II

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La luz del sol tocaba Mondstandt, la gente del lugar abría sus locales y las ventanas de las casas dejaban entrar el calor.

Kaeya ya se encontraba recostado sobre la pared al lado de la taberna Obsequio del Ángel en la espera del pelirrojo y el joven viajero al mismo tiempo que quienes pasaban por ahí le deseaban un buen día respondiendo educadamente.

–¡Kaeya ya está ahí! –gritó la pequeña Paimon al lado del rubio. Asintió sonriéndole y les pidió esperar un poco más hasta lograr ver al cantinero del lugar: Charles.

Era verdad que esa taberna lucía como cualquier otra, pero lo que la hacía especial era gracias a Diluc y el maravilloso vino. De vez en cuando se le veía estar por ahí atendiendo los clientes o simplemente dando una pequeña visita además de pasar a saludar a Charles. No había mejor lugar para tener una conversación que ahí, la confidencialidad tanto de los empleados como clientes eran absolutas. La influencia de Diluc era la mayor autoridad.

Diluc apareció a la par de Charles y entraron al lugar mientras que el segundo comenzaba a tener todo listo para un nuevo día de trabajo en lo que los cuatro principales se dirigían al segundo piso evitando interrumpir.

–¿Pasa algo? –dijo el rubio y los dos mayores asintieron para después comenzar a hablar.

–Los Fatui han estado pisándonos los talones, buscando cualquier oportunidad para hacer quedar mal a Mondstandt y es por eso que estamos aquí; necesitamos la mayor ayuda de tu parte después de observar el potencial con Stormterror –habló Kaeya cruzado de brazos, su voz sonaba un tanto diferente porque de verdad sentía la presión de los Fauti y lo tenía de un mal humor. –. Necesitamos un plan.

–La Orden ha estado activa cerca de Aguaclara y Levantamiento -participó está vez Diluc. – . Los campamentos aparecen rápidamente y la carta enviada por estos solo indica que nos han declarado la guerra. Sora, nos has ayudado con los comerciantes, pero no creo que sea suficiente.

-Amber ya tiene algo para contrarrestar los campamentos, ve con ella en cuanto salgas a Catedral, ¿bien? -el rubio asintió ante la orden de Kaeya y la pequeña Paimon llevó su mano su frente haciendo un gesto provocando en Kaeya una risa. -Te mantendremos al tanto.

El viajero se fue agradeciendo a ambos y pronto dejó el lugar.

Un incómodo silencio ahora estaba presente entre ambos y que Kaeya quiso cortar.

–Creí que no querías ayudarme.

–Lo hago porque quiero y por Mondstandt, no por ti o por los caballeros. –atacó enseguida. Kaeya asintió no convencido de eso.

–Vamos, todos los caballeros contamos contigo.

Le dolía aceptarlo, pero era la verdad. Habían pasado tantos años desde que Diluc dejó de ser parte de Ordo Favonius y, aun así, seguía sido tan necesario como aquel entonces. Su odio no era un problema estando con los demás, en cambio, en el momento de la batalla, su personalidad cambiaba con solo observar la sangre salir de los enemigos en un desenfreno total y efectivo, ganando varias batallas, pero terminando severamente mal psicológicamente. Esa era solo una especulación de que se haya ido.

Kaeya ya había pensado en eso anteriormente. Acompañó al pelirrojo a varias batallas como iguales y notó enseguida el cambio de personalidad, no iba a detenerlo porque no podía arriesgarse.

–No quiero tu sermón, Jean ya habló conmigo anoche, hago esto por Mondstandt. No olvides eso.

–Te comportas como un niño. –rio Kaeya separando sus brazos.

–Mira quien habla... – gruñó por lo bajo. –Tengo que irme si es que ya no tienes nada más que decir.

Por supuesto que tenía muchas cosas que decir y que el tiempo que ambos tenían no se prestaría para eso. El menor asintió en que si tenía algo más que decir y Diluc prestó mínima atención.

–Iré al viñedo a llevarte los resultados de la misión personalmente después de llevarlos a Jean.

–Haz lo que quieras con tal de que no me molestes.

Diluc se fue y Kaeya sonrió victorioso, bajó a tomar un trago y Charles lo miró con curiosidad.

–Capitán, ¿sabe que juega con fuego? Literalmente lo hace...

–Por supuesto, llevo conociéndolo lo suficiente para estar seguro.

Era una oportunidad perfecta y no la dejaría ir.

redbook ➵ dilucxkaeya (genshin impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora