Capítulo 6

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Billie POV

Me volví hacia mi hermana después de que Camila se fue. Su sonrisa molesta me hizo quererla quitársela de la cara.

-Por casualidad sentí algo extraño aquí- dijo Lauren con un tono burlón. - ¿Qué te hace tan estúpida para rechazar mi oferta? Oh, espera ... pero ya sé ...

-iPara!- Escupí. - No es asunto tuyo.

-¿No lo es?- dijo ella. - Bueno, entonces asegúrate de que no lo siga siendo.

Me miró como si aún fuera una niña patética. Sabía que Lauren no era alguien con quien quisieras cruzarte. Ella era más fuerte y más rápida que yo. Era porque nunca lo pensaría dos veces antes de matar gente por sangre. Odiaba su apetito. Lo detestaba tanto como aborrecía el mío.

-Una persona no es una muñeca por lo cual puedas hacer lo que quieras- dije con los dientes apretados.

-Si no te gusta eso, está bien, entonces nadie puede tocar mi muñeca- dijo Lauren con una sonrisa de satisfacción. - Ella es mía y sólo mía. La torturaré y me alimentaré de ella, y si me aburro lo suficiente, podría convertirla.

-¡No te atrevas, Lauren! - Gruñí, acercándome a ella de nuevo. - Ella ha sufrido bastante sin su familia. ¿No puedes dejar de infligir dolor a alguien más débil que tú?

-Porque eso es lo que somos, Billie- dijo Lauren. - Somos  superiores. iNo esos humanos inmundos! Estamos destinados a gobernarlos ahora. Deja de perder tu tiempo protegiendo a esas personas. ¿Has olvidado lo que le hicieron a nuestra familia?

Sus palabras camaron hondo y trajeron un escalofrío a mis huesos. Mis pensamientos se congelaron como si alguien hubiera presionado el botón de pausa. No habíamos hablado de eso durante mucho tiempo. Las imágenes de nuestra familia, encerrada en una habitación pequeña y abarrotada y humillada por soldados revolucionarios. El día en que nos llevaron al campo y mataron a tiros a sangre fría. Todo volvió a mi mente como la corriente fresca de un río embravecido. Aparté la cara con un estremecimiento.

-Está en el pasado ahora. - dije al fin.

-Sí, pero el pasado todavía puede cobrar vida en mi mente- dijo Lauren, tocándose la sien. - Les haré pagar con su sangre. Solo recuerda mis palabras.

-Hermana...

Pero Lauren se fue.


Camila POV

Tuve una pesadilla por primera vez desde que estoy aquí. Seguí viendo a mi padre y a mi madre ser arrojados en nuestro escondite. Rogaron piedad, pero ninguno de esos vampiros vestidos de negro  tenía oídos para escuchar. Gritaba, pero era como si mi voz se perdiera en el viento. Me sentí como si estuviera atrapada dentro de una caja de cristal, dejando imperturbables las horribles escenas.

Entonces sentí que las manos de alguien me empujaban hacia un cálido abrazo. Mi pesadilla comenzó a desvanecerse. Me aferré a esa persona, creyendo que era mi madre. La escuché susurrar dulcemente en mi oído. Pensé que mi pesadilla había terminado. Y que en realidad estaba en nuestro escondite, y todos esos vampiros no eran más que mi propia imaginación.

Abrí mis pesados párpados y encontré dos brillantes ojos esmeralda mirándome. Pasaron unos segundos hasta que me di cuenta de que mi realidad era una verdadera pesadilla. No fue un sueño. El volver a la realidad me sorprendió y entristeció al mismo tiempo. Pero la vista de la chica rubia me distrajo.

-iBillie!- Dije con voz ronca y me senté. La vampira rubia hizo lo mismo.

-Estabas teniendo una pesadilla, y yo solo ...- dijo, pero luego se calló.

-¿Por qué estás en mi habitación?- Le pregunté, mirándola confundida.

-Solo quería ver si estás bien- dijo. - Lamento lo que pasó con mi hermana esta mañana.

Sus ojos brillantes miraron el corte en mi cuello. Había dos puntos en carne viva y un hematoma rojo que se curaría al día siguiente. Así eran las mordeduras de vampiros. Las cicatrices duraban solamente dos días ya que la saliva de los vampiros contenía sustancias químicas especiales que podían curar la herida, sin dejar evidencia sobre la víctima. - No tienes que hacerlo-  le dije. - No importa.

-Pero a mi sí. - dijo Billie, luciendo seriamente estresada. Se pellizcó el puente de la nariz y se volvió de nuevo hacia mí. - Mira, Camila, tengo que advertirte algo sobre Lauren. Ella es tan cruel como hermosa. Lo que sea que te haga, no dejes que controle tu corazón.

-Como si eso hiciera alguna diferencia- dije. - Soy un esclavo, ¿recuerdas?

- No, Camila-dijo con un movimiento de cabeza. - No dejes que eso te cambie. No eres un objeto.

-Es gracioso que eso salga de un vampiro como tú
- dije. - ¿Por qué estás tratando de ayudarme? ¿No quieres mi sangre también?

Billie bajó la mirada y luego se puso de pie. Su cabello rubio se veía dorado pálido contra la luz de la luna que se asomaba por mi ventana. Ella se volvió de nuevo hacia mí con una cara triste.

-No lo sé, Camila. Por primera vez en mi vida, eres la única persona de la que quiero beber-  dijo con sinceridad. - Pero no es por eso te ayudo. Hay algo más, algo acerca de ti.

Pero ella no termino su oración. Billie luego se arrastró sobre mi cama. Retrocedí instintivamente, pero ella levantó la mano para calmarme. Luego se inclinó hacia adelante hasta que nuestras caras casi se tocaron. Podía oler su delicioso aliento en mi nariz. Sus iris verdes eran demasiado profundos como si hubiera visto demasiado en su vida. Volví a mirar esos ojos fascinantes. Estaban enmarcados con pestañas largas y gruesas que se curvaban hacia arriba como la cola de un pavo real.

-Quédate quieta por favor. -susurró. - Necesito comprobar algo.

Y así, Billie presionó sus suaves labios contra los míos. Un estallido de conmoción recorrió todo mi ser como electricidad. Me quedé entumecida de la cabeza hacia abajo. Sus labios eran tan tiernos y tan suaves. Tuve que luchar contra el impulso de moverme sobre ellos, separar esos labios carnosos y deslizar mi lengua dentro. De hecho, lo habría hecho si no hubiera escuchado un siseo bajo proveniente de su pecho. Entonces su beso me dejó.

Me sentí mareada y confundida.

-Lo siento. - dijo Billie con una expresión salvaje. Volvió la cara como si quisiera ocultar algo, pero yo ya sabía qué era. Sus afilados colmillos ya habían salido un poco, más allá de sus rojos labios. Me di cuenta de que estaba haciendo un gran esfuerzo incluso para besarme.

- ¿Billie?

-Debo irme- dijo y luego salió de la habitación tan rápido que pareció telepransportarse.

Me senté en mi cama parpadeando para mí. Una parte de mí trató de asimilar lo que acababa de pasar entre nosotras, pero el resto todavía no podía funcionar.


Las Hermanas Jauregui| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora