40. Inexistente manada.

1.7K 178 25
                                        

Summer.

Había despertado gracias a que Tracy me había inyectado algo, no tenía ni idea de que era pero al menos había servido. La chica había ido en ayuda de Theo, por lo que ambos me trajeron aquí inconsciente de nuevo, ya que según las palabras del pelinegro, "él era el único que podía ayudarme".

---Esto no se ve bien, Theo.--- exclamó Tracy, quién seguía sentada en el suelo junto al chico mientras colocaba su mano sobre la herida, tratando de detener el sangrado.

---Estaré bien.--- espeto con un quejido el pelinegro. 

---¿No deberías estar sanando?--- pregunté preocupada.

---Se supone.--- comento con simpleza el chico.--- Pero la Bestia al ser tan poderosa, quizá tarde más de lo común en sanar. 

---¿Y no hay algo aquí que pueda acelerar eso?--- pregunte al aire mientras buscaba entre los estantes que había en la habitación.

Pero no recibí respuesta por parte de ninguno de ellos, así que volteé hacía ellos para darme cuenta que se estaban besando. Bien, esto era incómodo.

---Creo que sobro aquí.--- mencioné en un murmuro desviando la mirada de nuevo, para no verlos fijamente.

---Puedes unirte si quieres.--- mencionó divertido el pelinegro, para ver como Tracy solo me lanzaba una mala mirada.

Era obvio que la chica estaba enamorada de Theo, y yo solo estaba estorbando aquí para que prosiguieran en...lo que sea que vayan a hacer.

---Buscaré algo en la otra habitación.--- mencione irritada ante el comentario del chico. 

Salí de ahí solo para meterme en la habitación de a lado, aunque solo me estaba haciendo tonta porque claramente no sabía que de aquí podría servir para ayudar a Theo con su herida, pero tan siquiera buscaría unas gasas para detener el sangrado.

¿Por qué lo estaba ayudando? Después de todo, él me tienen secuestrada aquí, a pesar de que parecía que ahora estaba "en paz" con Scott, pero sabía que el resto de la manada aún no confiábamos del todo en el chico.

Estaba tan metida en mis pensamientos, rebuscando entre algunos estantes que había aquí, hasta que un grito me alarmo. 

---¡Theo, basta!

Corrí a la habitación donde me encontraba antes, para ver a Tracy encima de Theo, gracias a Dios ambos con ropa, pero el chico tenía sus garras incrustadas en la espalda de la chica, mientras su cuerpo caía hacía atrás de no ser detenido por el pelinegro. 

---¿¡Theo que hiciste!?--- pregunté asustada. 

Me acerqué corriendo a ellos, para tomar a Tracy por debajo de los hombros y apartarla del cuerpo de Theo, mientras el chico solo caía de costado, al parecer la chica le había inyectado de su veneno.

La arrastré un poco recostándola en el suelo, para llevar mis manos a su cuello tratando de buscar su pulso, pero era demasiado tarde.

---¡La mataste!--- le grité enojada al pelinegro aún tirado en el suelo, mientras en mis ojos se acumulaban lágrimas.

---Era algo necesario.--- espetó el chico en un murmuro.

---¿¡Por qué lo hiciste!?--- le pregunté con molestia, mientras con mi mano cerraba los ojos de la chica.

---Por más poder, para tener la manada que merezco.--- aseguró Theo.

---¿¡Manada!?--- volteé a verlo con furia.--- ¿¡Qué acaso no lo entiendes!? ¡Ya no tienes manada!, ¡los mataste a todos!

---Fue un mal necesario.--- espeto con simpleza el pelinegro aún sin poder moverse. 

---Se supone que una manada te hace más poderoso, y ahora eres...solo un lobo solitario, ¿cómo crees que enfrentarás a la Bestia así, genio?--- le recalqué.

---No estoy solo...te tengo a ti.--- comentó con seguridad el chico.

---No, no me tienes, yo no pertenezco a tu inexistente manada.--- le interrumpí con molestia.

---Pero puedo hacer que pertenezcas a mi manada.--- respondió el chico lanzándome una mirada seria.--- ¿A caso nunca haz querido sentir poder?, el poder que siente Scott, Malia...Liam...

---No.--- respondí con rapidez.

---Mientes.--- aseguro Theo dándome una leve sonrisa divertida.

---Aunque lo hiciera, no quisiera estar en tu manada, no te quiero como alfa, no te quiero como compañero, ni siquiera te quiero como amigo...así que no, la respuesta es no.--- le aseguré molesta.

Theo y yo nos lanzábamos miradas de odio, hasta que unos pasos se hicieron escuchar en la habitación por lo que dirigí mi mirada hacía el pequeño pasillo que había detrás del pelinegro.

---Y no quedo ninguno.--- comentó Deucalion con decepción, seguramente dándose cuenta del cuerpo inerte de la chica a mi lado.

---No por mucho tiempo.--- habló Raeken para volver a mirarme.

---Al menos que conviertas a alguien más para ser una de tus quimeras, estarás solo por mucho tiempo.--- le respondí con ironía.

---Aún me queda Corey.--- me recordó el pelinegro.

---¿Lo ves aquí?--- le pregunté con burla nuevamente.--- Ni siquiera la única quimera que te queda esta contigo, ¿cómo te hace sentir eso?

---Cállate.--- espeto el chico con enojo.

---¿Te duele que te digan tus verdades?--- volví a preguntar con burla, ya que veía como el chico comenzaba a molestarse.

---Si quieres vencer a la Bestia, vas a necesitar más poder que ese.--- habló Deucalion nuevamente, ignorando nuestra pequeña pelea.--- Acelera tu proceso de curación, tenemos cosas por hacer...

---¿Crees que no lo estoy intentando?--- pregunto con ironía el pelinegro.

---Oh, alguien parece molesto.--- comenté nuevamente con burla mientras hacía un puchero.

En un rápido movimiento, Theo se levanto dirigiéndose a mi con una velocidad impresionante tomándome del cuello mientras sentía sus afiladas garras en el, impactándome contra la pared y lanzándome una mirada seria, hasta que acerco su rostro al mío.

---No me estés provocando, preciosa.--- murmuro el chico a centímetros de mi rostro. 

---Hazlo.--- le reté en un murmuro con una sonrisa socarrona en mi rostro.--- Para que así Liam tenga otro motivo para finalmente matarte...

---Tranquilo Theo, en estos momentos créeme...necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir.--- espeto con simpleza el mayor. 

El pelinegro solo me lanzó una última mirada para después soltarme haciéndome caer al suelo, por lo que al momento de caer comencé a toser tratando de recuperar el aire.

Si, fue estúpido de mi parte haberlo retado, pero...bueno, no tenía nada que pudiera validar mi impulso de idiotez.

[3] El Fin | Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora