Capítulo 17

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Camila POV

Estaba lloviendo afuera. La sombra de un sauce bailaba sobre las paredes de color blanco crema de la habitación. Los vientos fríos se filtraron por la ventana mientras me acostaba en la gran cama.

Desde que fui traída a este aparente paraíso, nunca me había sentido tan miserable. No podía creer que lo había hecho. No podía creer que incluso disfrutara haciéndolo con Lauren.

Estaba enojada con ella, pero estaba más enojada conmigo misma.

Todo mi corazón palpitante fue entregado a alguien a quien amaba y, sin embargo, aquí estaba, durmiendo con alguien a quien odiaba.

Entonces sentí un movimiento en la cama y el mismo olor fragante de su piel me invadió. Su suave cabello sedoso me rozó el hombro desnudo.

-¿Estás llorando?- dijo en el tono más suave que jamás había escuchado de ella. Me sorprendió, y ni siquiera sabía que estaba llorando hasta entonces. Limpié las lágrimas de mi rostro, pero aún así le di la espalda. Su mano fría y fuerte se deslizó alrededor de mi cintura y atrajo mi cuerpo hacia el suyo.

-No llores. - dijo Lauren. - Lo siento.

Sus palabras me devolvieron a mis sentidos. Me di la vuelta para enfrentarla. Ni siquiera sabía si lo había escuchado bien. Lauren Jauregui, la despiadada dueña de esta casa, acaba de decirme que lo siente.

-Oh, ¿ahora lo sientes?- Respondí con disgusto. - ¿Perdón por qué? ¿Por violarme?

Ella se estremeció. Entonces su expresión cambió de nuevo a la del vieja y sarcástica Lauren. Una leve sonrisa apareció en las comisuras de sus perfectos labios.

-Algunas veces, sí, pero la mayoría de las veces, no- dijo.
-¿Lo disfrutaste conmigo, ¿no?

Sentí que mis mejillas ardían de verguenza. Abrí y cerré la boca, pero no salió nada. Le di la espalda de nuevo, pero ella todavía me sostenía.

-¡Suéltame!- Dije y traté de quitarle las manos. Con un movimiento rápido, tiró de mi cuerpo y me encontré acostada encima de ella.

Jadeé.

Sus manos se cerraron alrededor de mi cintura. No podía moverme de su agarre de hierro.

-iLauren! ¿Qué estás ... ughh?- Gemí. Ella se rió tontamente. Todavía estaba desnuda debajo de la manta. Mi cara se sonrojó acaloradamente.

-Vamos, deja de actuar como si ya no me quisieras. - dijo.

-iPorque realmente no lo hago!- Respondí bruscamente.

-Oh, por supuesto.- Ella arqueó una ceja perfectamente curvada con diversión. El tono esmeralda de sus ojos se oscureció más. Traté de apartar la mirada, pero no pude. Era como mirar la luna llena, gloriosa y encantadora.

Sus largas pestañas negras revoloteaban sobre esos dilatados púrpuras esmeraldas, que se iluminaban aun más con un brillo profundo. Eran tan fascinantes. Seguí mi mirada sobre su nariz estrecha y luego hacia sus hermosos y deliciosos labios, nada más que la perfección podía describirse de su rostro.

Me di cuenta de que cada pulgada de ella era alucinante. Se veía legítimamente perfecta desde todos los ángulos.

Estaba tan perdida en un estado de trance que Lauren tuvo que aclararse la garganta.

-Si quieres besarme, adelante, no me importa.- Ella sonrió, mostrando una dentadura perfecta. Me aparté de mi aturdimiento e intenté alejarme de ella de nuevo, pero Lauren no me soltó. En cambio, extendió una de sus manos hacia la parte posterior de mi cuello y tiró de mi cabeza hacia abajo hasta que nuestros labios se encontraron.

Las mariposas se desvanecieron dentro de mi estómago. Mi piel picaba por el frío de su piel. Pero encontré sus labios moviéndose sobre los mios con tanta ternura y dulzura, que una extraña sensacion comenzó a formarse dentro de mi núcleo. Mi corazón dio un vuelco y se aceleró al mismo tiempo. Antes de darme cuenta, me encontré devolviéndole el beso, suave y lentamente. Mi cuerpo parecía tener vida propia. No sabía lo que me había pasado, pero le devolví el beso a Lauren.

Sus manos vagaron por los lados de mi cuerpo y me levantaron las rodillas para que yo estuviera a horcajadas sobre ella. Ella apretó mi trasero mientras me balanceaba levemente hacia adelante y hacia atrás. Sabía que estaba mal, pero se sentía extrañamente bien con Lauren. Me besó con una lengua que giraba y sondeaba. Solía odiar la forma en que su lengua siempre se metía dentro de mi boca, pero ahora la dejé vagar libremente.

Lauren era una besadora sorprendentemente buena.

La forma en que volvió la cabeza y movió los labios fue como una poesía. Empezó a quemarme por dentro.

De repente, escuché un gruñido desde la profundidad de su estómago. Rompí el beso, haciendo un chasquido mientras separaba mis labios de los de ella. Lauren sonrió tímidamente.

-Lo siento. - dijo con una sonrisa avergonzada. - Me estás dando hambre de nuevo.

No sabía por qué me dolía escuchar eso, y por qué incluso me molestaba en sentirme herida ahora. No era más que un simple esclavo de su indulgencia. Solo era un esclavo de todos. ¿Cómo pude ser tan estúpida para enamorarme del encanto de Billie y perderme en la lujuria con Lauren?

Las hermanas Jauregui me iban a volver loca.

Las lágrimas amenazaron con brotar de mis ojos, pero las reprimí. Ya me odiaba lo suficiente. ¿Por qué debería preocuparme más por mi supuesta dignidad humana?

-Bien. - dije en voz baja y temblorosa y cepillé mi cabello hacia un lado, dejando al descubierto las venas de mi cuello para ella. Lauren sonrió y se lamió los labios.

-Acércate. - susurró. Me incliné hacia adelante y sentí su aliento frío en mi piel. Me estremecí un poco. Con los ojos cerrados, me preparé para el dolor, pero en lugar del ardor, todo lo que sentí fue un suave y dulce beso en mi piel.

Me eché hacia atrás y me senté en posición vertical, mirando a Lauren con confusión.

-¿Qué estas.. ?-

Ella en un movimiento rápido estampó sus colmillo en su muñeca y la acercó a mí boca. - Bébela por favor.

Al saber que no tendría más opción y que de cualquier manera me haría beberla, acerqué mis labios a su muñeca y bebí. Su sangre inundó mi boca, no sabía tan mal como yo imaginaba; sujeté su muñeca con firmeza, me sorprendí a mí misma de hacerlo, pero su sangre provocaba cosas extrañas en mí que me hacían querer seguir bebiéndola con ímpetu y desesperación.

-Basta - le escuché decir, pero no lo obedecí.

- Camila- me llamó de nuevo.

Alejó su mano de mi boca rápidamente. Me dejé caer sobre la cama. Cerré los ojos, mi boca deseaba beber más de su sangre ¿Por qué? Ni yo lo sabía.

- Ahora desapareció la cicatriz que dejó mi hermana en tí. - dijo encogiéndose de hombros mirándome fijamente. - Solo quiero ver marcas de tu cuerpo echas por mí. Sabes Camila... - Su voz se escuchaba ¿nerviosa?. - Tú me gustas...

-Oh no, ¡No lo hagas! . - le dije y rápidamente me bajé de ella. Agarré mi vestido rojo y me lo puse, luego me apresuré a salir de la cama. - Esto no puede estar pasando.

-iCamila, espera!- Lauren gritó cuando me volví hacia la puerta.

Pero en un destello cegador, Lauren estaba justo frente a mí. Una mirada desesperada empañó su rostro. Fue la primera vez que la vi con ese aspecto, pero la aparté y  traté de esquivarla. Fue muy rápida, y antes de que pudiera llegar a la puerta, Lauren agarró mi cuerpo por detrás y envolvió sus fuertes brazos alrededor de mí.

Su barbilla estrecha descansaba sobre mi hombro.

-Por favor, no te vayas
- dijo con una pequeña voz que me dejó paralizada. - Solo dame una oportunidad.




Las Hermanas Jauregui| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora