Paso 1

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Ya de por si el conquistar a un Uchiha era difícil.

Y más aún si eres de otro clan.

Peor aún, si eres considerado tan sólo un amigo...

Y peor, si eres el rival eterno de esa persona.

¿Acaso el universo estaba en su contra?

Eso se preguntaba el moreno viendo al azabache, que estaba concentrado en el recorrido que iban trazando al país de la tierra, saltando de árbol en árbol, Hashirama vio cada detalle sin omitir ninguno del azabache, su perfil, el más bello que había visto, tan refinado, tan definido, su piel tan pálida y cremosa, sus mejillas de un color casi rosa, sus ojos tan negros como la noche, su cabello siendo rebelde pero a la vez dándole un toque sensual y perfecto a la vez, las ropas del Uchiha lo hacían lucir tan bien, pero lo que más le encantaba del azabache eran sus labios.... No entendía el por qué, pero sabía que le encantaban, y no es como si los hubiera besado antes... Pero quería hacerlo, anhelaba probar esos labios que poseía el Uchiha.

Le había tomado un tiempo darse cuenta de lo que siente por el Uchiha, claro que tuvo sus momentos de crisis donde se sentía culpable por sentir algo más que simple amistad por el contrario. Se sentía un traidor por ello. Pero no pudo hacer nada cuando Madara estaba siendo elogiado por un mercader hace unos meses y él había actuado de la manera más infantil posible, celoso. Entonces lo había admitido, admitía al plena luz del día si le preguntaran si gustaba de Madara. Pero seria otra historia si Madara le cuestionara. Porque estaba seguro de que el contrario no tenía interés en ese tipo de relaciones, menos aún, con él.

Debió notar más por donde iba, justo al saltar a otra rama de un árbol, no calculó exactamente donde tocaría su pie, por lo que al no tocar nada, su rostro dio de lleno contra el tronco de un árbol y cayó de una gran altura.

—¡Hashirama! —se alertó el azabache al verlo caer, frenando en seco mientras se apresuraba camino al castaño.

Este solo se quejó del dolor de su cuerpo y rostro, lloriqueando al mismo tiempo que se curaba.

—Dios ¿Hashirama estás bien? —preguntó un preocupado azabache que lo ayudaba a sentarse adecuadamente en el suelo— ¿Qué sucedió? ¿Te hiciste daño? ¿Duele?

¿Qué debía decirle? ¿Hey te estaba viendo a ti precioso por eso caí y me di un golpe  en el árbol y luego en el piso y quede en ridículo frente a ti?.... Era una posible solución pero aún conservaba dignidad. O eso quería creer. Sin embargo fue gratificante escuchar la genuina preocupación del Uchiha. Si bien Madara con él era diferente, agradecía qué le mostrara esa faceta solo a él.

Aun mirando la preocupación en los onix del más bajo, suspiró mirándolo seriamente. Tomando sus hombros y notando el impacto qué había tenido en el contrario.
—Una feroz trampa ninja invisible —logró decir con toda la seriedad posible finjida. Madara se quedó completamente paralizado, con una expresión realmente graciosa. Frunció sus perfectas cejas en una mueca de confusión y pronto enojo al entender su estúpida manera de salir de la verdad. —Hashirama...

—Pero  tranquilo, ya estoy mejor hay que tener cuidado, debe haber muchas —Respondió sonriente, poniéndose de pie con algo de dificultad, mientras Madara aún lo veía desde el suelo totalmente incrédulo a lo que había sucedido.  Le tendió una mano y el azabache no tuvo tiempo de dudar al tomarla.

—¿Hashirama qué estas diciendo?... ¿Trampas invisibles ninja? —pronto su expresión fue la de total burla— ¿Es eso o el gran dios de los shinobis se distrajo por algo y cayó?

Hashirama soltó una risa nervioso, incapaz de mentir una vez atrapado por el morocho.
—¿Qué dices Maddy? claro que no —río a carcajadas intentando no parecer avergonzado, habiendo fallado con éxito.

Eclipse  (HashiMada) (yaoi) (tobiizu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora