Los primeros rayos del sol recibieron a los dos amantes haciendo el amor.
Como Michiko había supuesto, pudo convencer a Kaji de tener relaciones con ella muy temprano en la mañana, antes de ir a trabajar. Él estaba de cuatro sobre la cama, desnudo, gimiendo fuerte mientras recibía una y otra vez el strapon en el interior de su cuerpo sudoroso, Michiko, sosteniéndolo por las caderas, gozaba penetrándolo, metiéndole y sacándole aquel pene un poco más grande que los anteriores, dándole placer. Para ella era la gloria escucharlo gemir, para ella era, después de las cirugías, un verdadero placer manipular su cuerpo a su antojo. Michiko, desnuda también, se movía con la fuerza de un hombre, sin parar, totalmente excitada, sin dejar de ver la espada y las caderas de su amante, acariciándolo de vez en vez. A diferencia de los hombres, ella no se cansaba cuando llegaba al orgasmo y tenía un excelente estado físico, por lo que podía estar así por mucho tiempo, empujando, loca de placer. Kaji, a diferencia de sus relaciones anteriores, cuando era él el que penetraba y sólo conocía ese tipo de orgasmo esporádico, no terminaba de sorprenderse el inmenso goce que podía sentir al ser penetrado, casi sin necesidad de tener una erección, porque ya no lo necesitaba, ahora podía tener multi orgasmos al ser estimulado de esa manera. ¡Lo que se había estado perdiendo todos esos años!
Gimió, una oleada de placer atravesó su cuerpo una vez más, estremeciéndolo. Recordó la primera vez que ella lo había penetrado, le había dolido mucho y se había sentido muy humillado, pero también lo había disfrutado muchísimo. Curioso, al otro día se había informado en internet lo que significaba el sexo anal en los hombres y se sorprendió, era muchísimo mejor que la penetración vaginal, ahí ya no hacía falta el pene y ni siquiera eyacular para llegar al orgasmo, con la penetración anal se estimulaba la próstata, que era mil veces mejor que lo tradicional, llegando a tener orgasmos fantásticos y múltiples. Y lo mejor de todo, es que podía estar así por mucho, mucho tiempo más. La experiencia con Ebina le había demostrado que no le gustaba ser penetrado por un hombre, eso no lo estimulaba mentalmente, lo aborrecía, y tampoco deseaba tener sexo con otras mujeres por primera vez en su vida, sólo quería hacerlo con su querida e inalcanzable demonio, sólo ella podía hacerlo sentir tanto en el cielo como en el infierno, estimulándolo tanto física, mental y emocionalmente.
Michiko lo tomó del busto, con una mano en cada pecho y lo ayudó a sentarse sobre ella con las piernas abiertas, arrodillándose, mientras ella se sentaba sobre los tobillos. Jadeando, ambos siguieron moviendo las caderas al mismo ritmo, sin parar. Michiko aprovechó esa posición más intima y comenzó a recorrer el cuello de Kaji con la boca, chupándoselo, lamiéndoselo y mordiéndoselo, dejándole marcas. Estaba enormemente excitada: escucharlo gemir, gritar, poseer su cuerpo siendo dueña de sus emociones, provocarle placer y dolor al mismo tiempo, verlo rendirse a sus deseos, a sus mandatos, verlo cómo él llegaba al orgasmo tantas veces a causa de lo que ella le hacía la estimulaba tanto mentalmente que también podía sentir que su propio cuerpo atravesaba múltiples orgasmos, mojándose, aún si no usara un arnés de doble penetración. Su mente siempre había prevalecido sobre sus deseos físicos y por esa razón nunca había tenido la necesidad de tener sexo con nadie, pero aquella noche en que se le ocurrió castigar a Kaji, humillarlo como hombre porque el hijo de puta se lo merecía, descubrió un nuevo mundo con él: el mundo del sado masoquismo, ideal para ella, siendo una mujer autoritaria, independiente, rebelde, violenta y posesiva.
Mientras seguía jadeando con los ojos cerrados, Kaji llevó sus manos sobre las de Michiko, que aún las tenía sobre los pezones erectos, y buscó sus labios con desesperación, girando la cabeza tanto como pudo mientras seguía moviéndose sobre ella. Michiko respondió besándolo apasionadamente, sin dejar de moverse. Si, ella había hecho el amor con Hiromi y le había gustado, pero con Kaji era otra cosa, era fantástico, era único. Él se entregaba por completo, su cuerpo y su mente respondía a todo lo que ella le hacía y eso la hacía sentir poderosa, excitándola a tal grado que no necesitaba a nadie más que él.
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DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)
FanfictionA la cirujana Michiko Daimon nunca le interesó tener sexo ni novio, pero un día, cuando se pelea por enésima vez con su frustrante compañero de trabajo, descubre que tiene un lado dominante que quiere ejercer sobre él, especialmente con su lindo tra...