Eclipse (HashiMada) (yaoi) (tobiizu)

Estúpido Hashirama.

Bien ¿y ahora qué?.

Había dejado su orgullo y se había vuelto más cursi que el castaño...

Tanto que si viajara al pasado y se viera así mismo, o bien vomitaría o  bien evitaría tal Vergonzoso acto de muestra de afecto.

Y es que no estaba, para nada, acostumbrado a que siquiera responda una frase completa...

Pero eso solo le pasaba con Hashirama.

El podía hablar horas sin darse cuenta.

Podía escucharle incluso horas sin molestarse realmente.

Y es que a veces el castaño venía con buenos chistes, anécdotas y chismes buenos que siempre quería escuchar, cuando se topaban.

Estúpido Hashirama, sin duda es su culpa.

Se preguntaran.. ¿Por qué tal dilema del Uchiha?

Bien, pues, ya habían llegado al país de la Tierra, habían llegado a una mini villa donde se acentaba el clan Hyuga.

Y... ¿Qué le había pasado?

Pues fue ignorado olímpicamente por el líder del clan, ninguno le dio la bienvenida como lo hicieron con el castaño y lo tomaron como un simple sirviente.

Estaba que se lo llevaba el diablo.

Y Hashirama ni por los pelos que hizo algo por ello.

Así que estaba super enojado.... No sabía que era peor... O lo resiente o lo cursi que había sido.

Sin duda las dos cosas.

Caminaban en dirección al palacio de los Hyuga mientras el líder del clan no paraba de hacerle ojitos y mirar sin discreción al castaño que tenía una sonrisa profesional mientras contaba, obviamente una falsa travesía, de como habían llegado al país de la tierra.

Parecía que estaba poseído por Susano y que quería comer a cualquiera que se le cruzara... A ver si así Hashirama reaccionaba.

Pero como iba tan distraído, por sus celos e inutilezas que para él si tenían relevancia.

Chocó con alguien, quiso quejarse y mandar al diablo a cualquier pendejo que se le haya cruzado.

Pero entonces sus ojos se abrieron en sorpresa y su corazón dio un vuelco.

Estaba ahí un chico levemente sonrojado, de su tamaño, de aspecto varonil pero muy tierno a la vez, castaño y de tez blanquecina.

Sus ojos perlas le miraban con intensidad y un leve sonrojo se les notaba a ambos. Sonrió levemente y el azabache por primera vez en su vida quiso que la tierra le tragara...pero que le tragara con ese bombón Hyuga.

__lamento haber chocado contigo -se reverenció con una leve y minúscula sonrisa- debí haber visto por donde iba.

__no hay problema -le dijo levemente sonrojado mientras inclinaba la cabeza en señal de aceptación de la disculpa-

__ejemp -carraspeó el líder Hyuga- Hiashi... No estamos aquí por tus distracciones.

__lo siento -se disculpó enseguida poniendose al frente de todos-
Bienvenidos a la villa Hyuga, es un honor tener que atender la presencia del Shodaime-Sama y... -fijo su vista disimuladamente en el Uchiha- Lord Madara.

¡Por fin! ¡Alguien culto, de buenos modales, guapo, sexy y respetuoso que sabía respetar y hacerse respetar!.

__es un honor que estén aquí, por favor siganme -se inclinó levemente y comenzó a caminar dentro del palacio seguido de los escoltas Hyuga y ambos castaños que le seguían-

El azabache se le habían repuesto los ánimos, pero vamos... Uchiha Madara, orgulloso de nacimiento, eso sí era.

Sonrió de lado con ego a la vez que se enderezaba más, caminó al otro lado de Hashirama, pues, esta vez no se iba a dejar opacar, ni en sueños!

El castaño se le acercó levemente al azabache e inclinó un poco su cabeza para susurrarle al Uchiha.

__se ve que lo disfrutas.

__¿disfrutar qué? -preguntó igual en un susurro-

__que agranden tu ego.

__-hijo de- oh Claro que si, alguien por lo menos se dio cuenta -murmuró enojado por lo bajo sin despegar su vista del frente-

__¿darse cuenta?

__¿lo ves? Eres un imbecil Hashirama... Tu y tus cuentitos de "eres importante" "no te alejes" todo eso se vé que solo es cuando te conviene -gruñó por lo bajo-

__¿de qué hablas? -le miró de reojo confundido-

__no te hagas el maldito idiota -murmuró nuevamente- al menos alguien sabe darle el lugar que se merece a cada persona y sabe cuando dar respeto y hacer que respeten...

Y se adelantó unos cuantos pasos más casi cerca de Hiashi, que al notarlo, disminuyó su paso habitual y se colocó al lado del azabache.

__¿se encuentra bien? ¿Madara-sama? -preguntó en un murmullo, sin dejar de ver la dirección a la que iba marcando y la que le iban siguiendo-

__todo en orden... -le dijo calmandose-

__no hay mejor medicina, que dejar al burro que siga -le dijo mirándole de reojo y sonriendo levemente-

El azabache entendió el chiste y por primera vez en su vida, quiso reír con alguien más que no fuera Hashirama o Izuna. Pero estaba ahora en negocios, debía controlarse...

Bueno tal vez solo un poco.

Río levemente bajito, llevando el dorso de su mano a sus labios para evitar que se le escapara una carcajada.

__sabias palabras -dijo en un susurro-

__me es de utilidad con frecuencia aquí -y se detuvo frente a una puerta corrediza y le sonrió- es hora de entrar.

Y abrió la enorme puerta corrediza.
Dejando ver un deslumbrante salón principal, tan amplio y limpio.

"bueno al menos son buenos en algo"
Pensó el Uchiha al ver cuán impecable es el lugar.

__adelante, todos pasen -dijo amable Hiashi, pero cuando Madara iba a dar un paso adentro, el ojiperla le jalo levemente a su lado y dejó  al resto pasar_

__oh lo siento, se me pasa el orgullo a veces -se disculpó el azabache-

__no es por eso -negó mirándole divertido- ¿me acompañas? Se como dejar aún más callado al burro...

__¿podrían ser los dos? -le dijo más entusiasmado siguiéndole mientras este ya cerraba la puerta e iba en otra dirección-

__no, nos hemos presentado correctamente -le dijo el Hyuga mirándole esta vez, con total confianza-

__supongo que tienes razón -le dijo viéndole igual-

__¿acostumbra a ser informal?

__Madara Uchiha -le respondió a la misma vez que le extendía su mano-

__veo que si -rio levemente aceptando su mano- Hiashi Hyuga.

Pero, vamos, ¿son hombres no? Cualquiera pensaría que sería un buen apretón de manos...

Vaya, que equivocado estaba... Más bien, confundido.

Hiashi había besado con sutileza el dorso de su mano... Un ligero rose que le puso la piel de gallina.

Pero no soltó su mano, al contrario, la sostuvo mientras la bajaba, fijó nuevamente su vista al frente y esta vez aceleró el paso.

__hay que apresurarse... Los burros se cansan rápido.

Y nuevamente rió, pero esta vez sin esconder su risa, que era leve pero efectiva.