Las Hermanas Jauregui| Camren

Capítulo 30

Lentamente abri los ojos. Una forma borrosa se cernió sobre mí. Cuando la neblina se disipó, me di cuenta de que estaba en la cama con Lauren sentada a mi lado.

-Oye ... estás despierta, dormilona. - dijo en voz baja, inclinándose para estudiar mi rostro. Sus ojos estaban llenos de gentileza y preocupación. Ella alisó mi cabello y sonrió. - ¿Cómo te sientes, princesa?

Fruncí el ceño, tratando de notar mis propios sentimientos. Pensé que estaba bien hasta que un dolor agudo surgió de la curva de mi cuello de nuevo, y recordé cómo lo conseguí. Acababa de sobrevivir a la mordedura de Nikol, pero la sensación de escozor seguía siendo molesta.

-Estoy herida.- dije impotente.

-Lo sé, amor, lo sé. - susurró Lauren y acarició mi mejilla con el dorso de su mano. - Fue un corte desagradable, pero estarás lista y funcionando en poco tiempo. - Te di de beber mi sangre para curar tu herida.

-Qué asco. - dije e hice una mueca de nuevo. Lauren se rió y besó mi frente.

-Solo necesitas descansar un poco. - dijo y luego dio un profundo suspiro de nuevo. - Ojalá pudiera quedarme aquí contigo más tiempo, pero tengo que irme.

-¿Y Nikol? - pregunté. Una sombra oscura cruzó el rostro de Lauren.

-Ella está viva ahora porque aún no he terminado con ella. - dijo. - Pero no te preocupes. No dejaré que nadie te vuelva a lastimar.

-Es mi culpa, Lauren
-dije. - Nikol no lo decía en serio.

-¿Ella también te golpeó la cabeza?- Dijo Lauren

-No, quise decir, ella solo está celosa, porque... Billie y yo todavía nos estamos viendo.

Me estaba preparando para la furia de Lauren, pero no llegó. En cambio, Lauren siguió mirándome con esos firmes ojos esmeralda. Esperaba que se levantara y saliera furiosa de la habitación, pero se quedó sentada mirándome un buen rato.

-Di algo Lauren, me estás asustando. - le dije con voz suplicante. Lauren suspiró de nuevo.

-Ojalá supiera cómo hacerte querer estar conmigo, Camila-Lauren dijo y logre distinguir por unos segundos una tristeza en sus ojos. - Espero que todo quede muy claro cuando ya no te presionaré. Te amo demasiado. Podría morir al verte lastimada. Puedo soportar mejor la muerte que el dolor de perderte.

-Oh Lauren, lo siento mucho. - Las lágrimas amenazaron con rodar por mis mejillas. - No sé que hacer.

-Estarás bien. Billie cuidará de ti cuando me vaya. - dijo para mi sorpresa. La miré, tratando de averiguar qué había sucedido durante mi estado de inconsciencia.
-Lamento haberte causado tanto dolor.- Su voz baja susurró.

Me quedé allí sin palabras. No supe que hacer. Su voz rota me tomó por sorpresa.

De alguna forma ya la había perdonado por todo el daño que me hizo.

-¿Por qué?- Mi voz salió suave.

-Por todo el dolor que te hice pasar. Lo siento. - Ella estaba llorando.

La expresión de arrepentimiento se apoderó de su rostro, probándome que lamenta sinceramente todo lo que ha hecho contra mí.

Me quedé allí paralizada contra su cálido cuerpo, debatiendo mi próximo movimiento.

Instintivamente, queriendo consolarla, me incliné y la besé. Por mucho que quisiera odiarla, no podía. Pero todo lo que ha hecho no se si podía olvidarlo.

No supe que responder y simplemente bajó el edredón a su lado. Me atrajo suavemente a un cálido abrazo. Apoyé mi cabeza en su pecho y ella acarició mi espalda y alisó mi cabello.

-Hoy he aprendido la verdad más importante. - susurró en mi oído. - Que realmente puedo perder aquello a lo que me aferro. Así que ahora tengo que dejarte ir. De esa manera siempre te recordaré como mi amor perfecto, el que atesoraré por siempre en mi corazón. No me importa cuál sea tu decisión. Ya sea que elijas estar conmigo o con Billie, todavía te amaré, siempre.

Estaba segura de su sinceridad porque su voz se oía rota y apagada, pero tenía una terrible sensación que me angustiaba.

No tenía ni idea de por qué sentía que estaba haciendo algo mal, excepto que no sabía que había hecho exactamente.