poderes son un experimento para crear al "Miko", entonces ¿posee tanto el yin como el yang...? Si es así... significa que el yin está ganando».

Tenma se detuvo y suspiró pesadamente.

«Esto se está complicando. Es mi última oportunidad para traerla de vuelta».

—Ciel, sé que puedes escucharme, tienes que reaccionar. De lo contrario no volverás a ser tú misma.

No obtuvo repuesta alguna, en cambio, fue lanzado contra la barrera. Apretó sus dientes fuertemente y se reincorporó.

—¿Piensas renunciar a tú vida de esta manera? —preguntó con el ceño fruncido. En respuesta fue golpeado de nuevo—. Tienes que luchar, puedes hacerlo, sé... —Y nuevamente fue embestido. Así fue una y otra vez. Él no se defendía y Ciel evitaba que se le acercara. A causa de eso, Tenma se encontraba con bastantes heridas, pero afortunadamente ninguna era grave.

Finalmente, todos llegaron y se sorprendieron al ver el cambió de Ciel y de cómo Tenma era golpeado una y otra vez.

«Viendo como están las cosas... es imposible traerla de vuelta... Hay que detenerla o todos perecerán», pensó Arima angustiado.

—Es suficiente, Tenma —alzó la voz Arima, llamando su atención—. Si continúas así, serás tú el que termine mal. Ríndete, debes enfrentarla.

—Me niego —dijo con firmeza.

—¿¡Qué?! Tenma, te entiendo pero no es momento de poner los sentimientos primeros, es una amenaza, hay que pensar en todas las personas que hay en la isla.

«¿Qué me rinda? ¿Cómo puedo hacer eso cuando fue ella quien me salvó de mi soledad? ¿Cómo puedo hacerlo teniendo estos sentimientos? Ella fue la primera que me comprendió y se quedó a mi lado a pesar de mi insistente rechazo».

—Tsk —Apretó su dientes fuertemente.

«No pienso perderla de nuevo».

—¿Terminaste? —Lo observó serio— No pienso rendirme, pero si ustedes realmente quieren matarla... —frunció el ceño—, tendrán que enfrentarnos —dijo al mismo tiempo en el que Rokuro, Benio, Damián, Shimón y Seigen se posicionaban frente a ellos.

Arima se sorprendió y apretó sus puños, frunciendo el ceño.

—¿Realmente piensan hacer esto?

—Sí, es nuestra amiga —respondieron Benio, Rokuro y Shimón.

—Ella es cómo mi hermana. Esta vez no fallaré en protegerla —dijo Damián serio.

—Es mi hija —afirmó Seigen con seguridad. La carga que sentían minutos atrás se había esfumado por completo.

«Salvaré a mis hijas, sin importar qué pase. Así tenga que enfrentarme a todo el mundo», pensó.




—Todo lo que necesitas hacer es venir conmigo.

—Sí... —asintió débilmente con su voz ida y de la misma manera, comenzó a ponerse en pie. De repente escuchó una voz.

—¡No, no vayas!

Se detuvo en seco.

—No vayas, te está mintiendo, debes recordar lo que realmente pasó, no dejes que manipule tus recuerdos.

—¿Quién eres? ¿Por qué dices eso...? Tu voz... me resulta familiar —dijo débilmente.

—Si quieres saberlo, entonces ¡recuerda!

—¡¡No la escuches, ella te quiere engañar!! —exclamó la primera voz, esta vez su voz sonaba con eco y desesperación.

—No es cierto y lo sabrás cuando recuerdes —dijo. Su voz era suave en todo momento.

—¿recordar? ¿Qué debo recordar? —preguntó confundida—. ¿Quiénes son ustedes?

—¿Quieres seguir sufriendo?

—No abandones tus sentimientos, sin importar cuan dolorosos sean.




Mientras Ciel luchaba internamente, en el exterior permanecía una gran tensión. Cuando de repente,  comenzó a descontrolarse, lanzando golpes al azar.

—Se está descontrolando, hay que detenerla...

—Pero no asesinarla —Damián interrumpió a Arima.

—Se lo que sienten, pero como Onmyoujis es nuestro deber.

—Tenma, déjanos ayudarte —pidió Shimón.

—Es suficiente con que ayuden allí, yo me encargo de ella.

—¿Realmente, piensan darle la espalda? —preguntó Rokuro, molesto.

—Ella siempre confió en ustedes y los consideró como su familia —mencionó Benio.

—Todos sabemos quién es Ciel, es hija de Seigen, hermana menor de Mayura, es alumna de ustedes, es nuestra amiga y... una Onmyouji —sentenció Shimón.

—Tienes razón, también es mi paciente. Confió en ella —apoyó Kankurou.

—Ya cometí un error una vez, no lo haré de nuevo —habló Kengo—. Confiaré en ella.

—Así es —dijeron en unísono el resto y sonrieron levemente.

—De acuerdo. Esperemos un milagro —accedió Arima, preocupado.

De repente, escucharon un fuerte golpe. Todos voltearon a ver y Ciel se estaba golpeando contra la barrera, para luego golpearse a sí misma.

—¡Ciel! ¡Tenma, ¿Qué está pasando? —preguntaron al unísono.

—No lo sé... de repente comenzó a atacarse a sí misma.

—¡Se está haciendo daño, detenla! —gritó Damián desesperado.

—Tsk, ¡Ya lo sé, no tienes que decírmelo! —reprochó al mismo tiempo en el que se acercó a Ciel. Esta última tenía preparada una espada y estaba a punto de atravesarse el estómago, pero Tenma le sujetó el brazo a tiempo—. ¡¿Qué crees que haces?! ¡¿Piensas terminar con tu vida de esta manera?! ¡Tú no ere así! —reprendió. Ella lo atacó y comenzaron a forcejear con la espada. Ambos tiraban con la misma fuerza.

—¡Rokuro, intentemos con resonancia!

—¡No se metan!

—¿Qué? ¡Podemos ayudar! Hay algo en ella que...

—Eso es por el origen de sus poderes, ¿recuerdas lo que dijo el cuatro ojos?... Si realmente es así, ustedes solo empeoraran las cosas... Para empezar, ustedes fueron el detonante para que ella despertara sus poderes.

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora