Capitulo XLVII

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Por: Lena

28 de octubre del 2011

12:00 p.m.

Ya había decidido no seguir dándole más vuelta al asunto, de alguna manera tenía que decirle todo a Kara, aunque hablar de mi padre no era de lo único que quería hablar con mi ángel incluso no era lo más importante ¿Pero si era tan importante hablar con ella porque no lo había hecho? Simple, ahora mi rubia estaba abducida por su computadora y por ese dichoso artículo que debía revolucionar el mundo o por lo menos ser lo suficientemente llamativo para conseguirle a mi ojiazul el puesto de jefa editorial; juro que si no fuera porque ella quería conseguirlo sola ya hubiera movido algunos contacto para conseguirle el puesto, además después del asunto del collar Kara había dejado muy en claro que no deseaba que mi dinero interviniera en lo que sea que tenemos, pero la decisión estaba hecha hoy pondría las cartas sobre la mesa y definiría lo que somos; por eso ya le había comentado que hoy le prepararía una rica lasaña (única cosa que pude aprender de mi madre) al principio se había negado por lo de su artículo, pero yo no me iba a rendir tan fácilmente así que después de muchos por favor acepto. Los nervios me tenían tan distraída que en más de una ocasión estuve a punto de arruinar la lasaña; además una conversación que había mantenido con Jack me tenía realmente preocupada, definitivamente tenía que hacerme cargo de ese asunto antes de que se saliera todo de controlo y arruinara mi vida otra vez.

Flashback

25 de octubre del 2011

Me encontraba revisando unos papeles en mi oficina cuando un Jack muy alterado entro como un vendaval estrellando la puerta contra la pared.

-Lena tenemos que hablar- Soltó caminando de un lado al otro.

-Eso noto, pero por favor trata de calmarte, estas poniéndome nerviosa.

Se notaba que el asunto era realmente grave pues era muy raro que Jack saliera de su papel de hombre pacífico y encantador.

-Deja de moverte y siéntate. Por fin me hizo caso sentándose enfrente del escritorio.

Por medio del intercomunicador le pedí a Jess que le trajera un té relajante con urgencia, el cual estuvo en menos de cinco minutos, creo que no soy la única que noto el estado de Jack.

Ya con el té en sus manos Jack comenzaba a ser el de siempre.

-Ahora sí, dime ¿Qué pasa?

-Recibí una llamada de la directora de Obsidian North, interesada en hacer negocios contigo- Contesto tomándose la mitad del té de un solo trago y sin importar la temperatura.

-La verdad no creo que sea buena idea, no quiero ser pesimista, pero si Lex entra a la empresa no quiero arriesgar a ningún socio nuevo-

-Claro que eso sería un problema, pero no el más importante.

-¿A qué te refieres entonces?

Jack se tomó el resto de su té y con un movimiento rápido se dirigió a mi mini bar buscando (seguramente) una botella de brandy y sirvió dos vasos a pesar de sabe que no es de mi total gusto el sabor del brandy.

-¿Es en serio? ¿No recuerdas quien preside la dirección de esa empresa?- Pregunto colocando ambos vasos en el escritorio y quedándose de pie reanudando su caminata.

Aleje mi mirada de los papeles para hacerle notar mi ignorancia en el tema.

-Vamos Spheer, ilumíname.

-Pues nada más y nada menos que Andrea Rojas- Soltó tomando ambos tragos de brandy.

-No me jodas- ''Ahora soy yo la que necesita un té y un trago''

Actualidad

28 de octubre del 2011

5:00 p.m.

Mi ángel llego puntual, pero directo a mi oficina a continuar con su búsqueda, una parte de mí ya lo había estado meditando y aunque todavía no hablaba con Andrea me parecía que la noticia que necesitaba mi rubia era justo el mismo motivo por el que Andrea me había buscado, su investigación en realidad virtual.

La idea loca de presentar a mi ojiazul con Andrea surgió de la misma necesidad de querer hablar con Kara, según lo que mi loca cabeza decía era que si mi ángel obtenía la noticia que tanto buscaba ya no estaría tan estresada y por fin podríamos hablar de nosotras.

El primer problema que encontraba era que a pesar de todo el tiempo que había pasado no estaba del todo segura de que Andrea me hubiera perdonado del todo y sobre todo que yo también lo haya hecho.

Después de que se terminara de calentar la lasaña fui en busca de mi rubia.

Apenas entre a la oficina quede paralizada con la imagen tan sexi que me encontré, porque a pesar de verse estresada y con enormes señales de no a ver dormido Kara Danvers era la imagen más provocadora en cualquiera de sus facetas.

-Kara, te juro que no te pasara nada si dejas tu laptop por una hora y disfrutas de la comida- Comente saliendo de mi parálisis inicial.

-Disfruto más cuando tú me das de comer- Respondió mirándome por unos segundos y casi provocándome un infarto gracias a esos preciosos ojos.

-Yo también disfruto alimentándote como si fueras una pequeña de cinco años- Comente dándole la vuelta al escritorio y colocándome a su lado.

-¿De cinco años?- Pregunto haciendo un puchero el cual me robo una sonrisa mientras tomaba su mano y cerrando la laptop.

Viendo el rostro de mi ojiazul pude ver que le había gustado la lasaña o tal vez lo que le gustaba era que a pesar de no estar trabajando yo la seguía consintiendo dándole de comer dejando sus manos libres, las cuales comenzaban a moverse sobre mis piernas y brazos

-Mantén esas manos quietas Danvers o no respondo por lo que pueda pasar- Comente cortando otro bocado y llevándolo a su boca tratando a su vez evitar que todo mi cuerpo se estremeciera por sus caricias.

-¿Esa es una amenaza, una advertencia o una invitación? Pregunto mientras seguía provocándome al limpiar con su lengua las sobras que quedaron en sus labios.

-Tómalo como quieras, pero si quieres regresar a trabajar será mejor que te comportes- Respondí tomando (muy a mi pesar) sus manos que ya estaban comenzando a subir mi falda y era justo en estos momentos que mi idea no sonaba tan descabellada, además de que no ayudaba el que dejara que mi imaginación volara con diversas formas en que quería que esas manos siguieran tocándome.

6:30 p.m.

Estaba lavando los trastes con ayuda de Kara; encerradas en una armonía que (por unos segundos) desee fuera para siempre.

-¿Cómo va la investigación? Pregunte mientras terminábamos los trastes.

-Mal, ninguna noticia logra llamar mi atención, pero no me puedo dar por vencida. Podía ver lo frustrada que se sentía y una vez más mi idea loca apareció casi a gritos en mi cabeza ¿Por qué tenía que aparecer Andrea con la solución de mis problemas? ¿No podía quedarse en Argentina para siempre? Y sobre todo ¿Por qué quería que trabajáramos juntas?

Era obvio que mi ángel se había dado cuenta de mi monologo mental, pera sabía que no me iba a cuestionar hasta que yo estuviera lista para hablar; era un don que tenía ella, era como si pudiera leer todo de mí solo con mirarme ''Gracias mi ángel''

Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora