Capitulo XLIII

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Por: Lena

19 de octubre del 2011

11:00 p.m.

El abrirme a Kara había provocado un cumulo de recuerdos de los cuales apenas recordaba fragmentos, ''Andrea Rojas'' Desde que regrese a Metrópolis no volví a saber nada de ella, con ella había aprendido hasta donde (en todo sentido) te podía llevar los deseos más escondidos del corazón; decir que le agradezco todo lo que hizo por mí es decir mucho, pero claro que el haberla conocido me sirvió mucho, incluso puedo decir que ella me ayudo a ser la mitad de la mujer que soy ahora.

En ese mismo internado fue donde conocí a Jack y su muy particular forma de cortejo; juntos los tres habíamos sobrevivido a nuestra mutua soledad

Yo siempre me considerado en una constante evolución; de niña con un una madre a una niña con un padre, un hermano y una madrastra, de una niña con un padre, un hermano y una madrastra a la chica del internado sin familia, de la chica del internado sin familia a la chica universitaria demasiado experimentada, de la chica universitaria demasiado experimentada a la mujer enamorada, de la mujer enamorada a la mujer zombi; con el pasar del tiempo cada una de las cosas que fueron marcando mi vida me hacían sentir fuerte pues logre superarlas con el mismo pasar de tiempo, pero ahora con todo lo que ha estado pasando puedo decir que realmente nunca había sentido la verdadera fuerza hasta el momento que me deje llevar por mi ángel pues a pesar de amar tan intensamente a Sam, en su momento, casi nunca me había dejado ver débil ante sus ojos, incluso cuando el cáncer apareció siempre pude mostrar mi fortaleza y ser el ancla que ella necesitaba hasta el último momento.

No hay duda de que mi rubia está hecha de un modo diferente.

20 de octubre del 2011

12:00 a.m.

¿En qué momento mi ojiazul había dejado la cocina reluciente? Ni idea, ¿Cuánto tiempo me quede atrapada en mis recuerdos? Quien sabe, pero de lo que si podía estar segura es que había pasado mucho tiempo en la misma posición pues las articulaciones de mis pies se habían dormido algo que me obligaba a mantenerme en el mismo banco hasta que la sangre volviera a circular correctamente.

Después de que Kara terminara de limpiar me dijo que era hora de ir a la cama, algo con lo que definitivamente estaba en contra ''Ya había estado en la cama el tiempo suficiente'' así que valiéndome de una actitud completamente infantil la convencí de ver una película antes de dormir, incluso le pedí que preparara palomitas en el microondas para luego irnos a la sala de cine que ya venía cuando compre el penthouse junto con Sam, después de que ella muriera me había negado a entrar a ese lugar pues ese lugar era el que estaba más plagado de recuerdo, pero ahora, gracias a Kara, era una habitación más del penthouse.

Al entrar mi ángel se quedó algo sorprendida, tal vez era mejor ver una película en la recamara, pero ya era tarde para cambiar de opinión por lo que dejándola un momento ahí fui por la manta de la cama y con ella nos tape a ambas colocando el tazón de las palomitas en una mesa que quedó en frente las dos evitando así cualquier accidente que pudiera ocurrir si poníamos el tazón entre las dos y alguna de las dos movía la manta.

Al final de un piedra, papel o tijeras entre mi rubia y yo me toco escoger la película, por lo que terminamos viendo ''Una Princesa para Navidad'' una película que se había estrenado hace muy poco y de la cual me había enamorado, además de que el actor que hacía de príncipe era bastante guapo ''Pero no tanto como tu Danvers''

A pesar de tener casi toda mi atención en la pantalla no pude evitar ver que mi ojiazul apenas le había puesto algo de atención a la película pues no me quitaba la mirada de encima algo que me estaba poniendo bastante nerviosa y a la misma vez ansiosa.

''Si no me dejas de mirar así no voy a poder controlar mis actos señorita Danvers''

2:00 a.m.

Al terminar la película me percate que Kara se había quedado dormida, me causaba dolor despertarla, pero no podía dejar que se quedara en esa posición tan incómoda por lo que comencé a moverla hasta lograr despertarla tomándose un par de minutos más para despertarse por completo; junta recogimos el pequeño desastre que teníamos para, después de la insistencia de mi ángel, tomar la manta e ir a la recamara en donde tan solo colocar mi cabeza en la almohada me quede dormida a pesar de querer esperar a mi rubia.

7:00 a.m.

Desperté muy a mi pesar pues en mis sueños estaba a punto de culminar con algo que quería desde que empezamos a ver la película. Pude sentir que mi ojiazul se levantaba rápidamente de la cama luego de que mi despertador sonara.

-¿A dónde vas? Creo que mi repentina pregunta la asusto pues logre ver que daba un salto.

-Tengo que ir a trabajar, pero te prometo que vengo a la hora del almuerzo- Comento terminando de ponerse los zapatos ''¿Irse? Claro que no'' Ahora que había dormido lo suficiente tenía que gastar algo de energía y que mejor manera que cumpliendo mi lindo sueño con mi ángel, así que ya decidida logre regresarla a la cama quedando sobre ella.

-No, tú de aquí no te mueves- Dije con un tono bastante sugerente y sin dejar que reclamara o incluso dijera algo me lance directo a su boca. Por unos segundos quiso resistirse tratando con toda delicadeza separarme de su cuerpo, pero no había nada que hacer cuando sintió mi lengua en sus labios pidiendo permiso para unirse con su gemela.

La última vez que nos habíamos encontrado en esta situación había dejado que mi rubia me tomara a su antojo enseñándome un nuevo mundo de sensaciones, ahora sería yo la que le demostraría que tan profundos son mis sentimientos.

Al parecer mi ojiazul no tenía ninguna intención de tomar el control dándome total permiso de tomar su cuerpo.

Ninguna de las dos dijo nada mientras la ropa volaba fuera de nuestros cuerpos, mis ansias por recorrer cada centímetro de su piel hacían que mis manos temblaran al apartar su ropa interior mientras mis labios comenzaban a llenar de besos suaves todo el rostro de Kara.

Baje mis labios a su mandíbula dejando pequeñas mordidas disfrutando a su vez del leve temblor del cuerpo de mi ángel que no dejaba de soltar gemidos que me llevaban cada vez más cerca del abismo. La primera vez que tuve la fortuna de tenerla entre mis brazos deje que el deseo nublara cualquier pensamiento romántico que pudiera inspirarme mi rubia; además de que por el lugar en que sucedió todo tenía que llegar al punto lo más rápido posible, pero esta vez sería diferente, podía tomarme todo el tiempo del mundo y disfrutar de cada una de las respuestas que podía recibir de ella al aplicar diferentes estímulos en diferentes puntos de su cuerpo, fui recorriendo su cuello intercambiando entre mi lengua, dientes y labios dejando pequeñas marcas sobre esa piel blanca; después de tomarme mi tiempo en esa zona comenzando a bajar por su hombro izquierdo llenado todo su brazo de besos hasta llegar a sus dedos los cuales lamí repitiendo todo ahora en el brazo derecho y bajo la atenta mirada de mi ojiazul que con cada beso se podía notar que sus ojos se oscurecían un poco más; regrese a su cuello para volver a descender, pero esta vez hacia su pecho llegando justo en medio de sus senos los cuales atendí como las maravillas que eran basando y lamiendo primero el derecho sintiendo como su pezón ya se encontraba completamente duro algo que me provoco atraparlo con mis dientes antes de dirigirme al otro seno. Tal vez me estaba tomando más tiempo del que era estrictamente necesario, pero necesitaba saborear no solo su piel sino cada uno de sus gemidos.

-Lena por favor- Suplico comenzando a empujar hacia abajo mi cabeza que ahora se encontraba en su abdomen y a pesar de que una parte de mi quería hacerla gemir por la espera mi necesidad de satisfacerla pudo más. Me coloque entre sus piernas sin dejar de mirarla.

-Como tú quieras señorita Danvers- Respondí ''Te haré llegar al cielo mi bello ángel''

Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora