Capítulo 23

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Billie POV

Entré a mi habitación y sentí que quería derribar todo lo que estaba a la vista. Lauren simplemente no podía hacer eso de nuevo. No a Camila. Siempre fui yo quien limpiaba el desorden que dejaba. Nikol fue un buen ejemplo de ello.

Ahora Camila iba a ser su próxima víctima.

¿Cómo podía ser tan despiadada e ignorante?

Nikol apareció. Ella estaba junto a la puerta con los brazos cruzados.

-Te preocupas por esa chica humana, ¿no?- ella dijo. No quería responderle. No quería hablar con nadie. Todo en lo que podía pensar era en Camila. Había vuelto muy preocupada por ella, preguntándome cómo la había estado tratando Lauren en mi ausencia.

Pero las cosas resultaron divertidas al final. No fue Camila quien fue torturada. Fui yo. Lauren finalmente encontró una manera de arrancarme el corazón con vida. Me robó a Camila y amenazó con convertirla. Mi cabeza estaba a punto de explotar pensando en eso. Me acerqué a la mesa y me serví un vaso de whisky. Luego me dejé caer de golpe en el sofá. Nikol vino a mi lado mientras bebía el líquido ardiente de un trago. Solo necesitaba distraerme de esta locura.

Cuando volví a coger la botella, Nikol me cogió la mano.

-Sabes, me estás poniendo celosa cuando haces eso. - dijo.

_Nikol, no empieces. - le dije, tratando de no sonar tan molesta como ya lo estaba.

No me dejas otra opción, Billie. - dijo, llevándome la palma a la cara. - Y también sabes, no soy buena controlando mis celos. Te he advertido.

-Nik ..._empecé de nuevo, pero ella tomó el vaso vacío de mi mano y lo puso sobre la mesa. Luego me empujó contra el sofá. Nikol se inclinó sobre mí. Su rostro seductor estaba
cerca del mio. Y algo en la mirada de sus ojos violetas me hizo quedarme quieta. Había olvidado que era prisionero de otra persona.

Mi pensamiento volvió a Camila. ¿Qué le había hecho Lauren? Simplemente no entendí. Cuando Lauren la besó, pensé que cada célula de mi cuerpo estaba lista para estallar en llamas. Quería salir disparada y arrancarle la lengua a Lauren por eso.

La imagen de ellas besándose seguía rodando en mi cabeza.

-Esta noche te perdono por tu mala conducta. - dijo Nikol. - Pero tengo que asegurarme de que recuerdes lo preocupada que estoy por tu mala gestión de la ira.

Nikol se enderezó de nuevo y deslizó suavemente su largo vestido blanco por sus hombros. La tela de seda cayó al suelo sin hacer ruido.

-Nikol, no estoy de humor. - le dije, quitando mis ojos de su cuerpo desnudo.

-Siempre puedo obligarte. - vino a susurrarme al oído. Luego trazó sus labios carmesí sobre mi cuello y todo el camino hasta mi pecho. Giré la cara a un lado mientras su aliento frío me picaba en la piel, Nikol solo agarró mi barbilla y giró mi cabeza hacia atrás para mirarla y luego cerró nuestros labios. Secretamente hice una mueca ante el beso. Sus labios con aroma a cereza eran demasiado dulces para mi gusto. Sentí las manos de Nikol acariciar mis muslos.

-Abre las piernas. - Ordenó.

-No me hables así. - repliqué con una mirada, pero a ella no pareció importarle. Luego empujó su mano por mis pantalones y me empujó de regreso al sofá. Tuve que jadear cuando sus largos dedos comenzaron a jugar con mi lugar privado.

-Estás tan tensa. - suspiró Nikol, - Necesitas relajarte un poco.

Y antes de que tuviera tiempo de pensar siquiera, me quitó los pantalones y me separó las rodillas. Sentí que su mano seguía jugueteando con mi sensibilidad. Sus dedos juguetearon por todas partes.

La sensación pasó de levemente molesta a sumamente erótica. Mi respiración se aceleró tan rápido como mis latidos acelerados. Entonces la cara de Nikol se sumergió en mí y movió su lengua contra mi núcleo caliente. Este era su juego favorito. Ella me quitaría la cordura y me haría rendirme a su lujuria.

Nikol hizo girar su suave y larga lengua alrededor del borde de mi lugar privado. Mi cabeza echó hacia atrás mientras su lengua larga y elegante se hundía profundamente en mí.
Me esperaba un mundo completamente nuevo.

Mis piernas empezaron a temblar. El creciente éxtasis hizo que mi mandíbula cayera.

Una de mis manos trató de sostener el sofá mientras mi otra mano se enredaba en el cabello de Nikol. Tal vez fue mí frustración sexual lo que me hizo hacer esto, pero no pude evitar imaginarme a Camila en su lugar. Imaginé sus dulces y cálidos labios sobre mi piel.

Mi fantasía perfecta solo era cierta con esa chica, pero antes de que pudiera detenerme, solté su nombre en voz alta.

De repente, todo se congeló.

Solo quería tragarme la palabra como una rana atrapa una mosca en el aire, pero Nikol ya la escuchó. Hizo una pausa y me miró con esos brillantes ojos violetas. Entonces su rostro se elevó hacia mí en un instante. Me golpeé contra el sofá. Los labios de Nikol cubrieron sus afilados dientes blancos.

-iEso es, Billie!. - Nikol espetó en mi cara. - ¿Qué pasa con ese esclavo humano de todos modos.

-Lo siento, Nikol. - cerré. - No dejaré que vuelva a suceder. Lo prometo.

-Si aún quieres tenerla cerca, será mejor que dejes de actuar así conmigo, ¿me oyes?

Hice una mueca y asentí obedientemente. Nikol podía dar tanto miedo cuando lo necesitaba. Pero todo fue culpa mía. La vida de Camila estaba en juego por mi culpa. No debería haberla arrastrado a todo esto. Nikol pareció notar la mirada nerviosa en mis ojos. Ella llevó su mano a mi mejilla suavemente.

-¿Podemos empezar de nuevo, Billie?

No supe que hacer. Tenía que estar de acuerdo con todo lo que me pidió. Ahora no había vuelta atrás. Asenti.

Nikol vino a besarme de nuevo y me obligué a devolverle el favor devolviéndole el beso con tanta pasión como pude.

Ambas nos levantamos y como un torbellino, nos encontramos colapsando juntos en la cama.

Tuve que soportarlo por Camila.




Las Hermanas Jauregui| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora