Un paseo accidentado

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El domingo siguiente Michiko decidió no ir a la selva y prefirió quedarse con Kaji para salir a pasear por el centro de Iquitos. Fue una grata sorpresa para él así que trató de poner su mejor cara, cosa que no le fue nada fácil con Michiko.

Estaba terminando por peinarse por 5ta vez frente al espejo de bastante mal humor.

"¡Daimon! ¿Cuándo demonios vas a estar lista? ¡Llevo horas esperándote!".

"¡Ay! ¡Ya cierra la boca! ¿Por qué no te giras y ves cómo quedé, tonto?".

Kaji suspiró fastidiado.

"¿Y qué diablos voy a ver? Si será lo mismo de siempre...". Se dio media vuelta sólo para ser atrapado por Michiko, que lo tomó por la cintura y lo arrinconó contra la pared, casi volteando el espejo.

"¿Lo mismo de siempre? A ver si te parece lo mismo de siempre, idiota...". Y lo besó furiosamente mientras bajaba las manos hasta su trasero para apretárselo hasta hacerlo gritar.

"¡Ah! ¡Pe---pero, Daimon...!". Apenas pudo decir con los labios apresados por los de ella.

"Cierra la boca". Lo tiró al suelo y se sentó encima de él sin dejar de besarlo ni de desabrocharle el cinturón y el pantalón. "Te voy a mostrar lo mismo de siempre, imbécil".

Y él se dejó, entregándose una vez más, como siempre lo hacía, primero porque le gustaba y otra porque lo necesitaba, sintiéndose solo como estaba, ahora ella era el único centro de su vida. Y Michiko se daba cuenta de ello y le encantaba, le encantaba ser su única dueña, ahora él era completamente suyo y podía disponer de él cuando y como ella quisiera, así que lo hizo suyo una vez más, con muy poca delicadeza esta vez, demostrándole una vez más, quien mandaba en la pareja.

Una hora después, otra vez arreglados, ambos salieron del hotel rumbo a la peatonal. A Michiko le encantaba hacer de guía de turismo pero a veces era tan despistada que terminaban por meterse por donde no debían, pero lograron llegar finalmente a la peatonal y se la pasaron mirando los escaparates y los espectáculos callejeros. Michiko no paraba de comprar comida callejera aun a sabiendas que la higiene podía dejar mucho qué desear. Siendo ella una belleza aún vistiendo un enterito de jean y una camiseta con zapatillas y sin maquillaje, todos los hombres se le quedaban mirando su hermoso y esbelto cuerpo poniendo a Kaji un poco nervioso. A veces se animaban a acercársele para preguntarle su nombre o pedirle su número de teléfono, haciendo bruscamente a un lado a Kaji como si fuera cualquier cosa (cosa que casi todo el mundo hacía con él, incluso en el Japón), pero ella simplemente hacía como que no existía nadie más a su alrededor y tomaba a su pareja por la muñeca y se alejaban de ellos.

"Daimon, ¿esto te pasa siempre? Realmente es molesto... Y pensar que yo hacía lo mismo antes... qué vergüenza".

"No te compares con esos animales en celo, según recuerdo tú me invitaste a cenar como un caballero...".

"Aún así me rechazaste, y te lo pedí 2 veces". Replicó, resentido.

"No es no".

"Ya lo séeee... Pesada... La verdad, no era mi intención invitarte esa vez, pero me gustó mucho tu inteligencia y quería hablar más contigo".

"¿Entonces no te atrajo sólo mi cuerpo?". Lo miró divertida. "Es raro viniendo de un mujeriego...".

"Oye, demonio, apenas te vi supe que eras terrible y muy sospechosa, así que tu belleza no me pareció la gran cosa...". Replicó, muy orgulloso.

"¡Oh! ¿Entonces cómo es que terminé gustándote al final?".

"Bueno, apartando tu belleza, me gustó mucho tu inteligencia y tu espíritu combativo".

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora