Las Hermanas Jauregui| Camren

Capítulo 10 T2

El Palacio Ostankino era uno de los lugares más bellos fuera de las murallas del Kremlin. Muchas mansiones de piedra estaban hechas de mármoles blancos y maderas cubiertas de yeso. Perteneció a un conde llamado
Sheremetev en su día. Sus sirvientes representaron obras de teatro para sus amigos ricos en su hermoso Teatro Hall. Obviamente, al conde le gustaba la música clásica y los bailes. Y para eso estaba aquí.

Después de que salimos del auto, miré alrededor del jardín congelado y cuidado. Dondequiera que voltee estaba cubierto de nieve blanca y profunda. La blancura casi me cegó. Volviéndome hacia un guardia real, le pedí un par de gafas de sol.

-¿Estás bien?- Preguntó Estella mientras ajustaba el tono en el puente de mi nariz. Claire me miró con preocupación, pero yo simplemente las rechacé.

-No debería dejarse debilitar tanto, Alteza. - dijo Claire. - Debes alimentarte. No te he visto beber una sola gota de sangre desde que nos vinimos aquí.

-Menos mal que hemos traído a Lyra. - Intervino Estella.

Me volví hacia Lyra, que nos había acompañado. Ella miró sus manos unidas. Me imaginé que tal vez podría encontrar a alguien con quien entablar amistad y disfrutar de la noche en lugar de quedarse atrapada en mi habitación. Estaba bastante segura de que habría humanos en el evento. Los vampiros siempre los tenían listos para servir a sus invitados. Fueron considerados tanto nuestro entretenimiento como nuestra fiesta. Pero no fue por eso que traje a Lyra.

Un grupo de hombres de traje se acercó a nosotros y nos hizo una reverencia. Al instante fuimos escoltados por estos guardias, quienes luego nos condujeron a través de la gran entrada del palacio. Un hombre alto y pelirrojo, que estaba esperando en el pasillo, se acercó rápidamente y se inclinó por la cintura con la palma sobre el pecho.

- Mi mayor honor que asista a este evento, Su Alteza. - dijo y se inclinó de nuevo. - Estaba ansioso por conocerla en persona. Mi nombre es Yury. En nombre de mi padre, me gustaría tener el honor de acompañarla a nuestra sala de recepción.

Fue muy gracioso porque todo el tiempo estuvo hablando con Claire. Reprimí una sonrisa cuando Claire se volvió para mirarme con una cara divertida. Me llevé el dedo índice a los labios en señal de que debía entretener al confundido vampiro. De repente, la situación incómoda me presentó un juego divertido. Claire parecía no poder rechazar la oportunidad de interpretar a una princesa y la aceptó con una mirada de placer culpable en sus ojos. Sonreí para mis adentros y no dije nada.

Debido a que el hombre no podía reconocer quién era yo y ni siquiera se atrevía a mirarnos a la altura de los ojos cuando nos hablaba, asumí que le tomaría un tiempo darse cuenta de que estaba haciendo el ridículo. Sin embargo, sabía que no era culpa suya, ya que no mucha gente sabía realmente cómo me veía. También había disfrutado del anonimato de vez en cuando durante mi viaje. iAdemás, las hermanas vestían más espléndidamente que yo!

El joven vampiro nos condujo a otro pasillo. Siguió hablando de la próxima obra de teatro, cómo la había preparado y organizado para adaptarse a mi llegada, ya que toda la nación sabía que iba a regresar. Nos contó sobre la gloria de su familia y cómo él y su padre sufrieron la Revolución, al igual que el resto de los aristócratas y la dinastía Jauregui.

Escuché sin mucho interés mientras Claire asentía, pretendiendo verse majestuosa y encantadora como debería ser una princesa. De vez en cuando, Yury me echaba una mirada coqueta y yo ponía los ojos en blanco detrás de mis gafas de sol.

-Ahí está mi padre, el Conde Nikolay, Su Alteza. - le dijo Yury a Claire.

Entonces vimos a otro hombre alto con su esmoquin blanco y un bastón dorado caminaba con urgencia hacia nosotros. Era una versión mayor del joven. Sus ojos violetas brillaron cuando me reconoció desde la distancia.