"Buenas noches, señor Kambara, ¿cómo sigue el demonio?". Kaji cerró la puerta tras de sí, cambiándose los zapatos por las pantuflas, llevando una bolsa llena de mercadería.
"Buena noches, doctor Kaji, si, ya está mejor de su resfriado. Muy pronto volverá al trabajo". Akira se levantó del sillón con Ben Casey entre sus brazos. "¿Qué trae allí?".
"¡Oh! ¿Esto? Bueno... Pensé en hacerle una sopa...". Se sonrojó intensamente mientras colgaba el abrigo en la percha y pasaba de largo a la cocina. "¿Puedo?".
"¡Por supuesto, doctor Kaji! Su comida le hará muy bien a mi Michi". Lo siguió muy orgulloso. Kaji había resultado ser tan buen cocinero como él y había aprendido muy rápido. Iba a ser digno sucesor suyo.
Pasaron un buen par de horas cocinando y finalmente Kaji subió arriba con un plato de sopa para ver a Michiko. Cuando entró a su cuarto, se sorprendió de ver todo el lugar hecho un desastre, por poco se cayó al suelo al tropezar con una bota.
"¡Demonio! ¿Cómo puedes tener este lugar así? ¡Parece un chiquero! Con razón enfermaste...". Se quejó, colocando la bandeja de comida en la mesa baja que estaba en el centro de la habitación. "Vamos, levántate a cenar algo, te hice una sopa deliciosa".
Miichiko respondió algo ininteligible bajo las cobijas, tapada hasta la coronilla. Kaji frunció la cara y fue a destaparla, espantándose con lo que se encontró.
"¡Carajo! ¡Ahora si te pareces a un demonio salido del mismo infierno!". Alzó los brazos como si fueran un escudo.
"¡Oh! ¡Ya no molestes, idiota!". Le dijo.
Michiko se había quedado sentada en posición india sobre la cama, con el rostro demacrado, sin maquillaje, el cabello alborotado, flaca como un palo y la ropa de cama toda arrugada. Era un verdadero espanto.
Kaji puso los brazos en jarra y movió la cabeza negativamente.
"Qué aspecto tan lamentable tienes, demonio, el señor Kambara me dijo que estabas mejor pero veo que no es así".
Por toda respuesta, Michiko le sacó la lengua muy enojada. Kaji sonrió, por lo menos ya había recuperado su carácter, en pocos días estaría completamente recuperada.
"Bien, come antes de que se enfríe, hasta eso asearé este chiquero". Le puso la mesilla de cama, arriba de las piernas, mientras ella se acomodaba dispuesta a comer, luego le colocó el plato de sopa, la cuchara, un vaso de agua y las pastillas para la gripe.
"¿Tú hiciste la sopa?".
"Si. Salí temprano del hospital, quería hacerte algo especial, demonio".
"¡Uuuuuuuy! ¡Pero qué atento! ¡Gracias por la comidaaa!". Juntó las manos al decir la plegaria y comenzó a comer como una auténtico animal, asqueando al propio Kaji. "¡Ah! ¡Está riquísimo!".
"Gracias... Supongo...". Salió de la habitación y regresó con un plumero, las mangas arremangadas de la camisa y con un delantal puesto. Miró todo a su alrededor, resopló y se ató una vincha con la bandera de Japón en la frente. "¡A batallar!".
Y comenzó a ordenar el lugar con rapidez, yendo de aquí para allá ante la mirada atenta de Michiko mientras cenaba, pensando en lo sexi que él se veía haciendo las labores domésticas.
"Ni en mi departamento limpio de esta manera, lo hace la encargada de la limpieza del edificio, deberías estar agradecida, demonio, tienes un novio muy comprometido". Se ufanó.
"Gra-cias". Michiko sonrió.
Kaji ya casi había terminado cuando Akira entró y dio un largo silbido, mirando todo a su alrededor.
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DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)
FanfictionA la cirujana Michiko Daimon nunca le interesó tener sexo ni novio, pero un día, cuando se pelea por enésima vez con su frustrante compañero de trabajo, descubre que tiene un lado dominante que quiere ejercer sobre él, especialmente con su lindo tra...