Eclipse (HashiMada) (yaoi) (tobiizu)

Eclipse Lunar

Ff: Hora de la lloracion? :D

Maddy: hora de la lloracion...•_•

Ff: comenzamos XD

Lo había estado buscando toda la tarde, no había pistas de él. La noche se alzaría más temprano ese día, por el cambio de posiciones de los astros, en busca de un segundo reencuentro.

Tobirama estaba agotado, miraba a todos lados pero no hallaba nada, ni siquiera sentía su chakra cerca, ¿Acaso algo pasaba? Miró en dirección a la entrada de la aldea, escuchando la brisa susurrar apenas cosas inentendibles. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al sentir como el frío comenzaba a surcar el ambiente.

Sintió impulso de ir fuera de la villa y con sigilo, así lo hizo.

Avanzó a velocidad por el bosque, sin saber exactamente a dónde iba, pero inconscientemente tenía que ir. Se abrió paso entre los árboles y cuando llegó a un risco, pudo apreciar en la cumbre al Uchiha, sentado mirando como la Luna ya se mostraba en ese atardecer.

Jadeo sintiendo como las gotas de su sudor bajaban por su frente, limpiándolas con su antebrazo, suspiró y se acercó a paso lento. Creía que Izuna no iba a advertir su presencia, pero fue lo contrario, un kunai rozó su mejilla sacándole apenas un hilo de sangre en su reciente roce. Miró asombrado al Uchiha que tenía en frente, su mangekyo activado y esa expresión tan gélida, que juraba sentir que el calor se le escapaba del cuerpo y daba paso a un frío eterno, que le helaba la sangre y hacia detener a su corazón, congelándolo y dejarlo morir.

Izuna al darse cuenta de quien trataba, desvió la mirada, caminando de regreso con el propósito de irse.

El albino, en un intento de aproximarse, fue lanzado casi peñasco abajo por la onda de poder que emitió el Uchiha con Susano. Abrió los ojos sorprendido de sentir el enojo a flor de piel de ese muchacho, pero también presenció como lágrimas furiosas salían de sus orbes, que él limpiaba con rapidez mientras trataba de alejarse, envuelto en ese poder esquelético de un color Gris tenebroso.

Logró con todas sus fuerzas, retomar la postura en el suelo sólido. Nuevamente se acercó a él pero no hizo más que esquivar los ataques que Izuna le lanzaba. No le tocó de otra que lanzar un ataque, para hacerlo retroceder. Y así lo hizo, el menor le miró aún más con enojo por el atrevimiento siquiera de haberle atacado —claro está, que solo el podía atacar, pues estaba enojado—, parado casi al final de la cumbre, la noche temprana llegó, con ella destellaban montones de estrellas y los árboles se mecían ante la mística y misteriosa brisa que los acompañaba.

__¿qué quieres? —interrogó por fin el menor  haciendo que el albino, relajará sus expresiones—

__Izuna, necesito hablar contigo...

__yo no tengo nada de que hablar contigo... Tengo que irme, Madara debe estar esperándome. —desvió en nueva cuenta su mirar, mientras trataba de dar un paso, un paso que le fue impedido por el hombre que tenía en frente— quítate de mi camino.

__no quiero, déjame explicarte.

__¿explicarme qué? No tienes obligación, adelante ve con Kagami, te debe estar esperando yo tengo cosas que hacer.

__así que si estas celoso.

El menor sintió su rostro encenderse con rapidez, aunque ahora en el todo era enojo, ese sonrojo aparte de ser bochorno por la situación era también de enojo.

El albino por su parte se permitió reír, algo que jamás en su vida creyó hacer, no después de la muerte de Itama y Kawarama, pero ahí estaba el, riendo por quien sabe que, mientras Izuna sorprendido le veía. Pues jamás en su vida creyó escuchar su risa, ni siquiera para burla de alguien débil.