DOCE

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Lauren

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Lauren

La vida tenía que seguir su curso, tenía que arrancarme de la cabeza lo sucedió estos últimos días con Amir porque me dejó claro que no iba a ceder ante nada, y con eso me bastó para darme cuenta de que no todos son iguales, que no todo depende de seducir y caer, ahora sé que hay hombres que valorar a las mujeres en todos los sentidos, sé que mi error me llevó a creer que nadie iba a rechazarme y todo encaja en su lugar porque Amir es diferente a mí, él es un hombre que merece a una gran mujer a su lado, a una con valores y principios, una que no le dé miedo caminar con él y ser descubierta, él es el hombre más serio, carismático y caballeroso que jamás había conocido a mis veintiocho.

—¿Dónde está mi dinero?— pregunté al cliente después de terminar de hacer mi trabajo.

—En el bolsillo de mi chaqueta, y gracias, fue increíble—añadió el tipo.

Mis clientes son todos de clases sociales altas, no me entrego por una miseria, ni vendo mi cuerpo por dos centavos.

Terminé de vestirme y salí vacía y destrozada como siempre después de cada acto.

—Duquesa, no me gusta como te veo estos dos últimos días— Carlos se acerca a mí al verme sentada en mi escritorio extraviada en mis pensamientos.

Bufé y después me alcé de la silla— Estoy bien, no te preocupes por mí.

—No lo pareces y sé que tu estado es por el árabe— me retiene sujetando mi mano al pasar por su lado.

—No tiene nada que ver con Amir, solo estoy cansada de esta vida llena de nada.

—Deja este mundo, eres capaz de salir adelante sin vender tu cuerpo.

—No es fácil, las deudas que deja mi madre crecen cada día, este negocio es lo único que cubre su vicio y sabes que mi padre está igual o peor que yo así que no puedo dejar todo a sus espaldas, después de tanto él no se lo merece.

—Ni tú tampoco, recuerda que tomaste el lugar que no te corresponde, el de ella— me hace recordar—. Ella podría colaborar después de todo, ahora es una mujer adinerada.

—Sabes muy bien que ella reniega de todo lo que tenga que ver con su familia, además también tiene derecho a ser feliz, y con nosotros no lo era.

—Tanto la defiendes, Lauren, ella no merece tu compasión, la familia es la que te toca y no se cambia, pero el egoísmo de la que defiendes es más fuerte que su sangre. Tú también mereces ser feliz y al parecer apareció el apropiado y no lo niegues.

—Si te refieres a Amir, déjame decirte que no soy ni la mitad de lo que se merece, es un buen hombre y no puedo arruinar su imagen y más después de comprobar que es el hombre perfecto y que cualquier mujer desearía tener a su lado.

Me sentía tan fatigada que no quedaba otra que cerrar los ojos, tomar una gran calada de aire y continuar—. Ve a casa a descansar.

—Eso haré, estoy agotada y tal vez me sienta mejor después de haber descansado. —Le dediqué una sonrisa amigable a Carlos y después me fui.

Recuerdo que una noche, el amor de mi vida que ahora es un ángel más, me dijo; no hay cansancio sin ser por un día productivo, si no fue un día productivo entonces no es cansancio físico sino agotamiento del alma, y ahora entiendo sus palabras tan sabias.

La esponja de mi ducha elimina toda huella que haya quedado de mi último cliente, mi cuerpo que ahora acaricia mis sábanas se sentía dolorido de tanto frotar la esponja sobre mi piel, mis ojos pesaban a tal punto que parecía que llevara una tonelada de cemento que empezaba a dificultar la visión y estos empezaron a cerrarse lentamente.

La esponja de mi ducha elimina toda huella que haya quedado de mi último cliente, mi cuerpo que ahora acaricia mis sábanas se sentía dolorido de tanto frotar la esponja sobre mi piel, mis ojos pesaban a tal punto que parecía que llevara una tonela...

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Pagada para seducir al ÁrabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora