Capítulo 19

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Atravesamos la arcada juntas. Seguí mirando alrededor del área. Por otro lado, encontré el jardín más hermoso que nadie podría imaginar. Cada rincón de la tierra estaba alfombrado con hierba verde y racimos de rosales blancos. Mi nariz percibía constantemente el olor pleno de una dulce fragancia. Las magnolias y las forsitias florecieron como un presagio soleado de la primavera. Había flores rosas y púrpuras colgando de las ramas de los árboles. En este extraño mundo nuevo, todo parecía fresco y extraño.

-Este lugar es una delicia. - suspiré de felicidad.

-Lo sé. - dijo Lauren. - Yo lo construí.

-¿Lo hiciste?

Ella solo sonrio.

Todo parecía vivo en este lugar. Las ramitas secas se agrietaron bajo nuestros pies. No muy lejos había un gran estanque. El agua era tan clara que reflejaba el cielo sin nubes. Pude ver animales corriendo en busca de comida, algunos gorjeando y algunos escondidos. Este era un bosque vivo.

Lauren me acompañó hacia un gran sauce y comenzo a extender la alfombra de picnic sobre la hierba. La vi trabajar y fue algo divertido porque parecía que nunca había hecho nada en su vida. No conocía a alguien tan elegante que pudiera ser tan incómodo haciendo cosas tan mundanas.

Decidí ayudarla. Después de que terminamos, nos sentamos juntas. Comenzó a preparar platos de pasteles y galletas sobre el tapete. Traté de concentrar mi mente en otras cosas mientras ella preparaba nuestro té. Pero pronto me llamó la atención el hermoso postre gourmet que había traído.

Eran delicados, helados y dulcemente deliciosos.

Lauren ofreció un trozo de tarta de mousse de fresa. Dudé pero ella insistió. Me lo metió en la boca y no había probado nada como esto en mucho tiempo.

-Oh, Dios, los pasteles son tan buenos. Creo que voy a tener diabetes después de esto. - espeté antes de que pudiera detener mi tontería humana. Lauren se rió de nuevo.

Parecía realmente encantadora cuando estaba así. ¿Era este un señuelo de vampiros del que siempre hablaban?

-Lauren. - le dije mientras ella mordisqueaba un poco de frambuesa. - ¿Cómo te convertiste en lo que eres ahora? ¿Cómo te convertiste en un vampiro?

Ella me miró. Luego tomó un sorbo de su té, dejó la taza y suspiró.

-Está bien, te diré algo sobre nosotros, pero no me presiones, ¿de acuerdo?

Asentí con la cabeza y esperé a que continuara.

-Nací en 1769 en Francia. - dijo. - Mi padre fue Luis Fernando de Borbón, quien fue un príncipe francés. Cuando tenia 27 años, durante el dominio de los vampiros, mi cuñada la reina María Antonieta fue transformada en un vampiro por uno de sus tantos detractores, aunque no teníamos una relación muy cercana, en una de las tantas reuniones familiares que tuvimos ella me mordió a mi y a mi hermana, transformandonos a ambas en vampiros. El vampirismo era considerado en ese momento una maldición pero para ella era "la vida eterna". Al final como sabes gobernamos hasta hoy.
Mi padre murió por tuberculosis a los 36 años por lo que no me acuerdo de él, y mi madre falleció un tiempo después de la muerte de mi padre. Se dice que murió de pena.

Lauren sonrió como si estuviera perdida en los recuerdos y pude ver un leve rastro de tristeza en sus ojos esmeraldas. Como prometí, no lo presioné.

- Eramos nueve hermanos en total. Uno murió al nacer. Otro murió con solo meses de nacido otro murió a los cuatro años... - agregó.

-Esta bien Lauren...

-Billie era la más joven de las hermanos. Ella nació en
1764. Luego vine yo.

-¿Están...? -Dije.

Las Hermanas Jauregui| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora