Plan "Conquistando Al Uchiha"

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Si, así le había puesto Hashirama de nombre  a su plan, un plan maestro que para él, no podía fallar, tenía todo fríamente calculado y analizado desde todas las aristas.

Habían terminado al menos la mitad del trabajo que tenía ese día, había dejado a su amado en el distrito Uchiha, así que ahora, iba con todo el entusiasmo del mundo a su casa.

Los aldeanos le saludaban y adulaban, este lo más feliz del mundo les devolvía el saludo y alagos, puesto que mañana sería uno de los mejores días de su vida, su aura demostraba felicidad pura que cualquiera que le viera se contagiarían de ella.
Parecía dar brinquitos con cada paso y dejar flores en cada pisada al suelo.

Llegó a su casa muy entusiasta que ni notó que su hermano ya se encontraba ahí.

Tobirsma terminaba de beber su té con calma, mirándolo con detenimiento, dejó fluir su voz
—¿Ahora que hizo ese ojos locos? Te ves tan feliz, Anija.

Sorprendido pero no asustado, asintió
—Oh, Tobirama —sonrió— existir eso hizo —murmuró tarareando, quitándose sus sandalias en la entrada, acomodó el calzado adecuadamente e ingresó soltando un suspiro enamoradizo.

Tobirsma reconocía esa expresión, el mayor parecía haber hecho algo que salió tal y como quería y por su experiencia, seguramente no era del todo bueno.
—A veces me das miedo hermano —dijo el albino mirándolo algo asustado— ¿y qué? ¿Acaso te le declaraste y te aceptó? —decidió cuestionar medio en broma, queriendo saber la felicidad repentina del mayor.

—Aún no —hizo una mueca avergonzada y luego volvió a sonreír— ¡mejor aún!

Tobirsma estaba impactado ¿Acaso?
—¿Él lo hizo?

Hashirama negó.

Confundido y al mismo tiempo aliviado, arqueó sus cejas confundido —¿Entonces?

Dejandose caer frente a su hermano, se sentó en posición de loto mientras lo miraba fijamente
—Mañana partiremos al país de la tierra por acuerdos con los Hyuga.

Tobirama se encogió de hombros —Oh bueno... Espera...

Pronto el albino se hallaba tosiendo el té que anteriormente había bebido mientras escuchaba lo que el mayor decía, sintió su pulso acelerarse y la indignación saliendo de su cuerpo —¿¡Qué dijiste?! ¿¡Estás loco?! ¿¡Quién protegerá la aldea?!

Hashirama lo miró con obviedad, como si el menor fuera tonto y no al revés. —Tú, por supuesto —sonrió tambaleándose como un niño ante el ofrecimiento de un dulce— No te preocupes hermanito, tu e Izuna cuidaran de la aldea, después de todo son los segundos más poderosos de nuestros clanes.

Tobirsma había vuelto a beber su té para tratar de no golpear al mayor, pero tan pronto lo dijo, volvió a toser desesperado ante la mal guía del líquido caliente en otro canal de su garganta. Fulminando con la mirada al castaño, cuestionó
—¿Enserio, Izuna? —suspiró sobando en puente de su nariz, contando apresuradamente hasta el cien. Un leve sonrojo se divisó en la pálida piel de sus orejas.

Hashirama parecía haber visto un fantasma. ¿Acaso era posible? Su hermano había seguramente hecho una amistad con Izuna y entonces, era el motivo de su desconcierto y nerviosismo actual ¿Podría ser eso?
— ¿Por qué esa expresión, Tobirama? ¿Qué hiciste?

Tobirama lanzó otra mirada mordaz, haciendo que el mayor levantara ambas manos por inercia, indicando que no venia armado.



...

...






—¿¡Qué él hizo qué?! —Madara tosía frenético, golpeando su pecho mientras sentía como la rabia florecía creciente, como burbujas de un manantial hirviendo.

Eclipse  (HashiMada) (yaoi) (tobiizu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora