- Capítulo 3 -

1.1K 48 19
                                    


-


-¿Qué pasó, Poché? ¿Por qué estás así? Tú jamás tomas, menos tú sola. ¿Qué no se supone que tú deberías estar festejando tu aniversario con tu querida esposa? ¿discutieron? - Preguntó curiosa mi querida amiga.

Abrí una de las puertas traseras de su fantástico carro, era un método de decir que no quería hablar y solo pretendía dormir.

Cerré mis ojos pero mis pensamientos me atormentaban. A pesar de que había un aura silencioso mi mente trabajaba a mil. – ¿puedes darme asilo en tu casa, por favor? Solo está noche. – logré decir y enseguida volví a quedarme callada.

No recibí ninguna respuesta por parte de Lucía. Amaba eso de ella, que aceptaba cuando yo no quería hablar y no me fastidiaba con más preguntas, simplemente guardaba silencio y esperaba hasta que yo estuviera lista para decir las cosas.

Mientras íbamos camino a su casa me invadió el momento caótico de los baños de ese Club.

Flashback.

-¿Tú que haces aquí con mi chica? – dijo reclamandome sobre la castaña que tenía frente a mis ojos.

-Yo no soy nada de ti, Laura, y si estoy aquí es porque gracias a ella estoy bien, ella me ayudó. – contestó la castaña.

-¿De qué hablas? – el tono de voz y el enojo en Laura era muy notable

-Nada, mejor vámonos, no quiero lidiar con tus discusiones sin sentido.

Yo solo me quedé quieta viendo todo lo que estaba pasando en esa conversación que para nada me involucraba, yo solo ayudé a una chica que estaba en peligro con un tipo.

Laura solo me dio una mirada asesina como siempre suele hacerlo, lavó sus manos, se acercó a la chica – te espero afuera con los demás. – le dijo y salió sin decir más.

Y otra vez me quedé con la castaña. – Bueno, creo que debes irte, antes de que tengamos más problemas – le dije.

-Creo que tienes razón. De verdad muchas gracias por lo que hiciste, me salvaste. Y perdón por lo de Laura, al parecer se conocen y no tienen una buena relación, ¿cierto? – solo negué con un movimiento de cabeza. – Espero encontrarnos después, nos vemos y de nuevo, gracias. – se acercó a mí para abrazarme y darme un beso en la mejilla como modo de despedida. – adiós. – Me quedé sin palabras, no logré decir absolutamente nada y solo asentí con un movimiento de cabeza.

Fin flashback.

-Posh, baja, ya llegamos. – me ayudó a salir de su auto. Al parecer los efectos del alcohol habían regresado porque me sentía terriblemente mareada.

Subimos a la habitación de invitados que no tengo ni idea de cómo lo logramos, yo solo quería descansar un poco y olvidarme de todo y de todos.

-----

Unos golpes en la puerta lograron despertarme. Me senté en medio de esa cómoda cama y solo logré articular una palabra – pasa –

-Te iba a preguntar qué cómo te sentías pero creo que tu cara me lo dice todo – hizo una mueca graciosa – te traje 2 aspirinas, puede que eso te ayude un poco con la resaca que te cargas.

-Muchas gracias, Lu, de verdad creo que necesito más de 2 aspirinas. No sé cómo le hacen los jóvenes de ahora para soportar esta cruda tan del infierno.

Soltó una carcajada – Cálmate anciana. – me dio una sonrisa sincera y llena de cariño. Se acercó y se sentó alado mío. - ¿qué pasó, bebé? –

Siempre Tuya, Siempre Mía | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora