"¡Daimon, ten cuidado!" Kaji le pidió mientras trataba de seguirle el ritmo trepando de forma torpe por las rocas del risco mientras Michiko se estiraba como un gato en la cima.
Los dos estaban sobre una saliente, como una especie de meseta pequeña y escarpada, de unos veinte metros de altura a la orilla de la playa.
"¡Ah! ¡Esto es increíble!" Exclamó, ignorándolo, recibiendo toda la brisa marina en la cara. "¡Vamos, apúrate!".
"¡Maldición, ya voy! Esto es difícil..."
"¡Ya deja de quejarte! ¡Si fuiste capaz de ir a verme al Himalaya, esto no es nada para ti!"
Maldiciendo, Kaji logró llegar hasta la cima, pero en cuanto se paró, casi se fue para atrás pero Michiko logró atraparlo de la mano y lo tiró contra ella, abrazándolo. Kaji, asustado, se aferró a ella muy fuerte.
"¡Diablos! ¡Si me caía me mataba!" dijo, con el corazón en la boca. "¿Cómo puedes hacer esto, Daimon? Eres tan osada como siempre".
Ella se rió y le dio unas palmaditas en la espalda.
"Tal vez tenga que bajar un poco mi nivel aventurero para ti o algún día te matarás por intentar seguirme".
Lo liberó de su agarre y miró hacia el horizonte marino.
"Mira, por eso hago estas cosas".
Kaji la obedeció y se dio con la vista de un hermoso atardecer boreal que nunca antes había visto.
"¡Guau! ¡Es hermoso...!" Se quedó maravillado, aún tomado de la mano de Michiko, quien lo miraba muy satisfecha.
Michiko lo tomó con más firmeza de la mano y miró hacia el sol que comenzaba a tocar el mar.
"Debemos bajar ya o no podremos ver los puntos de agarre y podrías caerte. El tiempo se nos acortó porque no eres muy bueno trepando todavía".
"Quedémonos cinco minutos más, Daimon..." Le pidió, sin quitar la vista del horizonte. "Es maravilloso disfrutar este momento a tu lado."
Michiko sonrió. Hasta ese momento nunca se había dado cuenta de que él siempre había estado ahí a su lado, tratando de seguir sus pasos, siempre por detrás de ella, siguiéndola en silencio mientras ella lo trataba como a un perro con peste.
"Tengo que decirte algo" Se puso seria.
"¿Qué cosa?" La miró, desconcertado.
Sin volverse a mirarlo, siguió.
"Eres un hombre con muchos defectos: eres falso, envidioso, codicioso, malicioso y malhumorado entre otras cosas más...".
"¡Oye! ¿A qué viene ahora decirme todo eso? Ya sé que no soy perfecto como tú, pero no me lo recuerdes" Se quejó, dolido.
Ella lo ignoró.
"Pero eres un excelente cirujano y una buena persona"
"¿Cómo?" Se sorprendió. Michiko lo miró muy orgullosa, apretando aún más su mano.
"Todos esos defectos te hacen más abierto a los errores de los demás y los aceptas como son, imperfectos. Yo no puedo hacer eso. O es negro o blanco para mí, pero tú aceptas los grises... Me he dado cuenta de ello al pasar mi tiempo contigo. Tú acepaste este lado oscuro mío sin juzgarme y me siento en libertad a tu lado.
"Daimon, gracias, muchas gracias..." . Kaji se emocionó, aquello era un halago sincero, ni comparación con los halagos vacíos a los que estaba acostumbrado cuando era reconocido como un cirujano brillante.
ESTÁS LEYENDO
DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)
FanfictionA la cirujana Michiko Daimon nunca le interesó tener sexo ni novio, pero un día, cuando se pelea por enésima vez con su frustrante compañero de trabajo, descubre que tiene un lado dominante que quiere ejercer sobre él, especialmente con su lindo tra...