Wakkanai

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Wakkanai era un pueblo pequeño pero que tenía una sucursal del hospital universitario de Totei en donde Michiko marcó su territorio apenas llegó. Para cuando Kaji llegó, ya todo el mundo se había puesto en contra de ella y, días después, Kaji también gozaba de la misma mala reputación. Michiko era demasiado arrogante y Kaji demasiado desagradable, pero eran tan buenos como cirujanos que el director del hospital estaba muy complacido por tenerlos.

Michiko había alquilado una habitación en un hotel a tan sólo una manzana del hotel de Kaji e iba a visitarlo casi todas las noches, generalmente para tratar temas quirúrgicos. A veces salían a comer y hasta el momento no habían vuelto a hacer el amor desde la última vez en el ascensor.

Aquella noche estaba en su departamento.

"¿Qué dices, Daimon? He revisado cada placa pero no logro encontrar cuál es el problema de su dolor abdominal..."

Michiko se agachó por detrás de él y observó las imágenes en la pantalla de la computadora, llevó su mano derecha al teclado y comenzó a pasar una tras otra las imágenes. Kaji, sin quererlo, se fijó en los pechos de su amante que estaban justo al lado de su cabeza y se puso muy colorado, sin poder evitar excitarse.

"Mira, aquí está el problema" Michiko apuntó con el dedo una zona muy escondida del abdomen "Oye, concéntrate" Le llamó la atención dándole unas palmaditas en el hombro. "Saca una resonancia magnética de esta zona y verás cuál es el problema".

"S-si" Asintió él, volviendo a poner su atención a la pantalla, olvidando los pechos de Michiko. "Tú nunca fallas, Daimon, confío plenamente en ti".

Por toda respuesta, ella le pasó cariñosamente la mano por el cuello y fue a sentarse frente al balcón para seguir mirando el paisaje marítimo. Kaji le sonrió y volvió su atención hacia su trabajo.

Era sencillamente maravilloso tenerla a su lado.

"Daimon, ¿quieres salir a cenar? ¿Te parece unas cervezas y comida regional?" Le preguntó, sin volverse a verla, con su atención sobre las imágenes.

"¡Uh! ¡Si! ¡Salgamos!" Festejó Michiko, poniéndose de pie.

Un par de horas más, tarde, de regreso al departamento de Kaji, ambos se dejaron caer sobre la cama besándose y abrazándose con locura, Kaji, como siempre era el que estaba abajo mientras Michiko comenzaba a desvestirlo con desesperación.

"Quiero hacerte mío otra vez..." Exigió Michiko, desnudándolo rápidamente de la cintura para abajo luego de haberle hecho volar los zapatos, dejándolo sólo con la camisa puesta, desabotonada, dejando expuesto su esbelto pecho.

"Siempre fui tuyo... ¡Dios!" Gimió, haciendo la cabeza hacia atrás cuando sintió que ella comenzaba a acariciar su trasero. "¡Necesitaba tanto eso!".

"Me lo imaginaba..." Sonrió. Apartó la mano y se irguió, desnudándose ella también desde la cintura hacia abajo, disponiéndose a ponerse su juguete sexual favorito para penetrar a su amante.

Kaji, sonrojado, no le apartaba la mirada de encima, ansioso y bien dispuesto, tirado de espaldas sobre la cama con las manos a cada lado de su cabeza, esperando a ser penetrado por ella.

"Hace frió aquí..." Se estremeció.

"Pronto entraremos en calor..." Le dijo ella, volviendo a posicionarse sobre él como una tigresa sobre su inocente presa y comenzó a besarlo en la boca mientras lo acariciaba ferozmente con sus manos por todo su cuerpo, metiendo los dedos de vez en cuando en su entrada, haciéndolo gemir más y más fuerte, totalmente excitado.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON (Doctor-X/Doctor-Y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora