HE IS BAD » KIM SEOKJIN «

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[Jin]

Al día siguiente... después del beso, todo estaba muy tenso. Esa mañana no nos habíamos visto, y si lo hubiéramos hecho Taehee habría salido corriendo. 

Pero, tengo tantas ganas de verla y de hablar de lo que pasó ayer. Me dijo que le gusto. ¿Hay algo mejor que eso? Es muy difícil que dos personas se gusten de verdad, es por eso que me parece tan espectacular que Taehee tenga sentimientos por alguien como yo. 

Le hice daño en el pasado y en ese entonces no me importó. Pero ahora, lo único que quiero para ella es felicidad, sea o no conmigo. Después de todo lo que ha sufrido se merece que le empiecen a ir bien las cosas. 

Así que ahora, estamos todos comiendo en la cafetería. Los chicos nos miraran todo el rato a Taehee y a mí, y eso está haciendo que me ponga más ansioso aún.

-Así que... vosotros dos... - tartamudeó Jimin.

-¿Qué pasa con nosotros? - dijo Taehee.

-Después de lo de ayer... no...

-Eso es algo que todavía tenemos pendiente. - se limitó a responder. - Así que, por favor, no preguntéis acerca de ello...

Me acerqué a su oído y susurré.

-¿De qué tenemos que hablar? Pensé que ya lo habíamos arreglado.

-Te espero en la sala de música a las 6, hablemos allí. 

Se levantó con su bandeja y se fue. Me pasé las manos por la cara sintiendo el frío metal de mis anillos contra mi piel. De la nada empecé a reírme.

-Jin, ¿de qué te ríes?

-Es solo... que me gusta mucho. 

-Estás loco...

-Sí, estoy loco por ella...

-Chicos, debemos llevarle a ver a un médico, está delirando.

-No hará falta Jimin, - intervino Namjoon - solo se está enamorando.

(...)

Eran las seis y diez, había quedado en reunirme con Taehee hace diez minutos, pero me quedé dormido. Dado la hora que era no había ningún alumno en el centro. Y el sol del atardecer se colaba por las ventanas.

Cuanto más me aproximaba el sonido de alguien tocando el piano se intensificaba. Cuando llegué a la sala de música me encontré con Taehee, que tocaba el piano como una profesional (video multimedia). Me quedé observando como sus dedos se movían velozmente sobre las teclas blancas y negras. Parecía que había estado practicando durante años. Era algo asombroso, pensar que aprendió ella sola. 

-¿De verdad eres autodidacta? - pregunté provocando que se girara y me mirara.

-Llegaste. Ven siéntate conmigo. 

Me acerqué hasta el banco y me senté en el pequeño hueco que Taehee me había dejado. 

-De verdad tocas muy bien. ¿Tienes "perfect pitch" o puedes tocar cualquier cosa, puedes tocar algo con solo oírlo una vez?

-¿Cómo lo has sabido?

-¿Estoy en lo correcto? Cada día que pasa más me asombras, Eun Taehee.

-Crecí con mis padres poniendo todo tipo de música en casa, supongo que es algo que desarrollé solo. 

-Eres increíble. ¿Hay algo más que sepas tocar?

-¿Qué quieres oír?

-"City of Stars" 

Y sin decir una palabra, comenzó a tocar. Tan suave, tan relajante, tan mágico. Ante la suave melodía, empecé a cantar.

-City of stars, are you  shining just for me? There in the bars, or thruough the smoke screen of the grady restaurants. It's love, yes all we're looking for it's love from someone else... A gland, a chance, a rush... I'm looking in somebody's eyes, to light up the skies...

-No sabía que cantabas tan bien.

-Yo... tampoco... Ha sido más como un impulso. Estas son las cosas que solo tú consigues hacerme sacar.

-¿Qué cosas?

-Cosas buenas.

Taehee volvió a tocar, y yo coloqué las manos sobre el teclado. Nuestros dedos se acercaban hasta que nuestros meñiques se tocaron, entonces entrelazamos nuestras manos y nos miramos. 

Nos quedamos así por lo que me parecieron horas. Pero, sus ojos eran tan atrayentes que me quedaría así por el resto de mi vida, perdido en su mirada, congelado en el tiempo.

-Jin, bésame. 

Sumiso hice caso a sus órdenes y pegué mis labios con los suyos. Era un beso muy inocente, y a los pocos segundos nos separamos y juntamos miradas.

-Creo que todavía tenemos algo pendiente... - dijo.

-Sí, deberíamos aclararlo.

-¿Hay algo que necesitemos aclarar? Nos gustamos, así que, ahora... ¿Somos pareja?

-Sí, somos pareja.

(...)

El tiempo pasaba y aún estábamos sentados en ese viejo banco del piano. Teníamos las manos entrelazadas y la cabeza de Taehee descansaba sobre mi hombro con los ojos cerrados por el cansancio.

-Taehee...

-¿Mh?

-¿Te quedas conmigo?

-Sí...