HE IS BAD » KIM SEOKJIN «

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[Jin]

-Te necesito ahora, mucho, te necesito.

-¿Ahora? ¿Ahora, ahora? 

¿Qué te pasa Jin? No eres un virgen de 15 años. 

Taehee me ayudó a quitarme la camiseta por completo. Levantó la mano, dispuesta a tocarme, pero se quedó a poco de hacerlo, retiró la mano. Pero la agarré y la puse contra mi pecho.

-Puedes tocarme. Después de todo... soy tuyo...

Me lancé a por sus labios quedándome sentado con ella aún sobre mí. Besé sus labios, después su mejilla, luego su mandíbula y por último su cuello. De la nada dejé de besarla y solo me escondí en la curvatura de su cuello.

-¿Estaría loco si te digo que ya no puedo vivir sin ti?

-No estás loco, - levantó mi cabeza por mis mejillas haciéndome mirarla a los ojos. - solo estás enamorado... 

-Es tan vergonzoso viniendo de ti.

-¿Por qué? ¿Es vergonzoso porque me quieres mucho?

-Sí, y también por el hecho de que solo llevas puesto una toalla. 

Taehee inmediata mente se sonrojó y tomó la iniciativa de bajarse, pero la agarré por la cadera y la devolví a su sitio. 

-No te pongas tímida en un momento como este. 

-Por supuesto que me pongo tímida. Ya no tengo ganas.

-¿Estás segura de eso? - nos hice girar sobre la cama, quedando yo encima de ella. - A mí me parece que estás casi o tan excitada como yo. Me lo dice tu cuerpo: manos sudorosas... - besé su mano. - Pulso alto... - besé su cuello. - Pupilar dilatadas... y - besé sus labios durante un largo tiempo. - respiración entrecortada... - dije cuando el aire se le atragantaba hasta el punto de respirar débilmente.

-...

-No trates de engañarme, Taehee, te conozco mejor de lo que tú te conoces a ti misma. Ahora quédate ahí siendo hermosa, y deja que tu novio haga el resto... 

-¿Por qué eres tan tierno, y cuando estamos en la cama te conviertes en un sinvergüenza?

-¿Cuándo estamos en la cama? Oh vamos Taehee... - dije con voz seductora. - Deja que este sinvergüenza te haga algunas cosas. 

[Taehee]

Jin parecía alguien distinto. Completamente diferente. Fue la primera vez que vi ese lado tan lascivo por su parte. Acerca de todo lo que había visto de él, esto era nuevo para mí. Siempre había sido dulce, cursi e incluso cargante, pero nunca lo llegué a ver tan excitado. No podría decir que me desagradaba, pero tampoco adoraba ese comportamiento tan carnal. Un comportamiento que tuvieron mis padres, que llevó a mi nacimiento y con ello a mi desgracia.

Me estaba sintiendo extremadamente emocionada, por estar con él, por el momento, el contexto, todo ello junto provocaba una sensación indescriptible. Pero a la vez me sentía abrumada, porque mi Jin dulce había dejado sus ojos por un momento efímero. Era una sensación tan profunda, tan poderosa; que mi única manera de liberarla fue a través de las lágrimas.

La mirada de Jin se transformó de incitante y ardientemente lujuriosa a una extremadamente preocupada. 

-Ey, ey... Lo siento... - dijo desesperado. - Lo siento... ¿qué pasa?

-¿Dónde está mi Jin...? - pregunté en un suspiro.

Agarró mi mano y la colocó en su mejilla. -Estoy aquí, estoy aquí... Nunca me iré... Perdóname, me emocioné un poco, pero ya está, no lo haré más.

-Yo no te he dicho que no lo hagas. Puedes hacerlo, pero...

-¿Pero?

-¿Podrías esperar a que me acostumbre a esto?

-¿A qué, mi vida?

-A tener relaciones contigo. En cuanto me sienta tan cómoda podrás hacer lo que quieras pero...

-Lo sé, lo sé... Tranquila, soy el Jin de siempre, el Jin que te ama con locura, ¿sí? 

-...

-¿Todavía quieres...?

-Sí. - dije segura.

-¿Tienes...?

-En el cajón a la izquierda.

(...)

Ninguno de los dos tenía ropa puesta ya. Solo éramos nosotros y el aire, nosotros y el calor... Por los besos que Jin me había dado, podía deducir que mi cuello era más de color rojo de lo que debería, pero a quién le importaba cuando se sentía tan bien. 

-Ya...

-¿Segura?

-Sí...

Entró con mucho cuidado, como siempre. Sabiendo que, aún habiendo dejado mi virginidad atrás, todavía dolía; por eso estaba siendo tan atento. 

Con la intención de aliviar el dolor, Jin me besaba mientras daba caricias a mis brazos. Intentaba calmar mi respiración pero me era imposible, el aire no circulaba con libertad y eso hacía que mis nervios crecieran. 

No debería estar nerviosa, no es la primera vez que hacemos esto; pero no puedo evitarlo, no si estoy con Jin. 

-Dolería menos si te movieras... - susurré.

-Como quieras, mi princesa.

Estocadas limpias y lentas, marcaba el ritmo en su mirada. Con cada parpadeo me decía algo diferente. El primero decía "estoy contigo", el segundo "te quiero", el tercero "te adoro", el cuarto "estaré contigo por el resto de mi vida".

-Yo también. - respondí. - Me quedaré contigo, hasta mi último aliento.

-Prométeme algo. Prométeme te encontrarás conmigo en la próxima vida.

-¿Por qué? Estamos juntos en esta.

-Promételo.

Era una promesa estúpida.

-¿Por qué? 

-Por mí, por ninguna razón.

¿Qué había que temer? Era un juramento sin sentido alguno. Y solo para satisfacer su deseo accedí.

-Lo prometo. Por ti, por ninguna razón.