Amir
—Y así me tienes, entre suspiros — dijo después de ese suspiro y una media sonrisa que oculta lo sucedido.
—Lauren, no te lo tomes a broma. ¿Quién te hizo esto?
—A noche al salir de casa de mi padre y no sé cómo sucedió, Iván se presentó frente a mí y al parecer está enfermo o es me dio a entender pensado que yo era Laura.
—¿Y lo dices tan tranquila?
—Amir, mi amor estoy bien solo fue un momento de confusión para él.
Carlos se acerca a nosotros.
—¿Dónde lo puedo encontrar?— cuestioné y Lauren se tensó.
—Amir, déjalo estar.
—Tranquilo, Amir, conozco la casa de ese parásito— dijo Carlos y salimos en su busca.
Estaba molesto y no solo por lo que vi en la piel de mi mujer, sino que Lauren fue tan irresponsable que salió a las tantas de la noche en plena oscuridad y sabiendo que ponía en riesgo tanto a ella como a nuestras hijas y aun así me molesto aún más cuando fue a casa de Carlos en vez de venir a mí que soy su esposo.
Pusimos rumbo al apartamento del loco ese y la imagen de Carlos frente a mí parecía rara, no sé, él estaba mirando al frente mientras parecía querer decir algo, pero no sabía por dónde empezar.
—Hay algo que no te deja respirar bien.
Este me miró y fruncí el ceño.
—Vamos, dilo.
—Amir sé que me ves muy cariñoso con Lauren y muchas veces me he sentido amenazado por ti, por eso quiero que sepas que quiero a Lauren con a una hermana.
—Pero no es tu hermana por ende pueden ocurrir cosas o roces que no pienso tolerar.
—¡Oh, no! Si piensas que entre Lauren y yo puede haber algo más que una amistad déjame decirte que eso sería imposible. Tengo pareja y mi novio lo es todo para mí.
Entonces entendí hasta donde quería llegar.
—¡Vaya! No sabía que ...
—Ya, es que Lauren no suele compartir con nadie mi orientación sexual, pero tranquilo ya la conoces.
Moví ligeramente la cabeza indicando que conocía a la mujer con la que me había casado y sabía que no es de compartir nada y en el caso que lo haga es porque paso tiempo o por otras circunstancias.
Hay momentos en la vida que uno debe ser honesto y no con lo demás, sino que con uno mismo, creo y lo he vivido que cuando esto se lleva a cabo la seguridad y muchos factores más que influyen en nuestros día a día, cambia.
—Amir, ¿qué harás cuando estemos frente a Iván?
—Lo necesario para que no se vuelva acerca a Lauren.
Siento que ese hombre es peligroso, que su vuelta a la vida después de tanto tiempo sin aparecer ante Lauren no iba a traer buenas cosas y por eso dejó de mantenerse alejado de ella.
Carlos tocó y tocó la puerta, pero esta nunca se abrió, parecía que no había nadie y por muy insistente que estuviéramos nadie abrió hasta que una vecina nos comentó que lleva días sin aparecer por casa.
—Es raro— comentó Carlos.
—¿Por qué?
—Porque no tiene a nadie en Londres.
Suspire lleno de rabia y empecé a maldecir por no encontrarlo.
No quería tener ningún tipo de contacto con Lauren, no puedo permitir que nuestro matrimonio se vea en la cuerda floja por este individuo y sobre todo que le ponga una mano encima de su cuerpo, mi mujer es sagrada.
—¿Qué pasó?—Lauren cuestionó al vernos entrar por la puerta de la casa de Carlos.
—No lo hemos encontrado — informa Carlos.
—Nos vamos — ordené molesto.
Lauren se despidió de su amigo y nos fuimos, no estaba para hablar de nada, ni tampoco era el momento solo quería llegar al hotel y prepararnos para el entierro de su madre.
Cuando se trata de relajarse soy muy dueño de la situación ante mis nervios, pero cuando mi límite toca su punto lo único que me queda es pelear o escapar y ahora mismo prefiero escapar a no pelear con Lauren.
Si tuviera que seleccionar un aprendizaje de esta historia entre Lauren y yo, sería que, no hay cura fácil para el pasado.
—¿No entras al cementerio?— preguntó Lauren al ver que no me bajaba del vehículo.
—Iré enseguida, tengo que hacer una llamada importante.
—Vale.
Añadió y salí del auto para dejarme solo.
Un suspiro agotador salió de mi garganta y lo único que hice fue abrir las palmas de mis manos y mirarlas al sentirme tan impotente ante la situación, después de tanto tiempo volví a sentir ese nudo en mi pecho que pesa demasiado y me dificulta respirar.
Estaba cansado de tantos problemas, de tantos malos momentos y creo que he batallado con todo y sin espada ni escudo, causando heridas que ahora mismo me empiezan a doler.
Tome una calada de aire e inicié mis pasos para dirigirme a donde estaba ella, pero mientras me acercaba mis ojos detectaron una figuras a lo lejos, contemplando el entierro a distancia.
Era una mujer, si una joven de pelo rubio aunque no la podría apreciar bien pude ver como sus brazos abrazaban a su cuerpo y no dude en acercarme a ella.
Al tenerla cerca y de espaldas, mi rostro se movió lentamente para poder ver su fracción hasta que ella misma se percató de mi presencia y su giro hacia mí me dejó impactado a tal punto que si no hubiera estado con Lauren hace un rato hubiera creído que era mi mujer.
Esa mirada tan parecida a la de Lauren, la misma forma de ojos excepto el color, lo único diferente era su pelo rubio y su mirada llena de lágrimas me dio a entender que no solo Lauren estaba llorando por su madre, sino que había otro ser que se le parecía que estaba sufriendo por la pérdida de su madre también.
—¿Quién eres?
—Soy el esposo de Lauren.
Dije y ella giró su rostro hacia su hermana.
—¿Por qué te escondes? — pregunté.
—No pertenezco a esa familia, mi madre era lo único que tenía y por culpa de ese hombre se mató.
—¿Cómo conocías a tu madre? Según tengo entendido ella te dio en adopción cuando naciste.
Bajó su mirada y después la volvió a subir.
—Mi madre nunca me abandonó, ella siempre estuvo conmigo.
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Pagada para seducir al Árabe
RomanceHabía un solo propósito en esta historia, ser pagada para seducir al multimillonario Árabe y hacerle entender que no se podía ser tan perfecto.