21. Cada segundo importa.

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Summer.

Admiraba el gran portón de la Casa Eichen frente a mí, mientras un escalofrío recorría mi espalda del solo pensar el montón de cosas que ocurrían allá adentro. A mis lados se encontraban Malia y Kira, mientras al frente de nosotras se encontraban un grupo de gente esperando por que el recorrido empezara.

¿A quién le parecía buena idea ir de paseo a un tipo de lugar como este? Porque en definitiva, si no fuera por el plan que habíamos armado, yo no me encontraría aquí.

---Por favor recuerden seguir el procedimiento de visitas.--- habló un hombre que trabajaba aquí, mientras finalmente abría el portón dejando a todos pasar.--- La Casa Eichen tiene una amplia gama de pacientes y no podemos garantizar la seguridad si no siguen las reglas.

Cuando nos adentrábamos al lugar, las 3 compartimos miradas algo nerviosas, o al menos de mi parte así lo sentía, ya que las palabras del nombre no nos tranquilizaban del todo.

Al adentrarnos a la recepción del lugar, el hombre nos guío a donde debíamos llenar unas hojas de registro con nuestros datos y esas cosas, por cualquier cosa que pudiera pasar, pero las 3 aprovechamos la distracción para rápidamente escondernos detrás de unos muros. 

Y ahora solo esperábamos algo que pudiera distraer el hombre que estaba detrás del mostrador de la recepción.

---Bien, ¿ahora que haremos?--- susurré solo para que las 2 chicas a mi lado pudieran escuchar.

---Tranquila, ahorita debe pasar algo.--- murmuró la mujer coyote.--- Siempre pasa algo.

Y como si Dios o alguien nos hubiera escuchado, escuchamos como una puerta era abierta y comenzaron algunos murmullos de las pocas personas que quedaban en la recepción.

---¡Nelson!--- escuchamos al hombre gritar.

Para segundos después ver a un chico completamente desnudo correr frente a nosotras, como si fuera lo más normal del mundo, mientras que el hombre que trabaja aquí lo seguía rápidamente. Por lo que no desaprovechamos ningún segundo para adentrarnos al cuarto donde estaba el transformador que controlaba la electricidad del lugar.

Bien, primera parte del plan esta hecha, ahora solo falta que los chicos si hayan podido pasar también.

---Entramos, ¡lo hicimos!--- comentó Kira con alegría cuando ya estábamos dentro del cuarto.

---No te emociones.--- le interrumpió Malia.--- Salir es lo difícil.

---12 minutos.--- mencioné apresurada mientras revisaba mi móvil con la hora abarcando casi toda la pantalla. Todos lo traíamos así para no perder tiempo. 

Cada segundo importa.

Rápidamente Malia, con su fuerza de mujer lobo abrió con facilidad la pequeña puerta de la caja donde se encontraban los fusibles. Mientras las 3 mirábamos los cables con nerviosismo, aunque no todas lo demostrábamos tanto.

---Bien Kira, es tu momento.--- le trate de animar, sin despegar mi mirada de la caja.

---Ya Kira, puedes hacerlo.--- secundó la castaña apoyando a nuestra amiga.--- 11 minutos.

---Iré a la puerta.--- murmuré en voz baja.

Malia solo dio un asentimiento de cabeza en mi dirección ya que la pelinegra seguía sumida en sus pensamientos pero comenzaba a acercarse a los cables, mientras yo me colocaba a un lado de la puerta mientras me fijaba por la pequeña ventanita que tenía, por si alguien se acercaba aquí o algo por el estilo poder avisar a las chicas.

Repartía miradas entre las chicas que estaban aproximadamente a 3 metros de mí y la puerta, por lo que pude ver como Kira tomaba una hoja de papel, posiblemente el instructivo o algo así.

---Creo que son estos.--- escuché a la kitsune comentar mientras dejaba la hoja de lado.--- Pero están cubiertos de hule.

Por un demonio, lo que nos faltaba. Malia comenzó a mirar alrededor buscando algo que nos pudiera ayudar, mientras que yo veía en los escritorios de igual manera, por lo que vi en uno de ellos unas tijeras con demás cosas de oficina.

---Malia, las tijeras.--- comenté mientras las apuntaba.

La castaña rápidamente camino a ellas para regresar con Kira y tratar de cortar algo, pero fue detenida por la pelinegra rápidamente.

---¿¡Quieres electrocutarte!?--- le preguntó Kira.

---Puedo sanar.--- comentó la mujer coyote restándole importancia.

---No si te mueres.--- le regaño la chica.

Y de repente deje de escuchar las voces de las chicas para ser remplazado por un ruido de la electricidad, por lo que volteé de nuevo a verlas para ver a Malia con sus dos manos alzadas donde se podían ver sus garras, aunque estas junto a las yemas de sus dedos de color negro mientras salía algo de humo de ellas.

---Con razón olía a quemado.--- murmuré por lo bajo al imaginar lo que había pasado.

---No morí.--- comentó la castaña mientras se encogía de hombros, para después checar su celular.--- 4 minutos.

Y tragué en seco cuando volví a ver a Kira acercarse a los cables, nos quedaba poco tiempo.

¿Es momento para ponerme a rezarle a todos los santos para que esto funcione?

[...]

Liam.

El olor era horrible, y en estos momentos maldecía mi olfato desarrollado de hombre lobo. Sentí como me dejaban caer en una mesa metálica, lo sabía por lo fría que estaba y el golpe había sido duro. Lo que quería era salir de esta estúpida bolsa de una maldita vez. 

Hasta que escuche como uno de mis acompañantes comenzaba a abrir su bolsa, para después dar un gran respiro, lo que significaba que estábamos fuera de peligro, por lo que yo también lo hice, y ya cuando vi la luz de la habitación pude respirar nuevamente.

Pude ver que el primero en salir fue Scott, mientras Stiles aún batallaba en abrir su bolsa, mientras sacaba sus manos torpemente y la abría con brusquedad.

---Por favor.--- fue lo primero que dijo el pelinegro al salir, mientras también daba un gran respiro.--- Nunca más.

No sé de que se quejaba, si la idea había sido de él.

Scott solo asintió en dirección a su mejor amigo para después voltear a ver su celular, mientras que yo aún trataba de regular mi respiración, esto de contener el aire fingiendo estar muerto no era nada agradable.

---15 minutos empezando ahora.--- nos informó el alfa.

Mientras que Scott y yo nos quitábamos el resto de la bolsa con facilidad, al parecer Stiles no podía decir lo mismo, porque cuando menos nos dimos cuenta el chico ya estaba cayendo al suelo estrepitosamente con todo y bolsa.

Solo espero que este plan en verdad funcione.

Cuando Stiles pudo finalmente deshacerse de la bolsa y pararse del suelo, los 3 nos acercamos a la puerta no sin antes de que Scott checara con su oído si el camino estaba despejado, para por fin salir los 3 de aquel cuarto. 

En verdad espero que a las chicas les este yendo bien.

[3] El Fin | Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora