El sol aún no había salido cuando despertó y miró el rostro de el menor durmiendo plácidamente. Estaba muy cerca de él, queriendo tomarlo entre sus brazos y abrazarlo mientras dormía. Sobre ambos había una fina sábana puesta por Diluc después de que Kaeya durmiera después de unos minutos debido al cansancio.
Por muy bella que fuera esa escena, debía irse a reunir y debía alistarse desde ese momento. Lo haría porque no quería ver el rostro del menor suplicándole que no fuera, caería ante él frente a todos los presentes y no quería hacer una escena. La otra razón era porque estaba ansioso por descubrir que estaba sucediendo, no encontraba la razón por la cual el dueño del viñedo, Kaeya y él tenían que ver con el Abismo cuando en su vida pensarían meterse en la boca del lobo.
Una vez vestido y listo para salir de la habitación antes de que las sirvientas lo vieran merodeando quiso despedirse, probablemente Kaeya no se daría cuenta, pero al menos quería dejar un beso en su frente como despedida si es que no se veían en un tiempo largo además de observarlo por varios segundos más, recorriendo su rostro una y otra vez para no olvidarlo. Finalmente se fue dejándolo descansar.
Apenas estaban saliendo los rayos del sol, Mondstandt se veía hermoso como siempre en con el cielo despejado y pintándose de colores vivos anunciando que buen clima. Ese cielo azul sobre ellos probablemente vaya a convertirse en el único recuerdo que tendrán al dirigirse a las entradas de él escondite del Abismo.
—Listos para irnos cuando lo desee, maestro Diluc. —uno de los caballeros se colocó al frente de él pelirrojo demostrando su respeto. Solo asintió, esa sensación de estar frente a varios caballeros le causaba un poco de molestia sin mencionar que sus pensamientos sobre ellos podría ser bastante crueles, por lo que se estaba conteniendo.
Albedo sonrió levemente conociendo la actitud de Diluc ante esa situación. Le parecía divertido luchar contra sus comentarios. Su sonrisa se hizo mayor al mirar al viajero a su lado, conversando con su compañera de viaje de algo que no le interesaba saber, pero si le interesaba saber de ese joven viajero.
—Todo está listo, Amber y los demás se encargarán de la seguridad de Mondstandt en su ausencia —explico Jean acercándose a Diluc. —. Varka probablemente ya esté de regreso en este momento, si tenemos suerte de que llegue antes, trataré de enviarle una carta.
—Si llega entonces no envíes nada, es más seguro así. —Diluc se cruzó de brazos y gruñó al pensar en que Varka lo molestaría con un montón de preguntas sobre sus acciones y de que vaya al Abismo.
—Intente escribir de vez en cuando, no para mí ni para Mondstandt —pausó. —. Ya sabe a qué me refiero.
Giró su cabeza... ¿avergonzado? Para Jean fue difícil saberlo, pero si sabía que provocó reacción en él y quedó satisfecha con eso para después alejarse yendo a la par de Lisa.
—Tomaremos el primer escondite cerca del Acantilado Estrellado, los avistamientos de los Magos del Abismo incrementaron hace unos meses y los haremos hablar sea cuál sea el método. ¿Entendido? —los caballeros asintieron. — No los maten, en caso de que no quieran cooperar tienen la autorización de hacerlo. Si encuentran a un Pyro captúrenlo.
—¿Pyro? ¿No se supone que son más complicados de vencer? —habló está vez Albedo. Diluc asintió. —Es una locura, qué emocionante...
—Paimon cree que puedes ser algo extraño, Albedo... —la pequeña murmuró.
Sin decir nada más, partieron de la entrada de Mondstandt con el pelirrojo al frente y con ambos rubios siguiéndole de cerca sin olvidar a la pequeña Paimon algo asustada a la par del viajero.
Jean y Lisa los vieron irse, Lisa estaba confiada viendo a al viajero bajo la tutela de Diluc pues sabía que tenía mucho más potencial y poder del que aparentaba Sora. Jean iba a marcharse también, tenía tanto trabajo por hacer que de solo pensarlo la hacía suspirar inconscientemente. La castaña río al verla actuar un tanto exagerada pero siguiéndola de cerca para también regresar a su puesto como bibliotecaria.
—¿Cómo lograste avergonzar a Diluc? ¿Usaste tus encantos?
—¡Lisa! —exclamó sonrojada sabiendo a lo que se refería con "encantos". —Solo le dije que escribiera. Para Kaeya.
—Son adorables. —concluyó la castaña riendo por lo bajo.
—Lo son.
—Como tu.
—¡Lisa, ya basta! —espetó avergonzada.
ESTÁS LEYENDO
redbook ➵ dilucxkaeya (genshin impact)
Fanfic《❝ El maestro Diluc, dueño del Viñedo Amanecer, ha permanecido en boca de los ciudadanos de Mondstandt por tanto tiempo que circulan rumores sobre su nivel en el reino. Sin embargo, uno en particular ha despertado el interés en más de un individuo:...