- Capítulo 35 -

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Con el corazón en la mano y con unas profundas ganas de abrazarla decidí que era el momento, estaba dispuesta a por fin aclarar todo, a contarle lo que había pasado, que ya no existieran más cosas inconclusas entre las dos.

–Por favor escúchame – seguía mirándome a los ojos, pasó detrás de mí oreja un mechón de pelo que se había escabullido por mi frente y me regaló una sonrisa torcida.

–No ahora. – Bajé la mirada y asentí, ella alzó con una de sus manos lentamente mi barbilla para que nuestros ojos se encontraran una vez más – necesito escuchar todo lo que tienes por decir, pero no ahora, tienes que comer y descansar, cuando despiertes aquí estaré, esta vez no me voy a ir.

Eso ya era un paso enorme, sentí que mi cuerpo se relajó ante sus palabras, y sin dudar acepté.

Calle se levantó para tomar una charola que había dejado en alguna parte de la habitación, la verdad es que no había puesto atención en nada de mí alrededor. Comí casi todo lo que me llevó y digo casi solo porque aún mantenía algunas nauseas gracias al alcohol, sin decir más me dejó sola diciendo que tenía algo que atender.

No pasó mucho tiempo en que sentí que el sueño se apoderaba de mí y me quedé profundamente dormida.

El aura de tranquilidad y alivio había hecho efecto en mí ser, desperté sintiéndome mucho mejor, al principio me sentí un poco desubicada pero de inmediato recordé el lugar en el que estaba.

No tenía idea de la hora que era, pero por la ventana de su habitación pude mirar hacia afuera dejándome sorprendida de que nuevamente todo estaba oscuro, la luna podía verse por encima de esos enormes edificios, tan preciosa, tan brillante y tan perfecta como siempre.

Mientras contemplaba la noche a través del cristal pude escuchar un sonido un poco familiar.

Quise comprobar mis dudas, decidí salir de la habitación para verificar si ese sonido era proveniente de Calle, conforme bajaba las escaleras estaba cada vez más segura de que efectivamente era lo que creía.

Las notas de una melodía la cual desconocía sonaban por todo el departamento, ahí estaba ella, sentada frente a un hermoso piano vertical negro, con sus manos sobre este, moviendo con delicadeza cada tecla para hacerlo sonar.

Que hermosa vista tenía, no quise interrumpirla, ella aun no me había visto, así que sin intención de molestarla y con el menor ruido posible me acerqué lentamente tomando asiento en uno de los sofás.

Y entonces pasó, su hermosa voz comenzó a hacer eco trasmitiéndome todo ese sentimiento con el que ella estaba cantando.


*Para una mejor experiencia se recomienda escuchar el cover de "Cobarde" que hizo Calle*.

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Si es verdad
que tú te vas
si ya no hay vuelta atrás,
ya sé bien lo que dirás
ya sé que mentirás,
no hay más.

Mírame a la cara por favor
no seas cobarde
tus mentiras llegan tarde
y ya no hay nada que nos salve

Mírame a la cara y no me mientas
tú no lloras, si tan fácil te enamoras
y nuestro amor duró unas horas.


No sabía de la existencia de esa canción, jamás en la vida la había escuchado, pero se sentía como si por algún motivo contara lo que hasta el momento sucedía entre Calle y yo.

Sentí que una lágrima se escapaba de mí, con ayuda del reverso de mi mano la retiré, y así, sin que me notara tuve la oportunidad de seguir escuchándola.

Siempre Tuya, Siempre Mía | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora