· 44 ·

1.1K 94 4
                                    

[Taehee]

Ojalá el tiempo se detuviera ahora mismo. No quiero que llegue. Por favor, no tengo porque pasar por algo así. Hoy conoceré a los padres Jin. Según él a su madre le agrado, pero tan solo con pensar en las millones de reacciones que su padre podría tener de mí me dan ganas de quedarme en mi casa y no salir nunca más.

Ni siquiera sé qué ponerme. Por eso llamé a Jimin y a Jungkook, pero...

-¡Dejad ya de besaros! - grité. - ¿No veis que quedan 30 minutos para que Jin venga a buscarme y todavía estoy en pijama?

-Perdón Taehee, - dijo Jungkook. - pero no puedo resistirme a los labios de mi Jimin-ssi. 

-Con tan solo ese comentario ya sé que Jungkook es el activo. - dije para mí misma. - Sois demasiado cursis.

-Tú y Jin eráis iguales cuando empezasteis vuestra relación. - se quejó Jimin. - Déjanos disfrutar un poco. 

-Os dejaré besaros todo lo que queráis en cuanto me cambie de ropa y no parezca un vagabundo. Por favor.

-Ponte unos jeans negros, una camisa blanca, un jersey gris oscuro con el cuello de la camisa por fuera, unos playeros blancos y hazte un semi recogido en el pelo. Un bolso pequeño de color negro y lista. - espetó Jungkook. - ¿Podemos continuar ahora?

-Podías haber dicho eso hace una hora. Y sí, podéis continuar. Pero solo besos, no quiero tener que cambiar las sábanas. Y en cuanto Jin venga a por mí os vais. En vuestras casas como si queréis jugar al strip póker. 

-¿Strip póker? - preguntó Jimin ingenuo.

-Mejor que no lo sepas, cariño. - dijo Jungkook.

(...)

En el trayecto en coche hasta casa de los padres de Jin iba mordiéndome las uñas. Mi tic de la pierna había vuelto. Y mi cabeza maquinaba los planes A, B, C, D, E e incluso el F en caso de que algo saliese mal. 

-Deja de temblar. - Jin trataba de tranquilizarme. - Todo saldrá bien.

-Eso espero. 

El motor dejó de sonar y Jin abrió mi puerta para dejarme salir del coche. 

No sé si estaba más impresionada por el tamaño de la casa, que más bien era una mansión, o por la colección de coches que había en el garaje. El ruido del timbre resonó en mis oídos, y entonces una mujer de mediana edad abrió la puerta.

-Jin, ¡qué sorpresa verte por aquí! ¿Cómo has estado?

-Bien, Nana.

-¿Quién es la chica de tu lado? - dijo mirándome. - ¿Es tu novia?

-Sí, Nana, es mi novia.

-Ya era hora de que trajeras una chica a casa. Pasad, tus padres os esperan para cenar.

-Gracias. - dije tras cruzar el marco de la puerta y darle mi abrigo a Nana. - ¿Nunca has traído a alguna de tus novias a casa? - le susurré a Jin.

-No, tú eres la primera. 

-Estupendo... - (nótese el sarcasmo).

-Vamos.

Jin me acompañó tomándome de la mano con fuerza hasta llegar al salón, donde estaba su madre tomando, en lo que a mi respecta, un té verde. En cuanto notó nuestra presencia se levantó y me dio un abrazo. No sabía como reaccionar ante aquel gesto, por lo que solo me tensé.

-Taehee, como me alegra que estés bien. Fui a verte al hospital.

-Sí, Jin me lo dijo.

-Tendrías que haberlo visto ese día, lloriqueando por las esquinas. Mi Jin no es alguien que suela llorar, debe ser que te quiere mucho.

-Mamá. - se quejó Jin.

-¿Qué? Me gusta tanto Taehee que ya la siento parte de la familia. 

-Gracias, Señora Kim. -respondí.

-No me llames señora, me hace sentir mayor. Puedes llamarme Solmi, o madre.

-Mamá, no la presiones. - dijo Jin. - Taehee es tímida.

-Taehee, tomemos un té mientras esperamos al padre de Jin.

(...)

Estar con la madre de Jin era muy cómodo, no me hacía preguntas como "¿en qué trabajan tus padres?", supuse que su padre sería más entrometido con mi vida privada y familiar, y por lo que veo, no me equivoqué.  

El padre de Jin entró en casa y parecía cansado, pero no enfadado. La madre de Jin nos presentó.

-Soy Eun Taehee, - hice una reverencia. - Encantada de conocerlo.

-Un placer. - dijo extendiendo su mano hacia mí con una pequeña sonrisa. Dudosa agité su mano aceptando el gesto. - ¿Tienes hambre, Taehee? Pasemos al comedor.

Los primeros minutos de la cena fueron bastante tranquilos. El padre de Jin me dedicaba alguna sonrisa orgullosa de vez en cuando, parecía que yo le caía bien. Cuando ya comíamos el postre las preguntas entrometidas comenzaron.

-Y, ¿a qué se dedican tus padres, Taehee? - dijo el señor Kim. No podía culparle por hacer una pregunta tan normal y racional como esa. Cualquier padre quiere conocer a la novia de su hijo.

-Papá, no- - dijo Jin.

-No tengo padres, Señor, soy huérfana. - interrumpí a Jin.

-Oh, ¿y tus padres adoptivos?

-Tampoco señor. 

-Entonces, ¿de dónde viene tu apellido?

-Papá, no hagas esas preguntas. - se quejó Jin.

-Jin, está bien. No voy a esconderle nada a tu padre.

-Llegué a tener padres, aunque no se comportaran como tal. Digamos que fui un embarazo no deseado. Mi madre no se hizo un aborto, por lo que se casaron obligados y me tuvieron. Crecí en una ambiente familiar muy cerca de lo normal, pero solo hasta que cumplí los siete años. A partir de ahí mis padres dejaron de mostrarme el poco amor que me tenían, o más bien el amor fingido que me tenían. Hasta que cuando alcancé la edad de diez años, se hartaron de mí y me dejaron. Desde entonces vivo sola.

El señor Kim no respondió, pero su sonrisa ladina de hace un rato se convirtió en una cara neutra, seria, que no me daba buena espina.

HE IS BAD » KIM SEOKJIN «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora