DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)

Cena... ¿y de postre un conejito sexy?

Kaji estaba terminando de prepararse, se acomodó las solapas del elegante saco azul oscuro y luego el cuello de la fina camisa blanca de diseñador. Hacía mucho tiempo que no se vestía así.

Se miró al espejo y le dio los últimos detalles a su cabello oscuro, dejándolo menos alborotado de lo que lo llevaba siempre y sonrió. Estaba listo para tener esa cena romántica con su amada demonio en un restaurante elegante, como se lo había prometido hacía ya una semana atrás.

Hacer la reservación en aquel costoso restaurante lo había dejado casi sin dinero, pero valía la pena el gasto. Michiko valía todo para él. ¿Cuántas veces había soñado con tener una elegante cena con ella como pareja? ¡Por fin su sueño se estaba haciendo realidad!

"¡Oye, tonto! ¿Me estás escuchando? ¡Ya deja de soñar, idiota!". Michiko le dio un coscorrón en la cabeza, volviéndolo a la realidad.

"¡Idiota! ¿Por qué me golpeas así...?". Se quedó mudo cuando se dio vuelta con la mano en la cabeza. La belleza de Michiko lo había impactado más que el coscorrón.

Michiko puso los brazos en jarra e inclinó la cabeza, observándolo detenidamente. Ella había preferido prepararse en el departamento de Kaji en vez de su casa. Hiromi estaba de visita con Mai y no quería escuchar preguntas ni opiniones personales ni de ellas ni de Akira. Aquella noche iba a ser muy perversa como para fingir que sólo sería una cena inocente.

Michiko estaba vestida con un precioso y costoso vestido azul de tela suavemente brillosa bien ajustado a su talle, escotado, sin mangas y bastante corto, mostrando sus hermosas piernas en todo su esplendor. Llevaba haciendo juego un conjunto de aros, pulseras y gargantilla de jade. El cabello lo llevaba en parte peinado hacia atrás mostrando una de sus orejas. Sus zapatos de taco aguja hacían juego siendo el mismo color del vestido al igual que la cartera-sobre. Estaba espectacularmente hermosa.

"¡Oh, dios!". Fue todo lo que él pudo decir Kaji, sintiendo un cortocircuito en su cerebro.

Michiko sonrió y lo abrazó por la cintura, atrayéndolo contra su cuerpo, sintiéndolo temblar entre sus brazos. Adoraba sus reacciones. No importaba si se había liquidado el dinero que tenía en el vestuario y en la peluquería, Kaji valía la pena el gasto.

"Tú también te ves casi tan hermoso como yo...". Bromeó ella. Kaji se rió tranquilamente.

"¡Pfh! ¡Presumida! Yo iba a decir lo mismo de ti pero al revés".

Michiko se rió y se apartó de él tomándolo de las manos. Ambos se miraron con mucho cariño.

"¿Estás lista para nuestra primer cena elegante, demonio?".

"Por supuesto que si, Kaji-chan".

"¡Oye! ¡No me digas Kaji-chan!".

"Tú me dices demonio y yo te digo Kaji-chan, estamos a mano así, ¿no?". Le tocó la punta de la nariz con el dedo y fue a recoger su cartera. Kaji bufó fastidiado pero al final sonrió y fue a abrirle la puerta para salir juntos del departamento e ir al coche rumbo al lugar de la cita en el centro de Ginza.

Más tarde esa noche, ambos estaban cenando en el lugar que Kaji había reservado. Un restaurante muy elegante con alfombras y cortinas rojas, candelabros dorados que colgaban del techo y mesas con manteles blancos con un hermoso centro de mesa floral. La concurrencia era de lo más fino al igual que la comida.

A kaji lo sorprendió ver que Michiko comía y se comportaba con propiedad, cualquiera que no la estaría escuchando creería que era una dama de alta sociedad.

"¿Qué sucede? ¿Te sorprende verme comportarme como una dama?". Le dijo, burlona, tomando un sorbo del champan.

"Bueno... La verdad siempre creí que no te importaba lo que dijeran los demás, Daimon".