Capítulo 31

36 8 2
                                    

Por unos minutos el cielo se cubrió por una esfera de energía maligna, para luego explotar. La explosión fue masiva, arrasando con todo a su paso. El viento rugió, la tierra tembló, los cielos relampaguearon, los árboles, plantas y animales que había cerca, sucumbieron ante aquel poder. En la tierra, a pesar que la esfera de energía no tuvo contacto con ella, quedaron marcas profundas que terminaron en un enorme cráter.

Anonadados y llenos de preocupación, observaban todo, no había nada más que destrucción y las evidencias de una gran batalla. Comenzaron a temer de haber llegado tarde. Sin embargo, Tenma fue el primero en movilizarse.

—Aquí están —anunció Tenma con el ceño fruncido. El resto de los Comandantes Celestiales fueron inmediatamente y abrieron los ojos a más no poder. No podían creer lo que sus ojos miraban e incluso dudaban de lo que veían. En los más profundo del cráter se encontraban tendidos Shimón y Ciel, completamente inconscientes, sus ropas estaba rasgadas y mucho más las de Ciel que apenas y le cubrían partes del cuerpo. Ambos tenían heridas por todos lados, se encontraban cubiertos de tierra mezclada con la sangre. Shimón tenía una "herida" profunda en el estómago­—. La vida de ambos cuelga de un hilo hay que llevarlos inmediatamente —habló Tenma sacándolos del Shock en el que se encontraban, actuando de manera inmediata.

Ese día fue desastroso y doloroso para todos. La isla y sus habitantes, en general, recibieron mucho daño y aunque ha pasado tres semanas desde entonces, algunas cosas se mantienen como si el tiempo no hubiese pasado en absoluto. La casa Ikagura tuvo grandes bajas debido a la salud delicada de Shimón y aunque, afortunadamente, su vida ya no está en riesgo y lo dieron de alta, sigue en reposo sin poder hacer ningún tipo de misión. Por otro lado, Ciel quien continúa en el hospital y aunque su vida ya no está en peligro, por alguna razón sigue dormida. Hace una semana había despertado; sin embargo, después de llorar y armar un "escándalo" para recuperar a Mayura, junto a Shimón, se desmayó y desde entonces, no ha despertado.

Por otra parte, Set y Nina están completamente a salvo. No obstante, día a día su preocupación por Ciel aumenta. Desde aquél día que se enteraron de lo sucedido y la desaparición de Mayura, abandonaron la casa Amawaka, incapaces de darles la cara, y se refugiaron en una cabaña vieja en los extremos de los Amawaka, donde tiempo atrás vivió Ciel. Sin embargo, al poco tiempo fueron descubiertos por Tenma, quien se lo llevó —a pesar que se negaron muchas veces— a la casa Unomiya.




—¡Agh! —Soltó un quejido del dolor al ser tirada de manera brusca en una habitación vacía.

El hombre no le prestó atención, estaba molesto y todos a su alrededor, al verlo de esa manera, temieron inmediatamente y temieron más aquellas personas encerradas. En definitiva no era una buena señal, en momentos así es cuando sus vidas colgaban de un hilo, y si antes lo hacían, ahora era peor. No, mil veces peor.

—Fred y Kelvin —Llamó e inmediatamente atendieron a su llamado—. Traigan consigo a las siguientes personas —anunció de manera fría con una mirada penetrante. Todos aquellos que se encontraban encerrados, sintieron desvanecerse—. E-2-086, E-1-047, E-0-648, E-1-003 y E-0-123 —Al finalizar, los gritos de terror y suspiros de alivios se comenzaron a escuchar desde diferentes habitaciones.

—Como ordene —respondieron inmediatamente y comenzaron a abrir las habitaciones.

—¿Q-qué? —balbuceó desconcertada—. ¡Uhg! —Intentó levantarse con todas sus fuerzas. Se cayó un par de veces pero finalmente logró ponerse de pies y se aferró a la puerta—. ¿¡Qué significa esto!? ¡¡Déjenlos!! —gritó varias veces pero la ignoraron por completo—. ¡¡¡Carlos!!! —gritó furiosa. Carl se detuvo de golpe y un aura oscura lo rodeó, todos se congelaron y tragaron en seco inmediatamente—. ¡Deja a esas personas, no han hecho nada! No sé qué es lo que harás con ellas, pero viniendo de ti... ¡Seguro que no es bueno! ¡Si tanto deseas hacerle algo a alguien, bien, hazlo conmigo, pero déjalos en paz! —Habló seria y determinada. No quería ver sufrir a nadie más y si en sus manos estaba hacer algo, lo haría sin duda alguna.

Carlos no respondió, ni se volteó, decidió ignorarla y dio un paso hacia adelante.

—¡¡Estoy hablando contigo, Carlos!! —gritó nuevamente. Al finalizar sus palabras, Carl se giró y camino hacia ella. Todos a su alrededor temblaron de miedo. Se paró en frente de la puerta y en un abrir y cerrar de ojos su mano entró por la ventanilla y le sujetó cuello—. ¡¿Agh?! —Soltó un quejido.

—Ahora sé por qué ella era tan tenaz, lo aprendió de ti, ¿eh? —Habló con una voz fría como el hielo—. Escúchame bien, Amawaka —Sujetó más fuerte el agarre—. Todos aquí están en mis manos. Este es mi territorio. La única razón por la que sigues con vida no es por ese chico de la casa Ikagura, ni por Ciel, ni por nadie, es porque yo así lo quiero. Así que, cuida tus palabras y tus acciones si quieres continuar con vida —amenazó soltándole finalmente el agarre. Mayura comenzó a jadear y se esforzó por recuperar el aliento.

—... T-te equivocas —contradijo—. Primero, no puedes asesinarme porque me necesitas; segundo, no tienes el derecho de quitarle la vida a nadie y tercero —Lo miró a los ojos con una mirada penetrante y sonrió de lado—, tú y tu gente van a caer y no podrán hacer nada al respecto.

Carl enfureció y volvió a sujetarla del cuello, haciéndola soltar quejidos del dolor.

—¿¡Qué están esperando para largarse!? —ordenó de manera penetrante. Todos desaparecieron de la sala inmediatamente. Mayura intentó zafarse del agarre, pero él sujetó con más fuerza—. ¿Crees que no puedo matarte? Hay varias formas de conseguir lo que necesito, incluso después de quitarte la vida.

—M-mi sangre... no te sirve si muero, por eso... no puedes matarme —aseguró con una sonrisa. Carl se sorprendió y aunque intentó no mostrarlo, fue inútil, inconscientemente había aflojado su agarre. Al darse cuenta, la lanzó al piso.

—¡Ja, eres ingenua! —Se burló.

—S-si es así, entonces, ¿por qué no nos asesinaste, teniendo tantas oportunidades, en especial a Ciel, Nina y Set? —Carl se sorprendió y esta vez, no pudo disimularlo. Mayura sonrió abiertamente con una mirada fría—. No puedes hacerlo y aunque pudieras, solo incrementarás la ira de los Onmyoujis. Vendrán contra ti sin piedad alguna te devolverán todo lo que has hecho hasta destruirte por completo.

La palabras y el rostro de Mayura lo sorprendieron por completo, haciéndosele inevitable pensar que realmente era un Comandante Celestial, líder de la Casa Amawaka e hija de Seigen Amawaka.

Una lucha sin héroes. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora