Sin perdón

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Michiko y Kaji estaban almorzando en el comedor del pueblo que estaba cerca de la cabaña después de haberse abastecido con comida instantánea de un autoservicio del lugar, pues ninguno sabía cocinar muy bien. Un buen plato de estofado y sake para cada uno había puesto de muy buenos ánimos a ambos, felices de compartir una comida juntos sin tener que fingir que sólo eran compañeros de trabajo.

"La idea del señor Kambara de mantenerme como su empleado en su agencia de médicos independientes fue genial, demonio, le dio autoridad para poder enfrentar a Yamaguchi y a su padre". Le dijo, sirviéndole un poco de sake en el vasito.

"¡Oh, si! ¡Akira es muy inteligente!". Tomó el sake muy feliz, luego, apoyó el mentón sobre la mano, cuyo codo dejó descansar sobre la mesa, y le preguntó, un tanto curiosa. "¿Realmente crees que su padre no sabía nada?".

"No lo sé, de todas maneras se vio en serios aprietos, lo haya sabido o no...". Comió un poco de estofado, riéndose. "Es una fortuna que el doctor Hiruma haya regresado a la dirección y te haya contratado de nuevo como agradecimiento por la ayuda del señor Kambara de esclarecer su caso de malversación de fondos, Daimon, trabajar a tu lado me hace muy feliz aunque a veces no estemos de acuerdo, ¿sabes?

"Tú sabes que yo nunca fallo y que siempre tengo la razón. Deberías cerrar la boca y decir Si Señora cuando te aconsejo, director del departamento de cirugía". Declaró con arrogancia, tragando un buen poco de estofado.

"¡Ya lo séeeee! Pero qué pesada...". Replicó, molesto. "Tú no aconsejas, ordenas".

"Como debe ser, tonto". Le sacó la lengua.

Más tarde volvieron a la cabaña en el Lexus con comida para llevar y la instantánea. Mientras dejaban todo en la cocina, Michiko propuso pescar un rato.

"¿Pescar? Soy muy bueno para eso, demonio, te dejaré en ridículo, ¿sabes?".

"¡Ah! ¿Quieres competir, Kaji chan? ¡Ya verás cómo te gano!".

"¿¿¿Kaji chan??? ¡Qué no me gusta que me llames así, demonio!". Se molestó otra vez, pero Michiko sonrió, atrevida, poniendo un brazo en jarra.

"Y tú me dices demonio... ¿Prefieres que te llame perra, entonces?".

"¡Oh! ¡Pero qué mierda! ¡Eres incorregible, demonio!". Se puso coloradísimo.

"Mira, mejor toma la caña de pescar, Kaji chan, antes de que te tire al suelo, te arranque la ropa y te viole, ¿quieres?". Tomó su propia caña y se fue afuera, aguantándose las ganas de hacerle el amor. Cada vez que la hacía enfadar o él se ponía tímido, la hacía excitarse muchísimo.

No sabiendo muy bien qué hacer porque era una opción muy tentadora el ser abusado por ella, Kaji finalmente se decidió por tomar la caña y salir por detrás para sentarse al estilo indio en el embarcadero, poniéndose a pescar, proponiéndose a pasar un buen rato juntos rodeados de aquella hermosa naturaleza. Pero, a diferencia de Michiko, él no podía mantenerse callado por mucho tiempo.

"... Y entonces le dije que mejor sería hacerle una apendicetomía con cirugía mínimamente invasiva y él acepto, claro, tuve que convencerlo de mi maravillosa técnica con el laparoscopio... ¡Oh! Se me enredó la línea... Maldición... Está muy enredada... ¡Carajo...! Mierda... Listo, ya la desenredé... Como te decía, demonio, como bien sabes, soy el mago del laparoscopio, así que me fue fácil convencerlo de que todo saldría bien al final y después recibí mi recompensa, que fue muy abultada por cierto, entonces yo...".

"¡Por dios! ¡Ya cállate de una vez que espantas a los peces, idiota!". Le gritó, furiosa, poniéndose de pie.

Kaji la miró entre molesto y sorprendido, apuntando hacia el lago.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora