- Capítulo 23 -

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En definitiva no esperaba que me hablara sobre lo que pasó anoche, ni mucho menos de la chica con la que la vi, yo sabía que cuando le pregunté hubo una expresión diferente en ella y que algo había cambiado pero quise evitar preguntar más.

–No tienes por qué darme explicaciones, pasaste un mal momento y listo. – le dije de la manera más calmada y empática posible.

–No es que tenga que hacerlo, Poché, quiero hacerlo. – contesté con un ligero ok.

Comenzó a frotar sus manitas. Se había puesto nerviosa, así que con cuidado tomé una de ellas y la apreté levemente para generarle un poco de confianza.

–Yo estuve enamorada – soltó un suspiro y continuó – ella me enseñó muchas cosas de la vida y siempre le estaré profundamente agradecida. – sonrió ligeramente y siguió hablando – Yo tenía diecinueve y ella veintitrés cuando me pidió ser su novia, duramos tres años y siendo sincera fueron los tres años más raros de toda mi existencia, fueron un total caos, siempre estábamos como en una montaña rusa.

La verdad es que me estaba sintiendo un poco incómoda al saber sobre su anterior relación, solo me limité a escucharla.

–Hicimos muchas cosas que nos hicieron daño a las dos, ella por supuesto teniendo más experiencia en relaciones amorosas me ayudó a descubrir mucho sobre mí, pero también aprendí cosas a la mala que me hacen ser lo que soy ahora. – se tomó unos segundos para seguir hablando – Pero como dicen, todo lo que empieza tiene que terminar y esa no fue nuestra excepción. Solo que fue mucho peor de lo que yo hubiera querido.

–¿Entonces esa chica con la que te vi es tu ex? – dije tratando de conectar lo mencionado.

–No, es su hermana. Desde lo sucedido con Paola no volví a saber nada de su familia, solo que Ana vino a Miami por un tiempo y quiso pasar unos días conmigo, es una buena amiga.

La voz se le empezó a entrecortar, yo aun con su mano entre la mía la apreté más fuerte para reconfortarla. Suponía que todo eso le afectaba mucho como para que se pusiera así por una ruptura, o al menos eso era lo que yo imaginaba.

Se tomó unos segundos para seguir contándome.

–Lo siento – negué de inmediato para que no se disculpara.

–No tienes que disculparte por esto, yo no sabía que preguntar te iba hacer sentir así.

–Ayer que me preguntaste se me revolvieron muchos recuerdos – aún con su mano entre la mía la apreté con cariño para que sintiera de alguna manera mi apoyo. – Todo terminó hace más de un año, ese día fue el más difícil por el que yo he atravesado y de ahí los meses que siguieron. Ese día iba a ir Paola a mi casa porque tenía dos semanas que no la veía porque se había ido de viaje, así que ese día iba a ir por mí para vernos y conocer un nuevo lugar. – se tomó unos segundos para continuar – Ella no solía ser impuntual jamás, pero esperé, el tiempo pasaba y yo no sabía nada, intenté llamarla, le envié mensajes, me comuniqué con nuestros amigos, con su hermana pero nadie sabía nada. Hasta tres horas después que su mamá me marcó por teléfono para darme la peor noticia que he sufrido en la vida.

Las lágrimas no tardaron en salir de sus ojitos y no me limité en acercarme y abrazarla, no dije nada en ese momento, quería dejarla que se desahogara.

Realmente yo no estaba segura de querer escuchar el resto de esa historia, me dolía mucho verla así.

–Su mamá me marcó para decirme que Pao había sufrido un accidente en la carretera, y que estaba muy grave en el hospital así que sin pensarlo me dirigí hacia allá. El tiempo se me hizo eterno y mi mente no dejaba de pensar en lo peor. En cuanto llegué al hospital y vi a su familia completamente destrozada una parte de mi vida se esfumó en ese instante. Ya había sido demasiado tarde, ella ya había perdido la vida.

Siempre Tuya, Siempre Mía | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora