50. Te amo.

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Liam.

Algo cerca de la veterinaria había un pequeño barranco en el cual se podía ver las luces de todo el pueblo, era una buena vista, además que se podía apreciar la luna llena en todo su esplendor. 

Vaya, era luna llena y ya no me afectaba tanto como antes, o al menos podía controlarlo mejor, pero mi mente no dejaba de pensar en Summer. Había pasado aproximadamente una hora y seguía sin saber que ocurría allá adentro, por lo cual la desesperación comenzaba a abordarme, por eso decidí venir hasta acá.

Veía el resplandor de la luna allá arriba, y pensar por todas las cosas que habíamos pasado en todo este tiempo, lo bueno es que todo se pondría mejor a partir de ahora, o al menos eso esperaba.

Escuche unos pasos detrás mío acercándose, por lo que me volteé encontrando a Scott caminando hacía mi con un semblante serio adornando su rostro, por lo que me levante de la roca en la que había conseguido sentarme y me acerqué al chico, mientras sentía como mis manos temblaban y sudaban.

---¿Que ha sucedido?--- le pregunte al moreno con temor mientras nos acercábamos.

---Liam...--- menciono el chico mientras me tomaba de los hombros.

Podía ver como en su mirada se reflejaba algo de tristeza, mientras miraba al suelo y después a mi, que no sea lo que estoy imaginando, pensé para mis adentros. 

---Tuve que darle la mordida a Summer, Liam.--- me confesó el chico, sin cambiar su semblante, lo cual solo hacía que me preocupara más.--- Pero...

---No lo digas, por favor no lo digas.--- le pedí en un murmuro mientras me alejaba del chico, y sentía como en mis ojos se comenzaron a acumular lágrimas. 

---Summer no pudo soportarla.--- siguió explicándome el chico mientras sentía como el aire me faltaba.--- Ella, ella estaba muy débil, Liam...

---Esto no puede ser cierto.--- murmure para mi mientras comenzaba a caminar de un lado a otro.--- Tengo que ir con ella, tengo que verla...

---Liam.--- detuvo mi caminar el mayor al verme tan desesperado ir en dirección a la veterinaria.--- Ella se ha ido...lo siento tanto...

Me separe del chico mientras comenzaba a girar sobre mi propio eje, mientras sentía como todo iba en cámara lenta y mi respiración comenzaba a fallar, esto no podía ser cierto, esto tenía que ser una mentira, un mal sueño...

---¡Te escuche, Scott!--- escuche un grito provenir algo lejos de nosotros.--- ¡Te dije que no jugaras así con el niño!

Alcé mi vista rápidamente al reconocer aquella voz, su voz, y ahí estaba ella. 

Parada entre los árboles, su piel había tomado su color natural, ya no se veía tan pálida como la última vez que la vi antes de irme con los chicos, se veía como si nada malo le hubiera pasado, sonriendo ampliamente en mi dirección, hasta que note como cerro sus ojos por unos segundos, para después volverlos a abrir, pero ahora había algo diferente en ellos.

Ahora brillaban de un potente dorado, al igual que los míos cuando me transformaba. Ahora ambos éramos betas de Scott. 

Los ojos de Summer volvieron a tomar su color natural, mientras la chica comenzaba a acercarse a mí a paso apresurado, por lo que yo hice lo mismo, ahora sin ser detenido por Scott que veía la escena con una amplia sonrisa.

---Gracias a Dios que estás aquí.--- murmure cuando la cercanía entre ambos era corta y la atrapé en mis brazos fuertemente, mientras ella me abrazaba por el cuello ocultando su rostro en este.

---¿Gracias a Dios? Querrás decir gracias ¡a mi!--- escuche que menciono indignado Scott a mis espaldas. 

Pude escuchar una pequeña risa por parte de Summer gracias a el comentario del moreno, risa que pensé que no volvería a escuchar nunca más.

---Te dije que no te dejaría libre tan fácil.--- me aseguro la chica en un murmuro mientras nos separábamos levemente para vernos a la cara. 

---No sabes lo feliz que me hace tenerte entre mis brazos.--- le confesé mientras acariciaba su rostro y admiraba cada detalle de él.

---No sabes lo feliz que me hace seguir aquí.--- murmuro la chica algo divertida, haciendo reír ahora a mi. 

---Te amo, Summer, te amo desde el primer momento en que te vi, te amo desde el momento en que me acompañaste en el hospital cuando Stiles y Scott lesionaron mi pierna y tu ni siquiera tenías obligación para estar ahí, pero aún así te quedaste...

---Stiles y yo ya te pedimos perdón por eso.--- intervino Scott, mientras volteaba a verlo mal y Summer volvía a reír.--- Bien, bien, ya entendí, los dejare solos. 

Mientras veíamos como Scott comenzaba a irse a la veterinaria, volví a ver el rostro de Summer la cual me sonreía ampliamente y sus ojos brillaban a la luz de la luna.

---Déjame seguir.--- le pedí divertido a la chica, por lo que ella solo asintió sin quitar la sonrisa de su rostro.--- Te amo desde antes de saber que somos almas gemelas, tu siempre estuviste ahí y quiero que siempre lo estés, y aunque no hubiera un tipo de lazo sobrenatural que nos une, desde el primer momento sabía que eras la indicada para mí, y no puedo imaginar a nadie más a mi lado si no eres tu. 

---Me harás llorar, Liam.--- comento la chica con un murmuro, para tomar un respiro.--- Y yo te amo a ti, Liam Dunbar, desde el primer momento en que nos vimos, desde el momento en que me tomaste y ambos atravesamos una ventana en tu primera luna llena.--- recordó la chica por lo que ambos reímos.--- Y no te mentiré, al principio tenía miedo, mucho miedo, todo esto era tan...nuevo y desconocido, pero algo dentro de mi siempre supo que estando contigo nada podía ser malo...

---¿A pesar de todas las cosas malas que nos han pasado en Beacon Hills?--- le pregunte en un murmuro.

---A pesar de todo eso.--- me aseguro la chica entre mis brazos.--- No podría elegir mejor compañero para pasar todas estas locuras que pasan en el pueblo que no seas tu, Liam. Te amo y siempre lo haré.

Sin darle más oportunidad de hablar, y ambos al sentirnos repletos del amor del otro, acorté la distancia entre nosotros dos para finalmente besarla. Había extrañado tanto hacerlo.

Espero que ahora las cosas en Beacon Hills vuelvan a la normalidad. O al menos lo más normal que se pudieran estando en un pueblo sobrenatural. 

[3] El Fin | Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora