24. Tonto y arriesgado.

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Summer.

Seguíamos en el cuarto de electricidad de la Casa Eichen, en espera de alguna señal por parte de los chicos, aunque después de que las chicas lograron  tranquilizarme un poco, no había despejado mi mirada del celular, esperando algún mensaje de mi rubio novio.

No prestaba la total atención a las chicas, hasta que Malia se fue levantando lentamente de su lugar, mientras se acercaba a la puerta, seguido de Kira, cosa que me preocupe.

---¿Qué sucede?, ¿escuchan algo?--- les pregunte en un murmuro pero aún así nerviosa.

Las chicas solo me hicieron la señal de que guardara silencio, por lo que decidí acercarme junto a ellas a la puerta y pegar mi oído a esta, tratando de escuchar algo.

---Las horas de visita ya terminaron.--- escuche que mencionó el enfermero que estaba a cargo de la entrada de los visitantes.

---No vinimos de visita.--- escuche como respondió una chica.

Y por una extraña razón, sentía que esa voz la había escuchado antes, pero no recordaba donde o de quién era, y aunque quisiera asomarme por el pequeño ventanal no lo haría, podrían descubrirnos.

---Vinimos por Lydia Martin.--- habló ahora un chico.

Y esa voz, esa voz si pude reconocerla, demonios, era Theo, y lo más seguro es que viniera junto a su "manada" de quimeras. De pronto se dejaron de escuchar las voces y fue reemplazado por el ruido de un vidrio al ser roto.

---Mierda.--- murmuré por lo bajo.--- Tenemos que salir, tenemos que ayudarlo.

---Nos descubrirán.--- me respondió entre dientes la castaña, mirándome con el entrecejo fruncido.

---Tenemos que hacer algo.--- le respondí de igual manera frunciendo mi entrecejo.

---No haremos nada.--- volvió a contraatacar la mujer coyote.

Solo la miré molesta, no podía quedarme sin hacer nada, quién sabe lo que la manada de Raeken pudiera ser capaz, y estoy segura que Scott no permitiría esto. Así que en un impulso de mis instintos, tomé la manija de la puerta para salir corriendo, escuchando los leves murmuros de las chicas diciendo que regresara, cosa que no hice.

---¡Theo, detente!--- grité mientras salía del pasillo.

Pude ver como el enfermero del lugar estaba boca abajo en el suelo, inconsciente, mientras que la manada de Theo junto a él caminaban en dirección a otro pasillo para las instalaciones del lugar. El pelinegro al verme solo me dio una sonrisa divertida, Corey me miraba asustado mientras el otro chico solo me miraba seriamente, la que no se veía tan feliz ante mi presencia era Tracey, ya que dio un paso al frente, lo único que separaba a esa manada de mi, era el cuerpo del enfermero.

---No te metas en nuestros asuntos, niñita.--- comentó Tracey con un semblante de molestia en su rostro.

---No sabía que las perras hablaban.--- comenté con sarcasmo mientras una sonrisa de burla adornaba mi rostro y rodaba mis ojos.--- Oh perdón, ¿o qué es lo que tu eres?

Tracey me mostró sus garras nuevamente pero ahora junto a sus colmillos afilados y sus ojos que tomaban el color amarillo pero eran diferentes a los de un hombre lobo, parecían los ojos de una serpiente. Pero antes de que la chica pudiera acercarse a mí, fue detenida ante las palabras de Raeken, su alfa.

---Detente Tracey.--- habló seriamente el chico, al ver las intenciones que tenía su beta.--- Vayan adentro, los alcanzaré en unos segundos.

Recibí miradas recelosas por parte de los chicos, excepto por Corey quién me seguía mirando preocupado, bien, al parecer sabe que soy amiga de Mason, y quizá me veía así por miedo a lo que le pudiera decir a mi moreno amigo, o por lo que Theo podría hacerme, o quizá por ambas cosas. Pero de igual manera los chicos se adentraron al recinto de la Casa Eichen, dejándome a solas en el vestíbulo con el pelinegro.

---¿Qué es lo que hacen aquí?--- le pregunté molesta mientras cruzaba mis brazos.

---Me encantaría contártelo preciosa...

---No me llames preciosa.--- le respondí con molestia.

---Pero es algo que no les incumbe.--- aseguró el chico, ignorando por completo mi comentario.

---Vienen por Lydia, lo sé, los escuche.--- le respondí aún a la defensiva.--- La pregunta correcta es...¿para que la quieren?

---Digamos que sería interesante tener a una banshee en la manada.--- contesto el chico mientras alzaba sus hombros, como si lo que dijo hace segundos no fuera importante.

---Eso jamás sucederá.--- contraataqué rápidamente.--- Ni siquiera eso es posible.

---Nada es imposible.--- respondió el pelinegro mientras guiñaba un ojo en mi dirección, por lo que solo rodeé los ojos.--- Y si me disculpas, mi manada me esta esperando.

---Scott no permitirá que te lleves a Lydia, ¿lo sabes, no?--- le pregunté aún molesta.

---El problema no es con Scott, ni contigo...ni siquiera con tus amigas.--- comentó con burla Theo.--- La verdad solo logré escuchar tus latidos, pero se que no estarías tu aquí sola...deberías aprender a ocultar tus latidos, o al menos controlarlo.

---Yo no soy un ser sobrenatural como ustedes, no puedo controlar mis latidos.--- le respondí con molestia.

---Pero podrías serlo...si te unes a mi manada...a mi.--- sugirió el chico coyote.

Solté una fuerte carcajada.---Ni en tus mejores sueños.--- le aseguré.

---Te digo que nada es imposible, bonita, cuando menos lo esperes estarás a mi lado, liderando la manada.

Y antes de que pudiera responderle el chico comenzó a caminar por el pasillo que habían tomado sus quimeras, pero antes de desaparecer por completo se detuvo para hablarme, aunque aún me daba la espalda.

---Por cierto, deberías checar que ese sujeto siga vivo.--- respondió el chico coyote/lobo con simpleza.--- Digamos que no soy tan bueno controlando mi fuerza.

Y ahora si el chico desapareció por el pasillo, mientras me agachaba a la altura del hombre para verificar que siguiera respirando, cosa que si, para después escuchar unas pisadas, aunque eran de las chicas.

---¿¡Acaso estás loca!?--- fue lo primero que dijo Mali cuando llegaron a mi lado.--- Lo que hiciste además de tonto fue arriesgado.

---Tenía que hacer algo.--- murmuré en voz baja, controlando mi tono de voz para que no sonará molesta, o al menos no tanto a como en verdad estaba.

---¡No!, claro que no...no era tu responsabilidad, tu no puedes sanar como nosotros...

---Scott hubiera querido que hiciéramos algo.--- le respondí mientras me levantaba y miraba directamente a las chicas.

---No intentes excusarte con eso, porque ambas sabemos que Scott hubiera preferido que estuvieras a salvo.--- respondió con molestia la chica coyote.

---Chicas, tranquilas.--- habló Kira algo preocupada, al ver como comenzábamos a enojarnos cada vez más.

---Diablos, si en verdad te hubiera pasado algo...Scott no nos lo perdonaría... Liam estuviera devastado porque él no pudo protegerte, ¿¡acaso querías eso!?--- me grito Malia.

Y ante sus palabras caí en cuenta de mi error, y Malia tenía razón, lo que había hecho había sido no solo tonto, si no estúpido, y no solo para Scott, para la manada hubiera sido un problema si algo malo me pasaba, lo que menos quería es que Liam volviera a sufrir como lo había hecho cuando Theo me lastimo. 

¿Por qué tenía que hacer el papel de héroe...si no lo era? Diablos, ni siquiera soy un ser sobrenatural.




¡Un nuevo capítulo! Tarde pero seguro jajaja lo siento pero tuve un día ocupado hoy, y hasta apenas he podido subir el capítulo, ¿qué opinan de que Theo ya le dijo a Summer que la quiere a su lado en la manada? Esto cada vez se pone mejor;)

Espero que en verdad les guste el capítulo, no olviden dejar sus votos y comentarios al respecto, nos leemos pronto ;)

[3] El Fin | Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora