—¿Estás seguro de esto?
Sora asintió. Albedo no estaba seguro, pero igual confío en ese joven viajero, siguiéndolo de cerca caminaron entre el lugar, buscando cona mirada a con quién se reunirían.
No tardaron mucho en escuchar la risa escandalosa de ese joven. Parecía disfrutar de una conversación con también una figura que conocían bien. Sora, Paimon y Albedo se acercaron a ambos, llenando de sorpresa al mayor de todos ellos pues hacía tiempo que no sabía de, ahora, amigos. Aunque hablando por el otro individuo, la sorpresa no fue grata y Sora tampoco estaba tan emocionado.
—Eres tu, que sorpresa... —murmuró mirando al viajero. El mayor se aclaró la garganta indicándole que no fuese tan grosero y este giró sus ojos divertido.
—¿Qué los trae a Liyue, caballeros?
—Bueno... —Albedo comenzó a hablar un tanto nervioso al estar frente a uno de los Fatui después de esa horrible experiencia con Diluc. —Sora nos dijo que eran amigos y, de verdad, necesitamos ayuda.
—¿Hablan por mí o por Childe? —preguntó el pelinegro y el nombrado gruñó. —No olvides que nos ayudaron.
—Eso me preocupa, aunque si es de dinero no es problema. —se encogió de hombros.
La voz de Paimon regalándole se escuchó mientras que Albedo y el Sr. Zhongli conversaban sobre su inesperada visita por insistencias de el viajero.
Tan pronto la conversación terminó, la expresión en el rostro de Albedo era como la de un pequeño niño. Al parecer había quedado fascinado por el conocimiento que Zhongli poseía sobre cosa que ni siquiera se podían saber de los libros. Estaba tan intrigado como algo emocionado por seguir hablando; sin embargo, la situación era de vida o muerte.
—¿Y bien?
—Parece que se ha visto a un grupo de Fatui estar reuniéndose cerca de unas ruinas en dónde se han visto deambular varios Guardianes de las Ruinas. Si fuera tu, no me acercaría a ese lugar. —concluyó Albedo.
—Si eso es verdad, probablemente sepa dónde está Diluc si se concuerda con la información... —el contrario ladeó su cabeza algo confundido y el viajero sonrió ante ese gesto. —Iremos.
—¿Hola? ¿No escuchaste lo que dije? Quiero vivir.
—Conmigo a tu lado no va a sucederte nada —esas palabras salieron de forma natural, pero que causaron un extraño sentimiento en Albedo que no lo haría dudar de eso. —. También llevamos a un Fatui, el onceavo.
—Espera —Albedo sonrió incrédulo antes eso. —, ¿hablas en serio? ¿Aceptará?
—¡Nos debe una! —gritó Paimon haciendo que Childe riera nervioso. —Irá con nosotros.
—¿A dónde iremos exactamente?
Zhongli negó al escuchar de nuevo la risita traviesa de Childe. El alquimista no lo sabía pero estarían utilizando mas que solo unos simples "juguetes" como los llamaba Childe.
Sacarosa y compañía estaban cerca, no habían querido llegar como si nada a Liyue pues sus asuntos no estaban relacionados con la ciudad. Esperaban las órdenes de Kaeya, Albedo y Sora para poder moverse aunque el primero no se encontraba en posición de movilizar a los caballeros.
No solo estaba experimentando el dolor de la herida, la cual en estar en Liyue avanzaba con más velocidad por su cuerpo siendo le imposible a Lisa y Albedo tratar de manteros. También estaba preocupado por el pelirrojo. No le importaba morir en el intento de salvarlo, ahora que ya sabía de su pasado y aceptó a Diluc que incluso entregó cada parte de él era suficiente para demostrar que haría lo que fuese para que el pelirrojo estuviese bien.
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redbook ➵ dilucxkaeya (genshin impact)
Fanfiction《❝ El maestro Diluc, dueño del Viñedo Amanecer, ha permanecido en boca de los ciudadanos de Mondstandt por tanto tiempo que circulan rumores sobre su nivel en el reino. Sin embargo, uno en particular ha despertado el interés en más de un individuo:...