Anillo De Diamante

1K 104 29
                                    

La mañana había llegado, todos se dedicaban a sus labores, pero el ni siquiera había llegado a la torre en busca de ayudarle a Hashirama. No sabía cómo tomar la nueva información que le había dado Sasuke. ¿El... Aceptaría casarse con Mito? Sintió un sabor amargo en su boca, pasándolo a su garganta con dificultad. Se encontraba haciendo varios papeles para el comienzo de la construcción del distrito Hyuga, pues, el castaño le había encomendado esa labor.

Ojeaba unas que otros permisos del área que se iba a ocupar, contabilizando gastos y esmerándose en hacer una taza de valorización, que no los dejara pobres en aquella construcción.

El viento y la brisa danzaban en aquella mañana, provocando que las hojas de los árboles se mecieran en compañía de aquella danza, también acariciaba las hebras azabaches de Madara, que tan concentrado estaba, que no notó para nada la presencia de alguien más ahí.

Aunque sus concentraciones eran distintas a las que aparentaba, pues tenía mucho que resolver en su mente. Primero, el motivo por el que Hashirama no dijo nada, la manera distante en la que estuvo aquella vez en la oficina, incluso, que no lo había ido a buscar. Pues bien, Madara y la rata albina, como el solía decirle, siempre regañaban al castaño cuando se escapaba de la oficina, pero, justo ahora, el no había ido a buscarlo como siempre, aunque no lo admitiera, le fascinaba que Hashirama hiciera eso por el, se sentía por primera vez especial, pero justa ahora se sentía miserable y patético, con pensamientos adelantados, que no tienen nada que ver con el tema.

Escuchó un ligero silbido, pero no se inmutó hasta escuchar una tenue risita que lo sacó de sus reflexiones.

Miró a quien se había sentado a su lado, pues bien, el morocho estaba esa mañana en el bosque de la zona, en un claro, donde podía ser interceptado de manera rápida. Y justamente ahí alguien lo había interceptado.

Ni siquiera se molestó como otras veces lo hace, cuando alguien interrumpe su agradable y reflexible soledad, en la que solía ser preso por cuenta propia cuando lo necesitaba.

Ladeó la cabeza confundido de ver aquella cabellera dorada, el blondo le sonrió tan deslumbrante, casi como Hashirama. Pues aquellos dos hombres opacaban al mismísimo sol, pero estaba seguro, que aquel rubio, le hacía competencia al astro incandescente por aquellos cabellos, tan dorados y amarillos, que contrastaban aquellos ojos azules.

__¿disfrutando de la mañana? -cuestionó sonriente-

¿Como alguien podía ser feliz? ¿Como alguien puede sonreír así? Le recordó inevitablemente a Hashirama, si, estaba haciendo drama, pero su pecho dolía. Y ni siquiera sabía por qué.

Suspiro mirándole con sumo interés disimulado en un rostro sin expresión, pero relajado.

__si...

El blondo dirigió su vista al frente, apoyando su espalda en el tronco de aquel árbol, en el que ambos se encontraban.

__es interesante sabes... Esta vista, no siempre se puede apreciar. Hay que... Hay que saber verla de un punto de vista, donde sabes que no te vas a arrepentir porque, estás siendo egoísta por ti y eso está bien'ttebayo...

¿Ahora todos le iban a dar una especie de terapia o filosofía que lo pusiera a pensar aún más?

__tal vez tienes razón.

__¿te puedo decir Kitzune?

El morocho soltó una risita divertida de las ocurrencias del blondo y su atrevimiento por aquella informalidad, mas no le importó y asintió.

Admitía que la presencia del rubio era buena, se sentía bien.

__¿cuánto tiempo llevas aquí? -le miró interrogativo el morocho-

Eclipse  (HashiMada) (yaoi) (tobiizu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora