CAPÍTULO XIII . Explosión

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Dos semanas después de poner en práctica su plan de enloquecer de deseos a Itatí frente a las cámaras y luego ser distante fuera de ellas, comenzaba a trastornarse él también. Aun no comprendía cómo habían llegado hasta ese punto de fortaleza, aparentando juntos y mortificándose a solas, deseando tenerse y amarse hasta perder el juicio, pero conformándose con esos besos y caricias de ficción que dejaban su sangre a punto de ebullición. Y por si fuera poca cosa dominar el anhelo de sus cuerpos, Juan debía también manejar su relación con Jackie. Para él estaba muy claro que aquello era una bonita amistad, pero no ignoraba las intenciones que ella le demostraba en cada oportunidad. Lejos de usarla para darle celos a la mujer de su vida, él había entablado esa amistad de la manera más sincera y aunque no negaba sentir gusto cuando notaba a Itatí celosa de verlos juntos, aquello no era ex profeso.


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Esa mañana Itatí se quedó dormida. Había pasado una mala noche y el sueño retrasado le pasó factura. Demorada en el tráfico, decidió llamar a Nicandro para avisarle de su pequeña tardanza y así su ausencia no les impidiera avanzar en las grabaciones de otras escenas. Atrapada en un verdadero enjambre de autos, respirando combustible y aturdida por la sinfonía infernal que componían los bocinazos de cada uno de los vehículos que la rodeaba, decidió distraerse unos minutos con su celular en lo que el tránsito por fin marchaba y de inmediato entendió que esa había sido una mala elección. Navegando en su cuenta de instagram encontró el más inesperado de los rumores. Una de esas cuentas de revistas de farándula había colgado en su perfil una foto de Juan y Jackie sentados a la mesa de un restaurante muy fino acompañados de grandes sonrisas y copas de vino. Y como si eso fuera poco, sobre la foto, con grandes letras amarillas, se podía leer "Juan Soler en nuevo romance", y la descripción era todavía más dolorosa para ella: "Captamos a Juan Soler muy bien acompañado de su actual compañera de trabajo, y quien sería su nueva conquista, Jackie Sauza, cenando en un conocido restaurante de la ciudad de México. Recordemos que el argentino llevaba un tiempo en la soltería luego de haberse divorciado de Maki, la madre de dos de sus hijas. ¡Enhorabuena!". Aturdida, tiró el celular en el asiento del acompañante, tomó el volante con ambas manos y lo presionó hasta dejar sus nudillos blancos y sus palmas rojas. Aunque pudo controlar el deseo de gritar, no logró hacer lo mismo con ese manantial en sus ojos que comenzó a fluir incontenible. Como por arte de magia, el tráfico fue avanzando. Ahora, que lo que menos quería era llegar a verlo. Durante todo el camino fue reprochándose y maldiciendo. Era más que obvio para ella que después de una herida tan grande como la que le había provocado con su actitud aquella vez, y aunque todo estuviera medianamente tranquilo entre ellos, él seguiría con su vida con o sin dolor, y no podía reclamarle. Él estaba en todo el derecho de salir con quien quisiera y darle su amor a quien le pareciera. Cuando pensó en eso, en Juan entregándole su amor a otra, su corazón estalló en pedazos de tristeza. Podía entenderlo todo, pero eso no significaba que le doliera menos.


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—Bien, tómense un descanso mientras arreglamos algunas cosas —les indicó Nicandro, y luego se reunió con los técnicos y camarógrafos para detallar algunas cuestiones relacionadas a las próximas escenas. En esa pausa, Juan aprovechó para dirigirse a un rincón en el que había dejado su equipo de mate completo con la intención de prepararlo y calmar esa necesidad de "verdes" que su cuerpo comenzaba a evidenciar. Detrás de él, como ya era costumbre, se encaminó Jackie con una interesada necesidad de aprender sobre aquella tradición que involucraba varios países de Sudamérica pero estaba tan arraigada e identificada con la nacionalidad de su colega.

CAMERINOS DE FUEGO *Un amor a escondidas*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora