DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)

Violándote en el metro

Michiko estaba viajando en el metro rumbo a casa y, como siempre, todos iban amontonados, empujándose entre si. Ella odiaba viajar en metro por esa misma razón pero no le había quedado elección aquella noche.

Estaba odiando a todo el mundo cuando sintió que alguien le ponía la mano en el trasero y se lo apretaba, abrió los ojos como platos y de inmediato hizo la mano hacia atrás y tomó al atrevido por los testículos y se los apretó furiosa, haciéndolo gritar de dolor.

Sin volverse a verlo, le dijo:

"A las mierdas como tú deberían cortarles las manos". No lo soltó hasta que las puertas se abrieron y salió a la estación sacudiéndose orgullosamente los hombros mientras se acomodaba el bolso y todo el mundo la miraba asombrado.

"¡Mierda! ¡Cómo odio a ese tipo de pervertidos!". Se quejó mientras el metro se ponía en marcha, entonces ella se dio vuelta y miró cómo se alejaba el metro. "Siempre abusando de las mujeres... Ojalá fuera al revés...".

Entonces una sucia idea se formó en su mente y sonrió maliciosamente.

"Creo que voy a pedirle a Kaji-chan que me acompañe a un viajecito caliente por metro...".

Kaji estaba muy molesto, su amado coche aún no había salido del taller mecánico y debía tomar un taxi, que era muy caro, o el metro, que era muy incómodo, para regresar a su casa.

"¿Por qué no tomamos juntos el metro, amor?". Le propuso Michiko, viendo cómo su novio arreglaba los papeles y los acomodaba a un costado del escritorio, preparándose para irse aquella noche.

"¿No hay mucha gente a esta hora? Mejor tomemos un taxi y lo pagamos a medias".

"A esta hora no hay mucha gente, es tarde ya... Vamos en metro, ¿quieres? Así no gastamos mucho, estoy sin un yen en el bolso". Se acercó a él y lo abrazó cariñosamente por el cuello, como una gata cariñosa. "Vamos, ten piedad de tu novia, ¿si?".

"Bueeeeno...". Se puso muy colorado, bajando la vista. "Está bien... La verdad yo tampoco tengo mucho dinero ahora... Deberemos economizar...".

"Gracias, querido, no te vas a arrepentir". Le sonrió ampliamente. ¡Kaji era tan fácil de convencer después de todo!

Luego de haber comprado los boletos, entraron a uno de los vagones del metro. Como Michiko había dicho, no había mucha gente. Ella llevaba puesto un hermoso vestido negro con flores grandes y amarillas, que se ajustaba a la cintura con un cinto negro del mismo material del vestido de mangas largas. También vestía un largo abrigo negro, cubriéndola por completo. Kaji estaba vestido como siempre, agregando un abrigo largo de color gris oscuro.

Imperceptiblemente y sin que él se diera cuenta, Michiko fue guiándolo desde atrás hacia un rincón del vagón a medida que más gente iba entrando. Las luces de ese sector no estaban bien y se apagaban de rato en rato, dejando el lugar casi a oscuras en períodos de varios minutos.

Kaji miró hacia las luces intermitentes y frunció el ceño.

"Es una vergüenza el mantenimiento de este vagón...". Volvió su mirada a través de la ventanilla y se dedicó a mirar las luces de la cuidad que comenzaron a moverse como si fueran luciérnagas. "Cuando no tenía coche, viajaba por metro y me encantaba leer mangas durante la espera...".

"¿O sea que no te dedicabas a molestar a las mujeres como hacen otros?". Le preguntó desde atrás, respirando sobre su nuca, estremeciéndolo.

"No, idiota". La miró de refilón, ofendido. "¿Por qué lo haría? Es de mal gusto".

"Me alegra saber que no eres de esos inmundos pervertidos, Kaji-chan". Colocó repentinamente sus manos sobre la cintura de su novio cuando alguien la empujó por detrás.