- Capítulo 8 -

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De camino a la empresa le conté todo a mi mejor amiga, lo que había pasado en el sanitario del restaurante al toparme nuevamente con esa chica y la segunda coincidencia del día al reencontrarme con Daniela, la chica con la que había discutido en Clevelander, eso no se lo había podido mencionar a Lucy, así que fue una plática algo extensa.

–Que gracioso es el destino, mira que toparte con las dos chicas que conociste en este turbulento fin de semana, es raro.

–Es exactamente lo mismo que yo pienso, en fin, ¿si vas a ayudarme a saber sobre la chica misteriosa? – puse ojitos de súplica para convencerla.

–Ay, Poché, te encanta pelear con Laura, por lo que sé ella sale con esa mujer, y si se entera te va a volver a armar un desastre como la última vez.

–Pero yo no tuve la culpa, además eso ya tiene años, ya debió haberlo superado, y con esta chica es distinto, quiero conocerla de verdad. Aparte tú me dijiste que necesito distraerme de lo que pasó con Abismaba. – ok, esa era una mala jugada, mencionar a mi esposa para que mi amiga me ayudara no era muy usual, pero con todo mi drama matrimonial ya no importaba, necesitaba distracción y si esa chica podía ayudarme con eso, no me negaría. – ándale, bebé. Solo necesito su número, yo me encargo de todo lo demás, por favor, por favor, por favor.

–Ush, como me caes mal, ya cállate, si lo haré, pero me la vas a deber eh, y nada de discusiones con mi hermana, suficiente tengo con aguantarla en la casa como para que me involucren en sus líos de faldas.

–Gracias, gracias – la abracé y comencé a darle besitos sobre la parte superior de su cabeza.

–Suéltame, arruinaras mi maquillaje y mi cabello, Poché.

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Decidí regresar a mi departamento y aunque me sentía muy feliz con mi amiga sabía que yo necesitaba un tiempo a solas, era un enorme paso, a mí nunca me ha gustado la soledad, pero ahora no era una simple elección sino algo con lo que tendría que aprender a vivir, no había sabido nada de Abi desde la última conversación que tuvimos acerca de su papá y yo tampoco no quise involucrarme en lo que pasaba ahora con su vida, ella eligió hacerme a un lado y tenía que respetar eso aunque aún doliera.

No iba a ser tan fácil cambiar todo de un momento a otro, con Lucy me sentía acompañada, pero ahora regresar a mi casa y ver que tenía que hacer un cambio me hacía sentir triste nuevamente.

No voy a negar que no extraño a Daniela y que dejé de quererla así nada más porque me estaría mintiendo, fue y es parte importante de mi vida todavía, compartimos tanto juntas, y sinceramente fui muy feliz con ella, solo que no quería venirme abajo, no quería que me afectara, y aunque yo en parte me sentía traicionada debía continuar con mi vida.

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Era sábado por la mañana, invité a mi amiga a desayunar y la llevaba de regreso a su casa, ya había conseguido el teléfono de esa chica, Lucía me ayudó y ahora estaba muy nerviosa porque en un rato más tendría que ir por ella.

–Tienes suerte, Poché, Laura me dio los datos que necesitas.

En realidad no fue tan difícil conseguir sus datos, al parecer Laura no sospechó nada que tuviera que ver conmigo, mi amiga es muy persistente y así haya dicho que era por motivos meramente laborales ambas sabíamos que no era así, lo que menos queríamos eran más problemas con Laura. La historia con Laura era un tanto complicada, las tres éramos muy unidas, solo que Lau comenzó a odiarme por una estupidez de adolescentes donde ella terminó perdiendo, en realidad yo no había hecho nada para dañarla, pero fue la conquista de Laura la que se enredó conmigo sin yo saber que tenía algo que ver, yo intenté disculparme pero Lau porque salió muy lastimada, me sentí fatal e intenté arreglar las cosas, nunca resultó y ahora tenía que lidiar con el desprecio sin sentido de la hermana de mi mejor amiga.

Siempre Tuya, Siempre Mía | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora