Capítulo 48

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Pese a que estaban en plena guerra, la ciudad no estaba tan destruida, era admirable como habían mantenido gran parte de la isla intacta, esto era gracias a las barreras hechas por la casa Ujii, que mantenían a los kegares encerrados en sus respectivas zonas de batallas. Todos y cada uno de los Onmyoujis luchaba fervientemente contra los kegares, estaban cubiertos de sangre mezclada con la suciedad y el sudor, la ansiedad y el miedo recorría sus cuerpos al ser conscientes de esta gran batalla. Aunque sus cuerpos estuvieran cansados, la tensión, ansiedad y miedo a morir como sus compañeros —cadáveres tendidos en el suelo— y ver nuevamente a sus familias no les permitía detenerse y los obligaba a seguir luchando.

Ciel se acercaba cada vez se acercaba más y más al último campo de batalla, estaba tensa y nerviosa, por primera vez lucharía con la voluntad de vivir, esta vez todo era diferente. Finalmente pudo escuchar voces y la primera que escuchó fue la de Carl.

—¡Me tienen harto ustedes y sus palabrerías! —se exaltó nuevamente—. ¡¡Los mataré a todos y destruiré la isla, no dejaré nada para cuando ellos regresen y lo lamentaran por el resto de sus vidas!! —aseguró—. ¡¡Les demostraré que con Carlos Nakahara, nadie, óyeme bien, absolutamente nadie se mete!! —amenazó, expulsando su poder haciendo temblar a la isla, alertando a todos los Onmyoujis.

Se detuvo en seco y frunció el ceño. Observó como en el cielo se esparcían balas de oscuridad indiscriminadamente sobre un rango amplio, era el mismo ataque que la última vez. Ciel formó un circulo en el suelo, aumentó su poder, llamó a Hura y se transformó. Seguidamente, activó un talismán del cual salieron una gran cantidad de muñecos de sí misma y, antes que las balas de energía oscura se dispararan, sus muñecas dispararon una gran cantidad de trozos de hielo largos acabados en punta, que chocaron contra las balas de energía.

—¡¿Qué?! —Abrió los ojos como platos, sorprendido. Antes de darse cuenta, Ciel apareció por encima de Carl y le lanzó una hoja de relámpago, seguidamente de una ráfaga de disparos. El impacto levantó una cortina de polvo.

Ciel se posicionó delante de Arima y Arata, y dijo—: Yo me encargo, ustedes tienen un trabajo que cumplir.

—Bien. Al aparecer todo va según el plan —sonrió Arata.

—No te confíes, tengo un mal presentimiento —bajó la voz un poco—. Estén alertas —sentenció. Tanto Arima como Arata se quedaron viendo, confusos y asintieron.

—Está bien, entonces nosotros nos retiramos. Ten cuidado —dijeron al unísono.

Ella asintió y ellos se fueron del campo de batalla, justo en ese momento, Carl arremetió contra ella con una esfera de energía oscura; por consiguiente, Ciel lanzó otra esfera de energía. Ambos ataques chocaron ferozmente entre sí, crenado una inmensa explosión que arrasó con todo a sus alrededores, tanto árboles, como edificios, casas y todo lo que hubiese en el terreno.

—Ha… me has dado demasiados problemas, Ciel —mencionó frío y molesto—. ¡Esta vez no tendré piedad!

—Digo lo mismo —aseguró con un tono de voz monótono y sus ojos se oscurecieron—. Te aseguro que pagaras, uno por uno, todas las cosas que has hecho.

Carl soltó una carcajada y dijo con sarcasmo—: ¿Tú me harás pagar?

Ciel soltó una risita burlesca y respondió—: Me gustaría decir que sí, pero, no estoy sola. Yo seré la herramienta que cargará con los sentimientos de todos y cumpliré el deseo de todos.

En el momento que dijo eso, dos enormes golem aparecieron a su lado, junto a su ejército de muñecas y reforzó su equipamiento de vestimenta. De un gran saltó se dirigió hacia Carl con una patada descendente, él la esquivó; la patada impactó en el suelo, agrietándolo y haciendo que las piedras salieran volando, de las cuales tomó ventaja y las lanzó con fuerza en dirección a Carl. Este último, hizo aparecer sus garras y las destruyó mientras avanzaba hacia ella; sin embargó fue interceptado por un golem, quien lo estrelló contra el suelo de un puñetazo.

Carl soltó un quejido, apretó sus dientes y frunció el ceño. Reforzó su equipamiento de vestimenta, especialmente los brazos y garras. De la palma de sus manos salió una ráfaga de energía que atravesó al golem, desintegrándolo. Todavía en el suelo, fue atacado por una muñeca, la cual disparó un rayo. Rodó en el suelo y los esquivó. Se impulsó y se levantó rápidamente, desapareció sus garras y a cambio, hizo aparecer una espada. Al mismo tiempo que era atacado por varias muñecas. Blandió la espada y partió a una por la mitad, giró sobre sus talones y esquivó unas cuchillas de viento, seguidamente, bloqueó el ataque del golem, quien presionaba con fuerza.

Las muñecas y Ciel recargaron un ataque y lo lanzaron al mismo tiempo. Al percatarse, se alejó del golem. Sin embargo, no salió ileso, fue alcanzado por el ataque masivo, haciéndolo volar lejos. Sin perder el tiempo se reincorporó, cargó una gran esfera de energía con relámpagos negros. Ciel y sus muñecas iba a arremeter de nuevo, cuando Carl impactó su ataque hacia el suelo, sorprendiéndola. La energía y los relámpagos fluyeron en el suelo e impactaron contra el ejército de muñecas, el golem y Ciel, provocando que se paralizaran por unos instantes; aprovechando esto, Carl preparó una gran cantidad de bolas de fuego negras, llenas de un gran poder explosivo, y las lanzó. Al recibir este ataque, fue obligada a retroceder, sus muñecas fueron exterminadas al igual que su golem. No obstante, creo una pared frente a ella y disparó varias cuchillas de tierra, las cuales Carl desvió con la espada.

Al momento en el que Ciel se recuperó del último ataque de Carl, se abalanzó contra él, haciendo aparecer sus garras. Lanzó un fuerte zarpazo. Carl lo bloqueó con la espada, pero esta se rompió ante el impacto. Carl se sorprendió.

«¡Se ha vuelto más fuerte!», pensó al mismo tiempo dio un salto hacia atrás en un intento fallido de mantener distancia, puesto que Ciel no cedió y continuó atacándolo con más fuerza, obligándolo a crear una barrera defensiva.  

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2022 ⏰

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Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora