Capitulo XXVIII

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Por: Lena

Actualidad

3 de octubre del 2011

6:00 p.m.

Luego de la visita de papá y Lex me había sumergido en el trabajo dejándome ahora un vacío en el estómago por no haber recibido el alimento necesario, además y ahora que estaba sola no dejaba de pensar en Kara recordando mi molestia de esta mañana al notar que mi ángel no me había llamado ni por error, pero ya había llegado a mi limite.

-Haré mi último movimiento y si no se de ti te olvidare así tenga que arrancarte de mi mente- Dije tomando mi teléfono.

11:00 p.m.

Desde hace rato había llegado al penthouse y ahora me encontraba en la alberca tratando de tranquilizar mis nervios, me había negado a revisar mi celular desde que le hice el regalo a Kara y aunque una parte de mí se había arrepentido de haberme ido de la oficina temprano otra parte de mi sentía una emoción por la reacción que podía tener la rubia.

Me jure que solo le daría hasta las doce para saber de ella, pero viendo la hora me ponía aún más nerviosa. De pronto sonó el timbre haciendo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo, Salí del agua, tome mi bata colocándomela y amarrándola mientras caminaba a la puerta abriéndola justo cuando sonaba una vez más el timbre.

-Buenas noches señorita Danvers. Ahí está la causa de mis nervios.

-Buenas noches señorita Luthor- Comento recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza.

-Lamento si te interrumpí, solo quería traerte esto- Dijo sacando una caja negra donde seguramente se encontraba un collar con una K en oro blanco y con pequeños brillantes.

-¿No te gusto?- Pregunte poniendo cara de inocente pues ese era exactamente mi objetivo, que al querer rechazar mi regalo me buscara.

-No sé qué pretendes mandándome esto, pero conmigo esto no funciona- Contesto aun con la caja en la mano.

-¿Gustas pasar?- Pregunte, aunque no espere respuesta e hice que entrara tomándola de la cintura y jalándola hacia dentro del penthouse cerrando después. Ella no hizo ningún comentario, pero pude ver que miraba por todos lados dejando la caja en el sillón.

-¿Qué te puedo ofrecer de beber?

-Un poco de agua está bien. Asentí caminando a la cocina y servir dos vasos que deje en la encimera de la cocina.

-Realmente, esperaba esta respuesta de ti. Kara dejo de mirar el lugar y dirigió su mirado a mí con la duda en sus ojos.

-Prometiste llamarme hace una semana y para serte sincera no soy buena para esperar.

Kara sonrió y se acercó a la cocina lentamente tomando uno de los vasos de agua y llevándoselo inmediatamente a los labios todo bajo mi atenta mirada.

-Así que mandas un regalo carísimo para que yo te lo regreso porque estas ¿Desesperada?

Claro que estaba desesperada, necesitaba tenerla de nuevo entre mis manos, además quería saber qué es esto que crecía dentro de mí, pero eso no se lo iba a demostrar.

-Yo no diría desesperada, tal vez algo ansiosa, me gusta todos los asuntos en mi vida estén resueltos lo más favorable posible. Kara se terminó el agua dejando el vaso en la encimera y comenzó a acercarse a mí como lo haría un depredador ante su presa, algo que en lugar de intimidarme o asustarme me calentó.

-No me parce que trates lo que tenemos como uno más de tus proyectos de laboratorio.

Pero si eso lo que trato de averiguar dejándome experimentar estas nuevas sensaciones.

-¿Entonces cómo debería tratarlo? Hasta donde se esto que tenemos no está muy definido.

-Entonces fue buena idea que viniera. ''Y justo en ese momento ya no sentía mi corazón''

Tenerla tan cerca comenzaba a descontrolarme, me costaba respirar y sentía que en cualquier momento mis piernas se doblarían bajo su mirada; esta chica ya me tenía a su merced con solo esa mirada la cual prometía la mayor aventura jamás vivida.

-La última vez que hablamos quedamos en que yo estaba dispuesta a arriesgarme contigo, pero no sé si tu estas dispuesta a lo mismo. Seguía reduciendo el espacio entre nosotras colocando ambas manos a cada lado de mi cuerpo y sosteniéndose de la encimera.

-¿Estas dispuesta a cederme el control? No tenía voz para responder por lo que solo mire como rosaba mi rostro con la yema de sus dedos, recorriendo mis ojos, mi nariz y demorando un poco más en mis labios. Cada caricia me tenía temblando y con ganas de lanzarme sobre ella, pero sabía que era eso lo que quería realmente, demostrar que yo no me podía dejar llevar que siempre tenía que tener el control sobre todo y era verdad, pero por alguna razón no me molestaba que Kara me tocara de esa manera incluso deseaba que recorriera todo mi cuerpo con todo lo que ella quisiera, era como si mi piel estuviera hecha para ser tocada por sus manos, besada por su labios, amada por su cuerpo.

Por fin fue acercando sus labios a los míos comenzando un beso suave y lento con el que solo nos dejábamos llevar mientras disfrutábamos del sabor de la otra. Mis manos me temblaban, necesitaba tocarla, arrancarle la ropa y hacerla mía sobre la encimera.

-Tranquila, déjalo todo en mis manos- Susurro y volvió a besarme igual que antes mientras sus manos se entrelazaban con las mías.

-Hazme tuya Kara, enséñame a ceder el control. Ella solo sonrió soltando nuestras manos y llevando las suyas al nudo de mí bata soltándolo ágilmente, yo mientras tanto subí mis brazos a su cuello enterrando mis dedos en su cabello y empujándola hacia mi profundizando más el beso al introducir mi lengua y encontrando la suya a mitad de camino.

Sus labios, su lengua y sus manos me estaban llevando al cielo con cada caricia y cada roce.

-Señorita Luthor ¿Así es como reside a las visitas en su casa? Pensé que se refería al beso, pero cuando sentí como su mano acariciaba mi abdomen recordé que antes de que ella apareciera yo estaba nadando desnuda.

-Solo cuando sé que alguien que deseo va a venir a verme- Respondí volviendo a unir nuestros labios, pero dejando que ella marcara el ritmo.

-Me parece excelente. Continuamos besando mientras sentía como la bata empezaba a caer poco a poco dejándome completamente desnuda ante ella pudiendo notar como se excitaba más y como el color de sus ojos dejaban de ser azules para obtener un color más oscuro.

Abandono mis labios comenzando a besar mi mandíbula sacando y haciendo un caminito con su lengua desde la mandíbula hasta mi hombro derecho.

-Tu piel están suave y exquisita, no puedo dejar de probarla. Por puro instinto incline mi cabeza dejándole más acceso a mi cuello que Kara aprovecho mordiendo, chupando y lamiendo cada zona visible; yo mantenía mis manos en su cabeza haciendo presión en ella.

Hice que regresara a mis labios entregando todo lo que tenía y sentía en ese beso ya no había duda, ya no había miedo (o tal vez un poco) todo había quedado atrás ahora todo mi mundo giraba alrededor de Kara y ya sea que al final acabe mal, pero justo ahora sintiendo sus manos por todo el cuerpo era capaz de enfrentar cualquier obstáculo por muy grande que sea.

-Necesito tocarte, por favor. Mi voz sonó a suplica y no podía estar más lejos de la realidad.

Una sonrisa volvió a surgir haciéndola soltara mis labios pegando solo nuestras frentes y enfrentando nuestras miradas mientras ella hacia que soltara su cabello llevando mis manos al borde de su blusa.

-Tócame. Volví a besarla soltándola solo para poder quitarle la blusa y lanzándola a alguna parte de la cocina junto a mi bata. Podía sentir un pequeño temblor cuando comencé a tocar sus senos por encima del sostén haciendo que sus pezones se endurecieran como rocas.

-Necesito una cama ahora- Dijo y sin dejar de besarla comencé a conducirla hacia mi habitación ''Definitivamente también necesitaba una cama''

Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora