Las Hermanas Jauregui| Camren

Capítulo 17 T2

La mitad del castillo estaba tallada en la roca de la montaña, pero tenía un aire de antigua belleza. El lugar gótico podría ser insoportablemente frío si no estuviera constantemente iluminado.

Mientras nuestros pies resonaban en el suelo de piedra, vi que la Alfa y su grupo de cazadores venían del lado opuesto. El mismo hombre barbudo con el qué había conversado el otro día me dio una sonrisa de saludo mientras caminaba con gracia hacia adelante. Vale salió para unirse a ellos como si no pudiera soportar estar más cerca de mí. Esta parte me hizo fruncir el ceño mientras la miraba. Quizás todavía estaba enojada conmigo.

-Espero que tengas una buena noche de descanso. - dijo Trotsky, apartando mi mirada de la cazadora.

-Tan bien como un vampiro sin su ataúd podría dormir, supongo. - dije, volviéndome para mirar al hombre sin un gran asentimiento a cambio.

Vale y su hermana se volvieron hacia mí con una mirada perturbada en sus rostros. Debieron haber encontrado mi broma un poco inquietante, pero Trotsky se echó a reír y meneó la cabeza de manera divertida.

-Oh Billie querida, por fin te conozco  y podríamos  llevarnos muy bien. - dijo. - Ahora, ¿qué tal si caminamos y nos conocemos un poco más?"

No dije nada y se volvió hacia el hombre que estaba a nuestro lado.

-Arkady, ¿todos han sido informados de la visita?

- Si, señor, ya lo saben y tolerarán su presencia. - dijo Arkady.

-Muy bien. - Trotsky asintió y se volvió hacia mí. - Necesito asegurarme de que nuestra gente esté al tanto de tu estadía. Han pasado por cosas terribles. Es posible que se sientan incómodos. Para decirlo claramente, te odian. Pero al menos te prometo que nadie comenzará a apostarte cuando nos vayamos a dar un paseo civilizado.

Lyra vino a agarrarme del brazo como si fuera ella quien tuviera que preocuparse por tal odio. Toqué su mano para tranquilizarla. Podía sentir los gélidos ojos azules de Valentina sobre nosotras, pero si sentia algo, no lo mostraba.

Me acompañaron por el pasillo y por el pasillo principal. Vale caminó hacia la izquierda del general mientras que su derecha estaba la Alfa. Caminé detrás de ellos con Lyra acompañándome en silencio junto con Arkady y otros cazadores.

La  Alfa vestía un chaleco marrón con ribetes dorados sobre una blusa negra de corte bajo y una cresta negra que se parecía a un fénix en llamas. También llevaba un cinturón de cuero con un par de hojas brillantes con empuñadura dorada. Aparte de un pañuelo negro alrededor de su delgado cuello, no tenía joyas discernibles. Sus botas de plataforma hasta la rodilla también tenían varios cuchillos arrojadizos envueltos alrededor de sus cuellos.

Noté que su largo cabello castaño se vuelve más claro en las puntas y fluye de una manera suelta y desordenada. Me di cuenta de que las dos hermanas no compartían la misma tez pálida: Vale tenía la piel blanca cremosa, mientras que la de su hermana era de un oliva brillante. Y, por supuesto, también tenían bellezas contrastadas.

Había cazadores en cada rincón del edificio y más de ellos estaban afuera. Miré el cielo invernal y entrecerré los ojos al sol. La nieve era espesa en los tejados de todas las casas
de piedra del barrio. Tres o cuatro mujeres estaban de pie en sus puertas y nos miraban. Algunos estaban haciendo las tareas domésticas diarias. Había unas cincuenta casas, la mayoría de piedra, roble y pino. Vi carpinteros preparando troncos de varios tamaños y la gente los colocaba juntos para construir nuevas cabañas.

Tenían un pequeño barrio comercial, donde vendían varias cosas; pan casero, verduras de cosecha propia y ganado salvaje. Había niños aprendiendo canciones y alfabetos dentro de una pequeña cabaña al aire libre. Todo parecía un asentamiento temprano.