Mi día contigo

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Aquella mañana, Michiko bostezó como una morsa y estiró los brazos y las piernas como si fuera una gran X, luego se sentó enredada entre las sábanas, vestida con un blusón largo, y se rascó la cabeza aún adormilada, mirando hacia el lado en que dormía Kaji en la cama pero ya no estaba allí, seguramente estaba terminando de preparar el desayuno.

Volvió a bostezar y se levantó, era hora de ir al trabajo. Se puso un pantalón de tela color mostaza bien entallado y una blusa blanca, se peinó y se maquilló. Luego se puso un collar de borlas grandes y una pulsera haciendo juego. Finalmente se miró al espejo y sonrió.

Era una buena vida, después de todo.

Luego de la cirugía que había salvado su vida, Michiko permaneció convaleciente por casi un año, luego se había marchado con Akira a Cuba para pasar un año sabático en ese país y para recuperar su salud, luego regresó al Japón para volver a trabajar en el sistema médico japonés. Kaji, se había encargado durante todo ese tiempo de cuidar de su hija con ayuda de Hiromi y de manejar la agencia en lugar de Akira

A pesar de que eran pareja, Michiko y Kaji seguían viviendo por separado porque les resultaba más cómodo vivir así. Kaji había alquilado un departamento más grande con dos dormitorios que obviamente uno era para su Himiko. Michiko iba a visitarlos bastante seguido y se quedaba por las noches para jugar con su hija o pasar el tiempo con Kaji. Él iba a visitarla siempre a casa de Akira junto a Himiko y también se quedaban a pasar algunos días con ellos, sólo que como no había mucho espacio, Michiko, Kaji y Himiko dormían juntos. Él en el futón y madre e hija en la cama.

Cuando no podían verse personalmente a causa de los viajes al exterior de Michiko, siempre les quedaba la video conferencia para comunicarse.

Aquella extraña forma de vivir les funcionaba muy bien y para Himiko era algo completamente normal.

Tres años después de la última cirugía, a su vida se le había agregado una hija a la que nunca había esperado pero que había llegado a amar con todo su corazón a su manera tan especial. No le demostraba demasiado afecto maternal, generalmente se comportaba como una niña grande, pero siempre estaba pendiente de su hija. Kaji era el que se ocupaba de educarla, cuidarla y quererla. Él era un padre excelente pero no sabía ponerle límites a su hija, algo que Michiko si hacia cuando se le acababa la paciencia. Ella no estaba hecha para ser madre pero hacía su mejor esfuerzo.

Kaji se había convertido en su mánager y el de Hiromi, y Akira se había jubilado y se dedicaba a jugar mahjong con sus amistades y a viajar por el mundo, siempre asesorándolos a los tres en lo que necesitaran. Él también adoraba a la pequeña Himiko y se desvivía por ella como si fuera su abuelo.

Michiko se levantó y salió del dormitorio hacia el cuarto principal en donde estaba el living, el comedor y la cocina. Todo ubicado estratégicamente para un pequeño departamento de 3 ambientes. Ella vivía tanto allí como con Akira, iba y venía, siempre con su personalidad arrolladora y su entusiasmo por el trabajo y la libertad que tanto amaba, rodeada por la poca gente que realmente la conocía y a la que ella tanto quería. Amaba a su hija, pero Kaji era muy especial para Michiko... Ese hombre que había arriesgado todo por ella... Ese hombre que con todos sus defectos sabía tolerarla y amarla como era... Ese hombre que a pesar de sus quejas siempre estaba ahí para apoyarla, permitiéndole la libertad que ella tanto necesitaba... Ese hombre que sabía jugar aquellos juegos sucios que tanto les gustaba jugar... Realmente lo amaba con toda su alma.

Sonrió al verlo terminar de preparar la mesa para el desayuno. Su querido Doctor-Y, aquel que ya nunca iba a salvar la vida de algún paciente que lo necesitara, demostrando sus increíbles habilidades como súper doctor, habiendo sido su cirugía la última en su vida, una cirugía realmente increíble, propia de un Doctor-Y.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora