- Capítulo 29 -

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Bajé a mi departamento, no tenía idea de cuánto tiempo pasó, si ellos todavía seguían ahí o si ya se habían marchado.

En cuanto abrí la puerta los vi de pie en la sala junto a sus maletas, estaban por salir, estaba segura de que lo que estaba a punto de hacer me iba a ocasionar más problemas.

Antes de decir algo tomé a Daniela de la mano y la guie a la cocina.

–No tienen que irse ahora – Me miró con curiosidad y un toque de tristeza.

–No tienes que hacer esto si no quieres, no te sientas obligada... – la interrumpí.

–Este es el trato..., vamos a firmar los papeles de divorcio cuanto antes. – Asintió sin decir nada – Y les diremos a tus padres que simplemente esto ya no funcionó, es la única manera en que puedo ayudarte, no me voy a prestar a ese teatrito montado de apariencias. Estoy dispuesta a no decir exactamente como pasaron las cosas pero tampoco fingiré que sigue existiendo amor entre las dos – sus ojos se pusieron vidriosos y se lanzó a mí en un abrazo.

–Está bien, será como tú digas – dijo en medio del abrazo, apreté mis manos con fuerza a los lados, aun no podía confiar cien por ciento en ella, no pude corresponder a su abrazo, así que rápidamente me alejé.

–Esto es para no alterarlos a ellos, no es por ti. – tenía que empezar a mostrarme firme ante ella y dejar de darle tantas vueltas a nuestro problema – tienes una semana para que consigas un lugar donde vivir, yo no te quiero aquí. Ya te ahorré trabajo empacando algunas de tus cosas, así que espero que cuando regresé tú y tus cosas estén fuera.

Me disculpé por no poder quedarme, el papá de Abi dijo que tenía mucho que hablar conmigo pero que esperaría a que regresara para poder sentarnos a platicar con más tranquilidad.

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Recargada sobre mí asiento en la sala del aeropuerto esperaba a que nos llamaran, pues el vuelo de regreso a Miami se había retrasado más de una hora.

Todo había salido a la perfección con los inversionistas en Chicago, esperaba que a Calle y a Andy les haya ido igual con Ferrer.

Después de lo que pasó con Calle, los planes que se tenían se vieron afectados, se rehusó a viajar con Lucía, pues también estaba muy dolida con ella por haberle ocultado la verdad sobre mí, así que hice que mi amiga se apartara, pero tampoco podía dejar que Calle viajara sola luego de saber del miedo que le causaban los aviones.

En los últimos días no hacía otra cosa más que pensar en ella y en las infinitas ganas que tenía por volver a verla.

Cerré mis ojos, tal vez dormir me ayudaría en concentrarme y despejar un poco mis pensamientos, ya que todo el tiempo se metía Calle en mi mente.

Estaba a punto de conciliar el sueño cuando el sonido de mi teléfono me hizo despertar de golpe.

Sentí que la sangre se me había ido hasta los pies, para nada me esperaba ver su nombre en la pantalla de mi celular.

Llamada entrante

Daniela Calle*

Aló... – solo silencio es lo que se escuchaba del otro lado.

–¿Garzón?, Hola, soy Alba Paul. – La decepción al no escuchar la voz de Calle me sobrepasó – ¿cómo estás?, estoy con Dani y con Andrea, tengo algunas dudas y necesito aclarar unos cuantos términos contigo, ya hablé y le expliqué todo lo que necesito a Calle, pero necesito saber unas cosas más, ¿tienes tiempo o hablamos después?

Siempre Tuya, Siempre Mía | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora